🧵🧵🧵 Story time! Narcos mexicanos le dan la mano a neonazis en Estados Unidos.
Dos grupos criminales que por sus orígenes cualquiera pensaría que serían rivales a muerte se han unido por el negocio mortal de las drogas sintéticas.
Aquí inicia esta historia: en el verano de 2016, cuando los agentes del Departamento de la Policía de Houston, en Texas, tenían en la lista de sus prioridades desmantelar a un grupo de supremacistas blancos llamado El Círculo Ario.
La investigación federal contra ese grupo de odio se había hecho en secreto bajo la clave "Operativo Noble Virtud", que había confirmado algo más preocupante que el desprecio de sus militantes contra cualquier persona que no fuera blanca:
Para financiar sus actividades, El Círculo Ario tenía miembros dentro y fuera de prisiones en Texas, Arkansas, Louisiana y Missouri que cometían todo tipo de delitos, desde asesinatos a sueldo y prostitución forzada hasta extorsión y venta de drogas sintéticas.
Su violencia es bien conocida: para entrar al grupo se hacen pactos de sangre y se ofrece un asesinato como membresía.
Sus miembros golpean hasta matar a quienes quieren salir del grupo o quien se cruce en su camino y sea latino, negro, musulmán, gay u otra minoría.
Por eso, a los agentes del Departamento de la Policía de Houston que le seguían la pista a un conductor que les abastecía de drogas, les sorprendió la identidad de aquel improbable aliado del Círculo Ario:
un mexicano,
moreno,
mestizo,
llamado Eulalio Torres Cadenas.
El mexicano de entonces 36 años iba en camino a entregar a un líder neonazi apodado “El Trébol”, Jeremy Klintman, y a dos personas más, el paquete que llevaba en el vehículo aquel 22 de agosto de 2016:
290 gramos de metanfetaminas, el pedido que usualmente entregaba cada semana.
A ninguno de los dos le molestaba la contradicción.
Ni al supremacista blanco que su proveedor tuviera sangre indígena en la venas ni el narcotraficante que su comprador fuera un neonazi con svásticas tatuadas en el pecho.
Eulalio resultó un integrante del Cártel de Sinaloa que respondía al alias “Yayo”, quien tras ser arrinconado por las intervenciones en su línea telefónica como parte del Operativo Noble Virtud, se declaró culpable en mayo de 2021 de traficar metanfetaminas para El Círculo Ario.
No sería la primera vez que las agencias de inteligencia criminal en Estados Unidos encuentran un enlace entre grupos neonazis y cárteles mexicanos:
en el 2012, una investigación federal encontró los negocios sucios de La Hermandad Aria con el Cártel del Golfo.
De acuerdo con el agente Richard Bohening de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos, ambas organizaciones estaban unidas por un neonazi llamado James Sharron, alias “Flounder”.
"Flounder" pasó 10 años en una cárcel de Estados Unidos y después de unirse a grupos de odio contra latinos, ¡viajaba continuamente a Monterrey, Nuevo León!
¿Para? Abastecerse de droga con el Cártel del Golfo y después llevarla hasta Texas con ayuda de su pandilla de racistas.
Hoy, según el seguimiento que hace el FBI a grupos que ponen en riesgo la seguridad nacional en Estados Unidos, la improbable alianza entre grupos neonazis y cárteles mexicanos es más fuerte que nunca.
La supremacía blanca tiene nexos con el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación, el Cártel del Golfo, el Cártel del Noreste, el Cártel de Juárez y el Cártel de Tijuana.
Incluso, algunos grupos de odio han comenzado a replicar el modo de operar de los cárteles.
En agosto del 2022, autoridades en Oklahoma admitieron que en una zona de influencia de la Hermandad Aria desaparecieron 12 personas. Al mismo tiempo, dos fosas clandestinas fueron halladas con restos quemados.
"Es el estilo mexicano", dijo Eric Pfeifer, forense en Oklahoma.
Para los cárteles mexicanos, tener aliados en Estados Unidos tiene mucho valor, pues los ciudadanos estadounidenses pueden comprarles armas y mantener a raya a otros grupos rivales.
Para los neonazis, los mexicanos son los mejores proveedores de cocaína, "metas" y fentanilo.
En teoría, ambos grupos deberían despreciarse, pero en el universo del crimen la ideología sirve poco y le estorba al pragmatismo.
Es un trato que nos recuerda la moralidad de los cárteles: si pudieran, venderían hasta a su propio país.
🧵🧵🧵Desde que estalló la guerra en Culiacán el 9 de septiembre, Los Chapitos han reordenado su estrategia. 10 caudillos se han formado adelante y atrás de ellos para respaldarlos contra el duro ejército del "Mayo" Zambada.
¿Quiénes son esos 10? Se los cuento aquí:
Primero lo primero: @dominga_milenio accedió a una lista elaborada por @SEDENAmx, que rastreó a las 10 personas que lideran la ofensiva de Los Menores.
Esta es la contraparte de los 11 capitanes del "Mayo" que pelean contra Chapitos. Pueden leer aquí:
Estos 10 caudillos de Los Chapitos lideran a combatientes con alma de mártires, tienen arraigo en zonas estratégicas, contactos de alto nivel y millones para fondear la guerra, según este documento creado en instalaciones militares.
🧵🧵🧵 Abro HILO con una breve historia a propósito de la marcha ciudadana convocada por la organización Culiacán Valiente para exigir paz en la capital de Sinaloa.
Un relato corto sobre la esperanza y la participación ciudadana.
Esta historia arranca en algún momento de 2010, cuando La Laguna —una región que abarca municipios de Coahuila y Durango— es la zona más violenta de México a causa de una disputa entre el Cártel de Sinaloa y Los Zetas.
Los Zetas habían llegado a La Laguna siete o seis años antes, según el informe “Reconquistando La Laguna”, pero mantuvieron la cabeza agachada.
Reclutaron policías y militares hasta que en 2007 irrumpieron públicamente con cartas a empresarios para que se “alinearan”.
🧵🧵🧵 Es domingo, así les voy a contar otra historia: la de un narcotraficante desconocido que cambió para siempre al país.
Estoy casi seguro que no conocen su nombre, pero él ha cambiado la vida de todos nosotros. Se los garantizo.
En el mundo del narcotráfico, el nombre de Carlos Rosales Mendoza dice poco. Casi nada.
Tal vez, si hubiera nacido en algún estado fronterizo, o en Sinaloa, sería tan reconocido como Joaquín Guzmán Loera, pero el azar lo hizo nacer a las orillas de Tierra Caliente, en el municipio de La Unión, Guerrero.
Ahí, a medio camino, entre Zihuatanejo y Lázaro Cárdenas, la ubicación le impedirá ser un capo de talla mundial, pero sí fundar uno de los cárteles más sanguinarios, hoy convertido en múltiples brazos armados.
🧵🧵🧵 Les voy a contar una historia. Una de esas que sólo pasan en México. Tiene de todo: narcos, santos, resucitados, traidores y perdonados. Y la caída del "tercer cártel" nacional con todo y su beato criminal.
Abro HILO con el auge y caída de Los Caballeros Templarios.
Hace diez años, en los caminos que cruzan Tierra Caliente, entre los estados de Michoacán, Guerrero y Estado de México, campesinos y narcotraficantes desarrollaron un extraño hábito.
Hincarse a media vereda.
Entre la maleza, inocentes y criminales se persignaban y depositaban una ofrenda sobre la tierra antes de continuar su camino: semillas y flores o dólares y carrujos de marihuana.
El punto de genuflexión lo indicaba una estatuilla de cerámica cocida en la región purépecha.
🧵🧵🧵 Escribí este domingo en @dominga_milenio / @Milenio sobre un idea que he machacado entre cercanos y desconocidos: el Cártel de Sinaloa ya no existe.
Expongo acá mis argumentos y quisiera leer qué opinan. Esta historia arranca con un funeral.
México no lo supo el 11 de diciembre de 2023, pero algo comenzó a romperse para siempre en el seno de la familia más poderosa en la Sierra Madre Occidental.
El Cártel de Sinaloa comenzó a morir la tarde en que María Consuelo Loera Pérez, la matriarca, descansó en paz.
Sin ella, era imposible detener una guerra interna por el control de la mafia más poderosa. Y ese golpe levantaría disputas y heridas profundas por todo el país.
🧵🧵🧵Ahora que El “Mayo” Zambada expuso, a través de su abogado, que el día de su arresto tenía agendada una cita en Culiacán con el gobernador Rocha Moya, quiero contarles una anécdota que ejemplifica la narcopolítica en #Sinaloa.
Abro HILO.
Disclaimer: esto no es un reportaje, no es una nota informativa. Es una anédcota que resultó de mi cobertura a las elecciones estatales en Sinaloa de 2021.
Como dicen en Estados Unidos: take this with a grain of salt.
En aquel año, dos hombres se peleaban la gubernatura: el morenista Rubén Rocha Moya y el opositor y priista Mario Zamora. Ambos con curul en el Senado y licencia para ir a la batalla electoral.