La crisis que hoy vive Occidente, y España en concreto, no se entiende sin la crisis coetánea que vive la Iglesia católica, y la Iglesia católica en España en concreto.
Hace días asistí a un encuentro con el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, y pude comprobarlo. Hilo:
En 1er lugar, me asombró que Osoro dijera que hay que evitar el proselitismo y que se debe dejar que la gente se acerque a la iglesia que él preside "por atracción". La RAE define "proselitismo" como "celo de ganar prosélitos", y a estos como personas incorporadas a una religión.
Uno diría que el "celo por ganar prosélitos" se parece a Jesús en Mc 16:15 ("Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura"). Y que si esos discípulos se hubiesen quedado en Judea para que la gente se les incorporara "por atracción" todo habría sido muy distinto.
Sí, sé que despreciar el proselitismo viene del papa Francisco (Evangelii Gaudium, 14). Y supongo que el papa y Osoro piensan en algo así como no evangelizar "de modo impositivo" (aunque ese no sea el significado real de "proselitismo"). Pero ¿quién evangeliza hoy así EN MADRID?
La idea de "evitar el proselitismo" y conformarse con "atraer" es la de una iglesia católica avejentada, comodona, que deja que otros grupos cristianos sean los que prediquen con afán. Es también de una iglesia burguesa que no quiere molestar y que solo vengan los ya convencidos.
A esto se le suma otro error que propagó Osoro el otro día, y es que los misioneros españoles que fueron a América o Asia (por cierto, estos no se conformaron con "atraer", sino que marcharon a hacer prosélitos y con celo) eran gente que se fue allí "solo con su hábito y la cruz"
Esto simplemente no es verdad. Esos misioneros fueron en barcos de la Corona, rodeados de soldados, oficiales y líderes nombrados por los reyes y con la ambición de montar una civilización (cristiana) en tierras ajenas. Eso no es irse cuasidesnudos: es ir apoyados por un Imperio.
Olvidar eso es casual: responde a una iglesia que ha renunciado a su rol de expandir una civilización (cristiana) porque la creía mejor que otras civilizaciones (p. ej. las barbáricas que prosperaban en América). Pero la renuncia de hoy no debe tergiversar la verdad del pasado.
En suma, Osoro habla para una iglesia del pasado (que quizá sí que usó en Europa métodos impositivos que a él y al papa les suenen a "proselitismo"). Y olvida el papel de la Cristiandad como civilización (no solo misioneros "cuasidesnudos", sino muchos más evangelizaron América).
Una iglesia que se ha olvidado de quién es, de la importancia de hacer prosélitos (y no solo dejar que se acerquen "por atracción"), de su pasado glorioso y civilizacional en América y Asia... es una iglesia con un profundo trauma sobre su identidad. Normal, pues, su crisis.
FIN
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¿Quién será el próximo papa de la Iglesia? Solo Dios sabe. Pero por mero entretenimiento voy a compartir algunas consideraciones sobre cómo veo el próximo cónclave, donde los cardenales electores pedirán la ayuda del Espíritu ante el Juicio Final de mi tocayo Buonarroti.
1/13
a) Ante todo, no creo que, pese a que Francisco nombrara a 108 de los 135 cardenales electores, el elegido vaya a ser un 'bergogliano' de pro, pues
—Toda institución busca preservarse, y sesgarse demasiado hacia un mismo lado mucho tiempo la daña. Mejor cierto equilibrio.
2/13
—El propio Bergoglio fue creado cardenal por Juan Pablo II, que rigió la Iglesia de modo diferente a él. Y todos los cardenales que eligieron a Francisco habían sido creados por Juan Pablo II o Benedicto XVI, y aun así votaron a alguien muy diferente a ellos como Bergoglio.
La «obispa» que ayer aleccionó sobre sus ideas políticas a Trump pertenece a la Comunión Anglicana, cuya rama en EEUU (los episcopalianos) sobresale desde hace lustros por dos rasgos: 1) un wokismo rampante 2) una pérdida y envejecimiento veloces de sus fieles
Hilo 🧵 1/11
1) Wokismo rampante
Los episcopalianos están contra cualquier legislación que limite o impida el aborto desde nada menos que 1967 (6 años antes de Roe vs. Wade) A la vez, defienden que toda vida humana es sagrada (ma non troppo, si eres un feto).
—La diócesis de la «obispa» citada, la de Washington, votó hace 7 años para dejar de usar pronombres masculinos al referirse a Dios por ser algo «patriarcal»; un delegado defendió incluso que el nuevo nombre del Señor debería ser «Dios con pechos».
Desde hace unos meses leo a mis sobrinos (8 años), al irse a dormir, una Biblia infantil. Y creo que aprendo aún más que ellos. Os explico por qué lo veo bien recomendable en HILO 🧵1/9
—La Biblia son historias y personajes. Y a los niños les encantan las historias y personajes.
—Con las historias bíblicas no solo evitamos igualar la religión a una lista de mandatos («sé bueno», «no mientas»...), sino que el mensaje moral se hace más hondo del que solemos dar a los niños: aquí el mal trae consecuencias terribles (expulsión del paraíso, diluvio...). 2/9
—Como un niño no es woke, acepta perfectamente un mundo donde alejarse de Dios tenga consecuencias (dolorosas). Mas tampoco se le simplifican las cosas: después de que Jacob luche con el ángel de Dios, recibe su nuevo nombre (Israel); cierto batallar con Dios es comprensible. 3/9
Cuando surgió el cristianismo en el Imperio romano, una de sus mayores bazas (hablar de un Dios compasivo, que compartía el dolor humano) fue también rápido uno de sus talones de Aquiles: ¿cómo era posible que un Dios todopoderoso sufriera? Absurdo para un grecorromano. HILO 1/9
Este escollo fue inmediatamente aprovechado por los escritores paganos que se lanzaron a criticar a los cristianos. El Dios de Platón o Aristóteles, el Dios filosófico era todo Bien y estaba por tanto más allá de todo mal, incluido ese mal tan doloroso que es ponerse a sufrir 2/9
¿Qué hicieron los cristianos ante tal reto? Existió, claro, la tentación de pasar por entero de la filosofía (¡todavía hoy existe!), decir que lo que predicaban era irracional y ya, refugiarse en una fe ilógica. Mas eso casaba mal con decir (con Jn 1,1) que Dios era el Logos 3/9
Entre las mil reacciones que ha suscitado este tuit, muchas coinciden en su ignorancia con la periodista de Cope: muchos insisten en que no existe diferencia entre superstición y fe.
Así que vamos a explicarla en un hilito. Y de paso, a aprender la importancia de Abraham. 1/9
Algo común al afrontar la religiosidad es acercarse a los dioses respectivos para extraer algo de ellos. Tanto aquí y ahora como en los s. XVIII-XIX a.C. en Mesopotamia, contexto de Abraham. ¿La forma? Un intercambio («do ut des») con el dios o un manipular lo divino (magia). 2/9
Esta visión de lo divino implica que los dioses son
previsibles, un poco como un mecanismo: si yo aprendo bien cómo moverlos (con mis oraciones, ritos, conjuros...), ellos actuarán en mi favor. Como cualquier otra objeto: si sé usar bien los mandos de mi barca, me será útil. 3/9
En los años 60 los seminarios católicos se llenaron de buenismo, bien resumido en la canción «Viva la gente». El resultado aún lo padecemos: cuando al papa le preguntan dónde basa su esperanza al mirar al mundo, alude al ser humano, que es «fundamentalmente bueno». No a Cristo.🧵
La idea de que el ser humano es «fundamentalmente bueno» y eso nos da esperanza es, desde un punto de vista cristiano, simplemente falsa. Y esto no es un desarrollo teológico complicado, sino Cristianismo 1.0. Para un rousseauniano o un pelagiano es una idea correcta, empero.
Los cristianos creemos que, aunque Dios creó al hombre bueno (como todo el resto de la Creación, Gn 1), por el pecado original el hombre quedó herido, de modo que tras él no podemos considerarnos «buenos» y menos «fundamentalmente» (Mc 10,18; Rm 3,10; Jr 17,9).