La astronomía es una rama apasionante de la ciencia. No solo nos permite comprender algo que parece tan inabarcable como el universo. Es, en muchos sentidos, una forma de descubrirnos a nosotros mismos. Por desgracia, es un campo que muchos aprovechan para los bulos... 
Por diferentes motivos (ya sea llamar la atención, crear alarma u otro motivo) hay personas que utilizan el desconocimiento general sobre la astronomía para crear confusión o para extender bulos que no tienen ningún tipo de matiz ni de base científica. Aquí repasaré algunos.
Porque, a fin de cuentas, puede ser muy complicado saber qué de cierto y falso tienen muchos de los bulos que solemos ver por las redes sociales. Incluso algunos medios han sido cómplices al difundirlos, ya sea por ignorancia o por querer atraer más clics a sus páginas.
Algunos bulos tienen medias verdades o información distorsionada. Otros, sin embargo, van por el camino de inventarse la supuesta noticia. Algunos bulos incluso acuden al manido “la NASA ha dicho que...” para intentar darle más veracidad al asunto. Hay gente que cae en ellos.
Este hilo no pretende ser una lista exhaustiva. Sinceramente, hay infinidad de bulos y es complicado recordar todos. Pero sí espero desmentir los más frecuentes y que eso ayude a que todos, en general, estemos mejor preparados para no dejar que corran como la pólvora.
Comencemos por las dos lunas… Este se suele plantear en muchas variantes. La más habitual, es que en una fecha X veremos algún planeta (generalmente Marte) con el mismo tamaño de la Luna. La explicación suele ser que se produce porque está en el punto más cercano a la Tierra.
Es cierto que en la órbita de los planetas hay un punto más cercano a la Tierra que el resto (y también uno más lejano). Sin embargo, no hay que olvidar que la Luna está a 384.400 km de media. Marte, en su punto más cercano, se queda a unos 56 millones de km de nuestro planeta.
Aunque es verdad que Marte es el doble de grande que la Luna, el planeta rojo, incluso en su momento de máximo acercamiento, está 147 veces más lejos. Así que es imposible que pueda llegar a tener un tamaño ni siquiera remotamente similar al de nuestro satélite.
Es más, es que sería preocupante que realmente fuese así. Si Marte se viese tan grande como la Luna, sería la señal de que ha pasado algo muy grave en el Sistema Solar, porque su órbita habría sido alterada de una manera exageradísima. Vamos, no sería un motivo de celebración.
Al contrario, sería una señal catastrófica. Porque indicaría que nuestro querido Sistema Solar se estaría yendo al traste. O, por lo menos, que las órbitas de la Tierra, la Luna y Marte están viéndose fuertemente perturbadas. Tendría consecuencias graves para nuestro planeta.
El mismo caso se aplica con el resto de planetas. No hay ninguno, en ningún punto de sus órbitas, en ningún momento, que pueda rivalizar con el tamaño de la Luna. Y, sinceramente, es mejor que siga así. Porque es cómo funcionan las cosas en este pequeño rincón de la galaxia.
De hecho, La última ocasión en la que se produjo el máximo acercamiento entre ambos planetas fue en 2015. Marte realmente se vio varias veces más grande de lo normal (no recuerdo cuantas con exactitud). Pero claro, normalmente lo vemos como un simple punto en el firmamento.
Y en 2015 sucedió exactamente lo mismo. Solo que fue un punto algo más grande de lo normal. No hubo ninguna diferencia notable. Este mismo ejemplo se aplica para el resto de planetas del Sistema Solar. Pero no es el único bulo que podemos ver con cierta frecuencia en las redes.
Otro, que parece haber perdido popularidad en los últimos años, es el de la oscuridad durante unos días. Aunque hay diferentes versiones, casi siempre se cuenta la misma historia. De repente, la Tierra tendrá varios días de completa oscuridad. Sin dar ninguna explicación, claro.
Entre nosotros, es una explicación más propia de la magia que de la ciencia. Tener varios días de oscuridad completa implicaría que algo, extremadamente grande, eclipsa la luz del Sol durante varias jornadas. No hay ningún fenómeno conocido que pueda producir algo así.
Así que esto me lleva a la misma conclusión de antes. Si realmente hubiese un objeto tan descomunal como para tapar la luz del Sol durante tres días, tendríamos problemas mucho más serios. Lo último que nos preocuparía es no poder ver la luz de nuestra estrella.
En realidad, si os soy sincero, aunque no he hecho los cálculos, no me sorprendería que un objeto que tuviese ese tamaño fuese tan masivo que, en realidad, simplemente colapsaría sobre sí mismo y se convertiría en un agujero negro:
Uno de los más populares, y que se repite con cierta frecuencia, es el de los efectos de alineaciones planetarias o estelares. Es decir, estrellas o planetas que parecen estar, desde nuestra perspectiva en la superficie de la Tierra, cerca entre sí y en línea recta...
Los efectos, entre bulo y bulo, rara vez son los mismos. Desde experimentar momentos de ingravidez a sufrir terremotos o provocar la destrucción del planeta. O, si el difusor del bulo se siente especialmente catastrofista, la destrucción de todo el Sistema Solar.
Imagino que el razonamiento debe ser algo así… “Si vas a crear una falsa alarma, hazlo a lo grande, ¿La Tierra destruida? No, no, todo el Sistema Solar, que se asusten hasta en Plutón”. Porque si no, sinceramente, no me lo explico. Así que hablemos de varias cosas sobre esto.
Por un lado, las alineaciones no tienen ningún significado ni ninguna consecuencia especial sobre la Tierra. Por lo menos nada que nos afecte especialmente. Incluso una alineación de la Tierra, la Luna y el Sol no tiene efectos palpables, aunque sí que nos deja curiosidades.
Por ejemplo, durante un eclipse solar, tenemos una alineación de los tres objetos. Como la Luna y el Sol están en el mismo lado, y ambos ejercen atracción gravitatoria sobre nuestro planeta, se producen algunos efectos curiosos. Por ejemplo, pesar unos gramos menos.
O, aunque es imperceptible, la superficie de la Tierra se eleva ligerisímamente (apenas unos milímetros en una extensión gigantesca) en dirección hacia el Sol y la Luna. Pero, aunque parezcan estar en línea recta y muy pegados entre sí, solo es un efecto visual.
Siguiendo con el caso del Sol y la Luna. Durante un eclipse solar, les separan 149,2 millones de kilómetros. Lo mismo sucede en otros casos, como una alineación de Júpiter, Saturno y Marte (por poner un ejemplo). Aunque parezcan estar cerca entre sí en el cielo, están lejísimos.
No solo no tienen ningún efecto sobre la Tierra. En realidad, es que ni siquiera tienen un efecto palpable entre ellos, porque las distancias que los separan son enormes. Pero eso no evita que se difundan bulos que son francamente incomprensibles. Como el de la ingravidez.
Porque lo que se plantea al difundir ese bulo es que, de alguna manera, la gravedad de la Tierra dejaría de funcionar durante unos instantes. Eso sería tremendamente preocupante. Pero, para tu tranquilidad, no existe ningún fenómeno conocido que pueda provocarlo.
Esto, por cierto, me lleva a recordar que las alineaciones tampoco tienen efecto comprobado sobre las personas. La astrología no es ciencia. Es una estafa que busca aprovecharse del desconocimiento de algunos. Dónde estuviese Marte en el momento de tu nacimiento es irrelevante.
Hay muchas formas de comprobarlo. Como el hecho de que, en un día cualquiera, ni siquiera dos periódicos se ponen de acuerdo sobre lo que va a pasar a las personas de un signo concreto. La gravedad de los planetas no es lo que moldea nuestra personalidad ni nuestro día a día.
Tampoco quiero olvidarme de los bulos que anuncian el fin del mundo. El más extendido, sin duda (y recurrente) es el que tiene que ver con Nibiru. Es un supuesto planeta del Sistema Solar que, en algún momento del futuro, chocará con la Tierra y la destruirá. Es un bulo común.
De hecho, me atrevería a decir que es raro el año en el que no sale, como mínimo, un bulo sobre Nibiru, anunciando que destruirá la Tierra en unos meses. Pues bien, es un bulo al que no hay que prestar ninguna atención, porque se ha comprobado que Nibiru no existe.
Es más, algunos de estos catastrofistas intentan dar datos sobre Nibiru para darle más veracidad a la historia. Lo que pasan por alto es que esos datos se pueden utilizar para obtener cosas como la órbita que debería describir el planeta, y es imposible que funcionase.
Porque, en el vecindario de la Tierra, Nibiru viajaría tan rápido que habría sido expulsado del Sistema Solar. Su órbita es tan increíblemente elíptica que, si la dibujásemos en un papel, se parecería más a un palillo que una elipse. La otra variante tiene que ver con “Némesis”.
Bajo ese nombre, según los bulos, se ocultaría una estrella hermana del Sol, que provocaría la destrucción del Sistema Solar, o una lluvia de cometas sobre la Tierra, o algún que otro fenómeno catastrofista. Se ha buscado a Némesis y la conclusión no deja lugar a dudas.
El Sol no tiene ninguna estrella hermana. Así que no habrá ningún astro que vaya a destruir la Tierra. Siempre que veáis algún tipo de variante de este estilo, sobre planetas o estrellas destructores, no hagáis ni caso, incluso aunque se diga “la NASA ha anunciado que...”
Es más, en ese caso, en el que os encontréis la coletilla de “la NASA ha confirmado qué X catástrofe sucederá” lo podéis verificar. ¿Cómo? Yendo a la página de la agencia (nasa.gov), donde podréis ver las últimas noticias publicadas. No veréis nada del bulo.
Pero siguiendo con supuestos fenómenos astronómicos catastróficos, hay que hablar de uno que sí tiene un toque real. El de las colisiones de asteroides con la Tierra. Por desgracia es, de lejos, el bulo más recurrente que podemos ver. Hay varios cada año vaticinando una colisión.
Este sí que tiene un punto de verdad. Porque, veréis, tarde o temprano, un asteroide chocará con la Tierra. No es una cuestión de si puede suceder o no, sino de cuándo sucederá. Es algo de lo que hablé en este hilo, repasando varios aspectos:
Porque, lo cierto es que, a corto plazo (los próximos 100-150 años) no hay previsión de que ningún asteroide, que pueda provocar una destrucción significativa, pueda chocar con la Tierra. Eso no quiere decir que no podamos volver a ver eventos como el de Cheliábinsk (Rusia).
Eso sí es una posibilidad. Que alguna pequeña roca explote en la atmósfera y pueda provocar daños localizados es una posibilidad. Pero nada que pueda poner en peligro ni la especie ni destruir un continente, o países, ni casos similares. Porque, simplemente, lo sabríamos.
Porque ese es otro detalle que no debemos pasar por alto. Si realmente hubiese peligro de que un asteroide fuese a chocar con la Tierra y causar una destrucción significativa, como se suele comentar en esos bulos, todos los medios del mundo comentarían la noticia constantemente.
Es decir, no te enterarías de casualidad en alguna página o cuenta de Twitter de dudosa reputación. Lo sabrías de primera mano de agencias espaciales y de los medios de todo el mundo. Porque no habría nadie que hablase de cualquier otra cuestión. ¡Así que tranquilidad!
Por último, hay varios bulos sobre la Luna. Los más habituales son el de la luna azul, que no es más que el nombre que se le da a la segunda luna llena que tiene lugar en un mismo mes, y el de la superluna, que en realidad solo es un 10% más grande de lo que vemos normalmente.
Aunque no entran en la categoría de bulos, sino más bien de mentiras y manipulaciones, quiero recordar también que hay varios temas que tampoco hay por donde coger, porque se pueden desmontar con facilidad, como la idea de que la Tierra es hueca:
O esa idea que parece tener más fuerza en tiempos recientes que dice que, en realidad, la Tierra es plana. Algo que no se sostiene de ninguna manera y que se puede desmentir fácilmente. De hecho, se sabe que la Tierra es redonda desde hace mucho tiempo:
Y, por rematar, también hay quien ha puesto en duda que el hombre llegase a la Luna. Algunas personas lo hacen apoyándose en que con la tecnología que tenemos hoy en día no hemos llegado a nuestro satélite, pero lo cierto es que no tenemos motivos para ir:
¡Fin del hilo!
¡Ya está el hilo disponible como Momento de Twitter!
twitter.com/i/moments/9765…
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