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💡 Cuento historias. 3 bestseller: Territorios Improbables, Atlas de Lugares Extraordinarios, La Tormenta de Cristal. LO ÚLTIMO: La Pirámide del Fin del Mundo.

Apr 29, 2021, 36 tweets

En Turín hay un edificio con un circuito de pruebas de 1.2 km de longitud EN LA AZOTEA.

También un símbolo de la arquitectura corporativa y el mejor ejemplo de que la arquitectura industrial puede ser tan bella como una iglesia.

En #LaBrasaTorrijos de hoy, el Lingotto.

HILO 👇

Esto es muy sencillo, el segundo tipo de arquitectura más antiguo que existe es la arquitectura corporativa. (El más antiguo es la arquitectura residencial, las casas, claro).

Los edificios corporativos cumplen una serie de reglas idénticas a la de cualquier otra construcción, pero además, tienen vocación de símbolo.

De imagen formal, estética y material de la empresa a la que representan.

¿Y cuál es el edificio corporativo más antiguo de la civilización? Los edificios religiosos.

Las iglesias y las catedrales son símbolos de una empresa muy antigua: la Iglesia.

Un edificio corporativo es, en el fondo, un gran anuncio. Por eso, un palacio también es arquitectura corporativa, y un museo y un pabellón y un estadio y hasta unas viviendas de protección oficial tendrían el carácter subyacente de arquitectura corporativa.

Es decir, que la arquitectura corporativo no son solo los edificios de oficinas. La diferencia es que la función inicial es muy distinta y, a veces, muy específica.

Unas oficinas solo son un gran espacio abierto donde colocar mesas de trabajo, mientras que un estadio, por ejemplo, además de ser un símbolo del club al que representa, necesita prestar atención a cientos de detalles funcionales distintos y solapados.

Y hay unos pocos casos en los que se produce una coexistencia perfecta entre las necesidades funcionales y la imagen corporativa de una compañía: el Lingotto de la FIAT en Turín.

Si lo pensáis, solo hay un elemento externo intrínsecamente necesario al coche: la carretera.

En el propio ancho y en los radios de giro. En cada recta y cada curva, la carretera define la dirección, la aceleración y la distancia de frenado de los coches que circulan en ella.

Salvo que conduzcamos un buen vehículo todoterreno, la carretera es el verdadero dios de los coches. Porque están obligados a rodar por ella.

Y su tamaño y sus necesidades son enormemente distintas a las del peatón porque, en realidad, no está construida para el hombre.

De ahí que la obra que Giovanni Agnelli, director de la FIAT, encargó en 1915 al joven arquitecto Giacomo Mattè-Trucco fuese tan complicada.

Había que construir una nueva fábrica en el distrito del Lingotto, a las afueras de Turín, y el edificio debía albergar oficinas pero también las plantas de producción industrial de los automóviles, con el espacio y las peculiaridades técnicas que requería la maquinaria.

Pero además de todo eso, el edificio debería incorporar, en la medida de lo posible, una pista de pruebas para los coches recién terminados.

La solución que ofrecieron Mattè-Trucco y el ingeniero Ugo Gobbato fue extraordinaria y radical:

Colocaron el circuito en la azotea.

O no.

En realidad no colocaron el circuito en la azotea del edificio.

Como diría Le Corbusier, construyeron un edificio DEBAJO de un circuito de carreras. Porque TODA toda la cubierta es la pista de pruebas y, por tanto, toda la construcción se supedita al circuito.

En el Lingotto, la carretera no solo marca la velocidad y la ruta de los coches, sino que define la forma y las dimensiones del edificio que está debajo.

Incluso la manera de acceder a la cubierta, mediante rampas helicoidales en el interior, se define por la existencia de ese circuito de carreras que gira y gira a treinta metros de altura.

Las oficinas son una parte secundaria. Las salas de reuniones, los despachos y hasta las plantas de fabricación se ven condicionadas por una decisión tan extrema como llena de significado.

Porque el mejor anuncio consiste en enseñar lo buenos que son tus productos, y el mejor edificio para una compañía automovilística es el que demuestra al mundo lo rápidos que ruedan tus coches.

El Lingotto se inauguró en 1922 bajo la presencia del rey Víctor Manuel II. Su fama dio la vuelta al mundo y se convirtió en un símbolo de la FIAT, del barrio en el que se levantaba e incluso de la ciudad de Turín.

También fue un modelo y casi un compendio de los sistemas constructivos más modernos de la época, a base de elementos prefabricados de hormigón armado y pretensado.

El edificio permaneció en funcionamiento hasta 1982 si bien, a partir de 1939, gran parte de los modelos de la marca se fabricaron en la planta Mirafiori que FIAT había construido a unos kilómetros de distancia.

Dentro se fabricaron los famosísimos Topolino.

Y en su cubierta peraltada se grabaron decenas de anuncios y se tomaron otras tantas sesiones de fotos.

Y también se rodó una persecución especialmente molona con tres MINIs para "Un trabajo en Italia", la peli de 1969.

En 1985, la compañía encargó a Renzo Piano la remodelación del edificio, con el objetivo de transformarlo en una instalación de usos múltiples.

Piano le añadió, entre otras cosas, un helipuerto y una sala de conferencias corporativa.

El edificio construido debajo de un circuito de carreras se reabrió en 1992 con motivo del Salón del Automóvil de Turín y, en la actualidad, cuenta con hoteles, un centro comercial, galerías de arte, centro de convenciones y hasta un complejo de cines con once salas.

Todo eso debajo de una pista peraltada pensada solo para los coches.

Todo eso debajo de una carretera de 1200 metros en un edificio de 500 metros de largo por 100 de ancho.

Todo eso debajo de un lugar pensado para la máquina.

Porque, si se mira con los ojos correctos, quizá se pueda descubrir que la arquitectura industrial puede ser tan brillante y tan representativa como el más delicado de los palacios.

Y con estas cuatro fotos que resumen muy bien el episodio de hoy, vamos a despedirnos del Lingotto, de la FIAT, de Turín, de los coches y de #LaBrasaTorrijos de esta semana.

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(Es la hora de pasar la gorra!)

🎙️Y si os gustan las historias sobre arquitectura (y escuchar mi aterciopelada voz), acabamos de estrenar un podcast PRECIOSO que dirijo y presento y del cual estamos muy orgullosos.

⚡️Poneos los auriculares, que os va a encantar

⬇️⬇️⬇️

Nos vemos en un nuevo capítulo el próximo jueves a la misma hora.

Si os habéis quedado con ganas de viajar a más territorios improbables, todos los episodios de #LaBrasaTorrijos están archivados en mi tuit fijado, que es este hilo de hilos de hilos:

Las imágenes del capítulo de hoy son de:

Archivo histórico FIAT, Daniele Cereghino, Paramount Pictures, Gilpert Sopakuwa, joaoslr, Sgutterstock, istock, Jan Fortis/Vespa y Red Bull.

#LaBrasaTorrijos se escribe en directo todos los jueves desde el soleado barrio de Villaverde.

(Fin del HILO 🏎️🚗🏁🏫)

(Lo de que se escribe en directo es totalmente cierto, que antes he estao a punto de morir atragantado pero yo me dejo la vida por vosotras y vosotros, que lo sepáis)

(Y en el episodio de la semana que viene vamos a dar una vuelta por el edificio más bonito de Nueva York).

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