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Especialista en Medicina Interna. Aprendo, escribo, comparto.

Jul 28, 2021, 24 tweets

CARTA A LA INSULINA (Felices 100 años):

Tu enemiga natural, la diabetes, consumió durante siglos los músculos y las vidas de lo mejor de la humanidad. Impune, nos mostró el camino mediante el cual un cuerpo se consumía de manera indigna hasta la muerte.
Vivíamos en cetoacidosis.

Una noche, preparando una clase de fisiología de los carbohidratos, Frederick Grant Banting soñó despierto con la posibilidad de encontrarte, de ser él el que triunfara donde 400 hombres habían fracasado por más de 20 años.

No sé si tenía idea de su osadía.

Los tumbos que la ciencia dio por siglos habían llevado a la conclusión que existías en el páncreas, pero no más. El 7 de noviembre de 1920, convenció a John James Richard Macleod de que le prestara un pequeño cuarto sucio y mal ventilado, indigno de la hazaña que alcanzarían.

Macleod pensó que Banting estaba loco, pero 6 meses después, el 1 de mayo de 1921, el viaje comenzó.

Designó a un joven estudiante, Charles Herbert Best, como asistente de Banting. Años atrás, Best había visto a su tía morir en las garras de la diabetes.

El 17 de mayo empezaron con las pancreatectomías parciales en 🐕, los que inevitablemente terminaban en diabetes para morir después.

Su primer mártir fue un Coker Spaniel, a quien operaron durante 80 minutos.

Hemorragias, infecciones, diabetes, los animales no duraban mucho.

El extracto pancreático obtenido costó mucha sangre, y fue hasta el 1ro. de agosto cuando 8 cms. de un preparado intravenoso de él, revirtieron el coma en un perro.

Ni oral, ni rectal, solo funcionabas IV o subcutánea.

Entonces te llamaron "isletina".

Para septiembre los perros vivían semanas, y ya se operaban fetos de becerros y ovejas; tenían gran confianza en sí mismos, pero faltaba un integrante más que lidiara con la bioquímica que te sacaría de la oscuridad: James Bertrand Collip.

Con base a alcohol, te sacó a flote.

En diciembre de 1921, Banting y Macleod presentaron sus resultados en el Journal Club of the Department of Physiology of the University of Toronto, donde fueron vapuleados con la vara del escepticismo, y lo mismo ocurrió en la Universidad de Yale.

Pero llegó Leonard Thompson...

Leonard apareció en el momento justo tras la negativa del Dr. Duncan Graham para que fueras usada en humanos. Tenía solo 14 años y la diabetes lo había convertido en un muerto viviente, pesaba 30 kilos, estaba entrando en cetoacidosis y moría irremediablemente.

Llevaba 3 años de evolución y ya sobrevivía con solo 450 kcal al día, llevaba 1 mes en el hospital. Los padres estaban desesperados y aceptaron experimentar ¿Qué más quedaba?
Leonard recibió 7.5 cms de extracto pancreático en cada glúteo el 11 de enero de 1922, sin mucho éxito.

Entonces había que purificarte para que fueras más efectiva y Collip se encargó de eso durante 12 eternos días. Ya no quedaba tiempo, y para el 23 de enero de 1922, Leonard te recibió a las puertas de la muerte.

Una molécula pura, potente y lista para concretar el milagro.

La glucosa en sangre de Leonard pasó de 520 a 120 mgs, y en orina, de 71 a 9 gramos, y todo en 24 horas.

Días después, Leonard regresó a casa, pero dejó abierto un camino hacia la vida para todos los que siguieron tras él.

El personal del hospital no lo podía creer.

El 3 de mayo de 1922 te aclamaron en la Asociación Médica de América; los resultados del equipo eran ya irrefutables, y lo mismo pasó con el Canadian Medical Association Journal. La euforia era desmedida, la victoria total.Tal era el hueco tan grande que existía.

Eli-Lilly llegó a un acuerdo con el equipo y fuiste producida industrialmente, pero no fuiste exclusiva de ellos, Banting no lo permitió.

A la par, Hans Christian Hagedorn y August Krogh también obtuvieron permiso y te llevaron a Europa. Con ellos estuviste en las mejores manos.

Así fue como en 1923, nació lo que hoy es Novo-Nordisk. Te conocieron, te cuidaron y te mejoraron. En 1936 nació tu versión Protamina-Zinc con una duración de 24 horas que permitió disminuir la cantidad de inyecciones al día, pues solo eras de tipo rápido, era lo que había.

Pero Hagedorn no paró ahí y siguió puliéndote. Para 1946 nació tu versión NPH (Neutral Protamine Hagedorn) y su nombre quedó ligado al tuyo para siempre. Esa NPH aún existe entre nosotros y resiste maravillosamente el paso del tiempo. No podemos concebirnos sin ella.

1983 marca otro gran punto de inflexión: la tecnología por DNA recombinante saca de circulación a las insulinas obtenidas de animales que tenían como efecto adverso alergias sistémicas o en el sitio de inyección. El mundo ya no vuelve a ser el mismo.

Tu primer análogo de insulina rápida aterriza en 1996, la célebre LISPRO, y 4 años después, en el 2000 llega Glargina. Las glucemias en ayuno y postprandiales de los pacientes estarían bajo control más que nunca, los logros de la NPH eran potenciados a finales del siglo XX.

Ahora vivimos entre análogos sintéticos, entre la NPH y otros medicamentos que poco a poco llegaron a darle forma al arsenal que tenemos para luchar contra la diabetes.

Ahora abundan los estudios cuyos resultados nos enseñaron lo que tenemos que hacer para evitar desgracias.

Ahora te encuentras disponible en cualquier farmacia, y cuando la diabetes arremete hacia la cetoacidosis, te usamos en infusión continua y sabemos que podemos ganar. Tú, la hidratación y el conocimiento son la clave para vencer a la muerte.

La vencemos TODOS LOS DÍAS.

Te obtuvimos y no te decepcionamos, aprendimos a usarte con maestría, conocemos tus virtudes y defectos, eres noble como pocos fármacos, te aprecio profundamente. Eres el arma casi perfecta, si no logramos el control de la glucosa, te aseguro que tú no eres la culpable.

De ser esquiva, de ocultarte entre las sombras, a ser uno de los 10 medicamentos más importantes de la historia humana, tu recorrido apasiona, inspira, llena de nostalgia, ilusiona.

Tu llegada fue un parto doloroso, pero después de él, nos diste todo.

Banting y Macleod ganaron el Nobel en 1923 por su descubrimiento (compartieron el premio con Best y Collip), y millones de personas ganaron años de vida, incluyendo a Leonard.

Hagedorn fue el mejor padre adoptivo que pudiste tener, el que te preparó para la vida adulta.

Te deseo pues, que cumplas muchos años más, y que sigas recibiendo todo el cariño de la ciencia que tanto te mereces.

Nunca dejaré de contar tu maravillosa historia.

Felices 100 años, querida insulina ¡Que seas eterna!

#diabetes
#medicina
#doctorhumano
#insulina100.

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