Tu enemiga natural, la diabetes, consumió durante siglos los músculos y las vidas de lo mejor de la humanidad. Impune, nos mostró el camino mediante el cual un cuerpo se consumía de manera indigna hasta la muerte.
Vivíamos en cetoacidosis.
Una noche, preparando una clase de fisiología de los carbohidratos, Frederick Grant Banting soñó despierto con la posibilidad de encontrarte, de ser él el que triunfara donde 400 hombres habían fracasado por más de 20 años.
No sé si tenía idea de su osadía.
Los tumbos que la ciencia dio por siglos habían llevado a la conclusión que existías en el páncreas, pero no más. El 7 de noviembre de 1920, convenció a John James Richard Macleod de que le prestara un pequeño cuarto sucio y mal ventilado, indigno de la hazaña que alcanzarían.
Macleod pensó que Banting estaba loco, pero 6 meses después, el 1 de mayo de 1921, el viaje comenzó.
Designó a un joven estudiante, Charles Herbert Best, como asistente de Banting. Años atrás, Best había visto a su tía morir en las garras de la diabetes.
El 17 de mayo empezaron con las pancreatectomías parciales en 🐕, los que inevitablemente terminaban en diabetes para morir después.
Su primer mártir fue un Coker Spaniel, a quien operaron durante 80 minutos.
Hemorragias, infecciones, diabetes, los animales no duraban mucho.
El extracto pancreático obtenido costó mucha sangre, y fue hasta el 1ro. de agosto cuando 8 cms. de un preparado intravenoso de él, revirtieron el coma en un perro.
Ni oral, ni rectal, solo funcionabas IV o subcutánea.
Entonces te llamaron "isletina".
Para septiembre los perros vivían semanas, y ya se operaban fetos de becerros y ovejas; tenían gran confianza en sí mismos, pero faltaba un integrante más que lidiara con la bioquímica que te sacaría de la oscuridad: James Bertrand Collip.
Con base a alcohol, te sacó a flote.
En diciembre de 1921, Banting y Macleod presentaron sus resultados en el Journal Club of the Department of Physiology of the University of Toronto, donde fueron vapuleados con la vara del escepticismo, y lo mismo ocurrió en la Universidad de Yale.
Pero llegó Leonard Thompson...
Leonard apareció en el momento justo tras la negativa del Dr. Duncan Graham para que fueras usada en humanos. Tenía solo 14 años y la diabetes lo había convertido en un muerto viviente, pesaba 30 kilos, estaba entrando en cetoacidosis y moría irremediablemente.
Llevaba 3 años de evolución y ya sobrevivía con solo 450 kcal al día, llevaba 1 mes en el hospital. Los padres estaban desesperados y aceptaron experimentar ¿Qué más quedaba?
Leonard recibió 7.5 cms de extracto pancreático en cada glúteo el 11 de enero de 1922, sin mucho éxito.
Entonces había que purificarte para que fueras más efectiva y Collip se encargó de eso durante 12 eternos días. Ya no quedaba tiempo, y para el 23 de enero de 1922, Leonard te recibió a las puertas de la muerte.
Una molécula pura, potente y lista para concretar el milagro.
La glucosa en sangre de Leonard pasó de 520 a 120 mgs, y en orina, de 71 a 9 gramos, y todo en 24 horas.
Días después, Leonard regresó a casa, pero dejó abierto un camino hacia la vida para todos los que siguieron tras él.
El personal del hospital no lo podía creer.
El 3 de mayo de 1922 te aclamaron en la Asociación Médica de América; los resultados del equipo eran ya irrefutables, y lo mismo pasó con el Canadian Medical Association Journal. La euforia era desmedida, la victoria total.Tal era el hueco tan grande que existía.
Eli-Lilly llegó a un acuerdo con el equipo y fuiste producida industrialmente, pero no fuiste exclusiva de ellos, Banting no lo permitió.
A la par, Hans Christian Hagedorn y August Krogh también obtuvieron permiso y te llevaron a Europa. Con ellos estuviste en las mejores manos.
Así fue como en 1923, nació lo que hoy es Novo-Nordisk. Te conocieron, te cuidaron y te mejoraron. En 1936 nació tu versión Protamina-Zinc con una duración de 24 horas que permitió disminuir la cantidad de inyecciones al día, pues solo eras de tipo rápido, era lo que había.
Pero Hagedorn no paró ahí y siguió puliéndote. Para 1946 nació tu versión NPH (Neutral Protamine Hagedorn) y su nombre quedó ligado al tuyo para siempre. Esa NPH aún existe entre nosotros y resiste maravillosamente el paso del tiempo. No podemos concebirnos sin ella.
1983 marca otro gran punto de inflexión: la tecnología por DNA recombinante saca de circulación a las insulinas obtenidas de animales que tenían como efecto adverso alergias sistémicas o en el sitio de inyección. El mundo ya no vuelve a ser el mismo.
Tu primer análogo de insulina rápida aterriza en 1996, la célebre LISPRO, y 4 años después, en el 2000 llega Glargina. Las glucemias en ayuno y postprandiales de los pacientes estarían bajo control más que nunca, los logros de la NPH eran potenciados a finales del siglo XX.
Ahora vivimos entre análogos sintéticos, entre la NPH y otros medicamentos que poco a poco llegaron a darle forma al arsenal que tenemos para luchar contra la diabetes.
Ahora abundan los estudios cuyos resultados nos enseñaron lo que tenemos que hacer para evitar desgracias.
Ahora te encuentras disponible en cualquier farmacia, y cuando la diabetes arremete hacia la cetoacidosis, te usamos en infusión continua y sabemos que podemos ganar. Tú, la hidratación y el conocimiento son la clave para vencer a la muerte.
La vencemos TODOS LOS DÍAS.
Te obtuvimos y no te decepcionamos, aprendimos a usarte con maestría, conocemos tus virtudes y defectos, eres noble como pocos fármacos, te aprecio profundamente. Eres el arma casi perfecta, si no logramos el control de la glucosa, te aseguro que tú no eres la culpable.
De ser esquiva, de ocultarte entre las sombras, a ser uno de los 10 medicamentos más importantes de la historia humana, tu recorrido apasiona, inspira, llena de nostalgia, ilusiona.
Tu llegada fue un parto doloroso, pero después de él, nos diste todo.
Banting y Macleod ganaron el Nobel en 1923 por su descubrimiento (compartieron el premio con Best y Collip), y millones de personas ganaron años de vida, incluyendo a Leonard.
Hagedorn fue el mejor padre adoptivo que pudiste tener, el que te preparó para la vida adulta.
Te deseo pues, que cumplas muchos años más, y que sigas recibiendo todo el cariño de la ciencia que tanto te mereces.
Nunca dejaré de contar tu maravillosa historia.
Felices 100 años, querida insulina ¡Que seas eterna!
Así es tener ESCLEROSIS LATERAL AMIOTRÓFICA (ELA).
El médico nos ha dicho hoy, a ti y a mí, que tenemos ELA, y la sentencia es brutal: A partir de este momento nos quedan entre 3 y 5 años de vida. Esta enf. degenerativa del sistema nervioso, ya no nos dejará.
Meses atrás y sin darnos cuenta, las neuronas que controlan los movimientos de los músculos de nuestro cuerpo, empezaron a morir.
El movimiento de 1 de nuestras manos empezó a fallar, perdió destreza y se debilitó, tomar objetos fue cada vez más difícil.
Luego aparecieron los calambres en el resto del brazo, que empezó a atrofiarse, que perdió tamaño.
Y luego llegaron los espasmos musculares.
Después, la afectación de esa extremidad pasó a la del otro lado, de ahí a una pierna, y sin piedad se extendió a la otra.
Hoy, a ti y a mí un 👩🏽⚕️ nos ha dicho que tenemos Alzheimer. A partir de este momento y dependiendo de cada quién, nos quedan aprox. 10 años de vida.
Ahora, empezará un seguimiento en consulta dónde a través de la GDS, evaluarán el deterioro cognitivo
que tenemos y que iremos experimentando en los próximos años.
Hay 7 etapas, la última la peor de todas.
Ya diagnosticados con Alzheimer, en la etapa 1 no hay síntomas.
En la 2, la familia nota que empezamos a olvidar el nombre de algunas cosas y en casa, acomodamos mal otras.
Aquí, nuestra alteración cognitiva es muy leve.
Pero el tiempo pasa y ahora estamos en etapa 3. Nos es difícil aprender cosas nuevas en el trabajo. Encontrar palabras para comunicarnos es difícil a veces. Empieza el olvido para familiares lejanos.
"Traición de la naturaleza"
(La lucha contra el cáncer de mama).
Un día, la naturaleza llevó la lucha por la supervivencia a los senos de la mujer. Atentó contra uno de los símbolos más sagrados que posee el ser humano, y golpeó, con saña, a nuestras madres.
Sin herramientas ni fármacos, otra vez la piedra del conocimiento debió tallarse rudimentariamente por siglos, para equilibrar la balanza. Indefenso, el hombre tuvo que cortar, y echó mano de los vestigios ancestrales de lo que hoy es la cirugía. Cortó, a destajo, cuerpo y alma.
La mastectomía apareció en el siglo II, d.C. siempre seguida del fuego ardiente que cauterizaba los vasos sangrantes; obvio no sería suficiente. 1200 años después empezaron a retirar los ganglios linfáticos axilares, tras entender que tendían a infestarse por el cáncer.
El médico, en aquel campo de concentración Nazi, juntó 20 prisioneros, los dividió en 2 grupos de 10, y a uno le dio levadura y a otro vitamina C. A los 4 días, la hinchazón de tobillos que era tan prevalente, desapareció en quienes tomaban levadura.
La teoría del médico era correcta. Estaba seguro que detrás del edema, había una deficiencia de vitamina B, pero tenía que comprobarlo. Tras hacerlo, la levadura fluyó en mayor cantidad en todo el campo.
Un incansable buscador de evidencias, eso era Archibald Leman Cochrane.
Estaba harto de la impotencia sentida al querer curar la tuberculosis de algunos desgraciados, pero sin datos que respaldaran la eficacia de los supuestos tratamientos disponibles para ello. ¿Qué dar? ¿A quién? ¿Cuándo? Eraa imposible saberlo.
Unas personas odian a los médicos porque los catalogan, por experiencia propia o personal, como mercenarios a los que solo les interesa el dinero del paciente y en el momento que ya no tiene, se deshacen de él. Tienen razón, eso existe.
Los que estamos en este medio, conocemos de sobra casos en donde decimos: "HDSPM, pinche 🐀", (por el procedimiento que le hicieron al paciente y lo que le cobraron, y las condiciones en la que nos lo mandaron al 🏥). Ese médico existe, y se merece ser odiado.
Peor aún, está el que estafa o engaña, que roba al lucrar con la necesidad, saca lo que quiere, no resuelve nada y, al final, el paciente sigue igual, y acaba en dónde no quería ir al principio (Hospital).
Ejemplos típicos, los estafadores en esta pandemia.