Thread by @txalapartatik

Repasamos en este hilo qué pasó en Altsasu entre 1936 y 1940, la represión fascista y de la Guardia Civil, explicada a través de los Consejos de Guerra oficiales. Tal vez se entienda mejor así por qué Alsasua es antifascista
📚'Consejo de Guerra' txalaparta.eus/es/libros/cons…

Entre el 19 y el 21 de julio de 1936 unos 500 vecinos de Alsasua salieron huyendo del pueblo. La mayoría de ellos, después de permanecer algunos días en el monte, fueron pasando a Gipuzkoa enrolándose en el ejército defensor de la República. La mayor parte murió en el frente.

Otros se entregaron al ejército franquista al terminar la guerra en el norte; y el
resto, mayoritariamente, se entregó al terminar la guerra. Estos últimos fueron llegando a Alsasua a partir de abril de 1939 habiendo pasado antes por distintos campos de concentración.

Al llegar, estaban obligados a presentarse ante la Guardia Civil, quien les hacía un breve interrogatorio y enviaba un informe al juzgado militar de Pamplona. Allí se les abría un expediente que determinaría el grado de responsabilidad contraído por oponerse a los golpistas.

Mientras se llevaba la investigación debían estar en la cárcel. En los primeros juicios la autoridad judicial militar se inclinó por juzgar a varios vecinos
conjuntamente, pero el 22 de enero de 1940 el auditor de la región decidió que cada procesado debía tener su expediente.

La información que llegaba a la justicia militar provenía de personas derechistas adictas al Movimiento, principalmente de los jefes locales de FET y de las JONS, de los alcaldes y de la Guardia Civil.

Según el comandante militar local, Alsasua "dio al ejército rojo al iniciarse el Glorioso Alzamiento 308 hombres capaces de empuñar las armas. Frente a esos, ¿cuántos voluntarios se unieron a las filas del ejército libertador de nuestra Patria? Bastarían los dedos de una mano".

El alguacil de la localidad tuvo que huir de Alsasua en 1936. Al acabar la guerra, el comandante de la Guardia Civil, Gregorio Zubizarreta, le acusaba de ser "gran amigo del líder socialista don Constantino Salinas y de haber participado en la huelga de octubre de 1934".

El 6 de octubre de 1937, se interrogaba al alsasuarra Isidro Zornoza Iriarte, quien
recordaba que al iniciarse el Movimiento escapó del pueblo, siendo después guardián en la cárcel de Ondarreta, puesto en el que permaneció hasta el 5 de agosto de 1936. Fue condenado a 12 años.

En octubre de 1937 la Comisión de Prisioneros pedía informes sobre Jesús Mendía Alcalde. Dos vecinos le imputaron el delito de alternar con el vecino José Cruz Oyarbide, al que tachaban de «anticatólico, enemigo del trabajo y amigo de la revuelta...

...individuo que no se dedicaba a ninguna clase de trabajo y muy vicioso, y que se decía y se preciaba de ser comunista; (…) simpatizaba con los separatistas vascos, teniendo gran amistad con el jefe de los socialistas de Navarra don Constantino Salinas».

El 28 de agosto de 1939, el director del Hospital de Zaragoza no daba permiso
para el traslado de Jesús a Navarra; padecía tuberculosis y resultaba «imposible trasladarle a otro lugar». El 21 de febrero de 1940, Mendía fallecía en el Sanatorio de Laguardia, donde fue enterrado.

Leandro Pérez Albéniz era puesto a disposición del juez militar en noviembre de
1937. Vecino de Alsasua, había militado en UGT. Fue clasificado por las autoridades como «peligrosísimo». El consejo de guerra le condenó a reclusión perpetua por un delito de «rebelión militar».

El 30 de noviembre de 1937, Antonio Mazquiaran Celaya, de 28 años, legítimo alcalde de Alsasua, se presentaba ante el comandante militar de la localidad. Había pertenecido a UGT. Se marchó a Gipuzkoa tras el golpe de Estado y, tras caer Gijón, se entregó al ejército franquista.

El alcalde franquista redactó un informe en el que se destacaba su "buenísima conducta social". Sin embargo, el comandante de la Guardia Civil le definía como "de un izquierdismo rabioso". El 9 de febrero de 1939, fue condenado a reclusión perpetua por un delito de "rebelión".

Antonio Múgica Albisu escapó de Alsasua el 21 de julio de 1936. Después de luchar con el bando republicano, fue detenido, trasladado a un campo de concentración y de allí al "batallón de trabajadores" (esclavos). Le concedieron dos días de permiso para marchar a su pueblo.

Llegó a Alsasua el 19 de marzo de 1938. Ese mismo día, un grupo de vecinos adictos al Movimiento se presentaron en la Comandancia Militar local para denunciar su presencia, "un agitador marxista". Le dejaron pasar esos días en Alsasua pero en 1939 fue condenado a cadena perpetua.

El 6 de abril de 1938, el Comandante Militar de Alsasua remitía un escrito al
Gobernador Militar de Navarra en el que se manifestaba contrario a la celebración de una reunión solicitada por la junta directiva de la sociedad Los Buenos Amigos. Sus razones eran las siguientes:

"Alsasua tiene en su seno raíces masónico-marxisto-comunistas y que dio al frente rojo más de 300 voluntarios de toda esta calaña. Los familiares y amigos de esos voluntarios confían todavía en un posible triunfo de los suyos y quieren ayudarles en cuanto les sea posible...

"...con el propósito diabólico de reunirse y despecharse a su gusto, separadamente de los verdaderos y auténticos defensores de la España que a costa de tanto sacrificio se está forjando, tratan de resucitar una sociedad que de hecho murió al nacer el Glorioso Alzamiento".

Así que, tras esta petición, la única asociación permitida en Alsasua fue Falange Española Tradicionalista y de las JONS, con su local social, y el Círculo Católico. Donde "tienen cabida todos los habitantes de la localidad dignos y honrados".

En abril de 1938, Juan Larraza Sanz, afiliado a UGT de Alsasua, declaraba que el alzamiento le sorprendió en San Sebastián, a donde había acudido a visitar un médico. La justicia militar dio por probado que había participado en las rondas por Alsasua. Condena: 30 años de prisión.

Marino Ayerra, párroco de Alsasua, escribió, como hizo con otros, unas breves líneas a favor de Jesús: "ha sido siempre un buen católico, cumpliendo con exactitud sus obligaciones (…) conduciéndose siempre en todo con exquisita corrección en su moralidad y relaciones sociales".

En abril de 1938, se iniciaba el procesamiento contra Ramón Prieto, «de pésimos
antecedentes» según el comandante de la Guardia Civil. Se le acusó de haber participado en los sucesos de octubre de 1934. El consejo de guerra le condenó a pena de muerte por «rebelión».

Veinte vecinos de Alsasua que se entregaron en Santoña en agosto de 1937 fueron procesados en octubre de 1938 en un mismo sumario. A todos se les acusaba de «rebelión militar». El 11 de marzo de 1939, el tribunal militar les condenó a reclusión perpetua (30 años). Eran:

Eusebio Martín Bernaldo de Quirós, ferroviario; Claudio Echeberria Zabalo, labrador; Felipe Prieto Álvarez, fundidor; José María Celaya Iriarte; Lázaro Larraya Celaya, moldeador; Juan Cruz Larrea Uribe, moldeador; Manuel Pereda Ulibarri, moldeador;

Andrés Larraza Celaya, jornalero; Félix Echeberria Zabalo, obrero; Balbino Lecea Iriarte, carpintero; Manuel Lecea Lecea, ferroviario; Luis Iglesias Otegui, forjador; Gregorio González Arregui, esmaltador; José Elizondo Villanueva, ferroviario;

Vicente España Valderrama, ferroviario; Felipe Osés Landa, ferroviario; Hipólito Valmaseda Alanama; Andrés Mazquiaran Goicoechea, ferroviario; Ignacio Arza Echeberria y Julián Ayensa Bellido.

Un nuevo sumario agrupaba el procesamiento de 24 vecinos. Una parte de ellos se entregaron al ejército franquista tras caer Santoña en agosto de 1937. Otros fueron detenidos en alta mar cuando intentaban llegar a Francia en barco.

Para la mayoría de los encausados se dictó cadena perpetua (30 años
de cárcel), rebajada a cinco o seis años en 1940 y 1941. Víctor Huarte fue condenado a pena de muerte, luego conmutada por cadena perpetua.

A Víctor Huarte, el comandante de la Guardia Civil le acusaba, entre otras cosas, de haber impulsado el cierre de los colegios religiosos de Alsasua, de retirar los crucifijos de las escuelas, también de ser propietario del libro "Educación sexual".

El Delegado de Orden Público de Pamplona ordenaba a la policía de Alsasua
registrar el ayuntamiento en busca de "algunos documentos de partidos extremistas", registro que se produjo el 15 de diciembre de 1938. Incautaron:

"una lista integrada por 50 personas afiliadas a la @cnt1910, que asistieron a un mitin comunista [sic] en Zaragoza; un escrito en que se hace constar el nombramiento de la Junta Directiva de la CNT; 41 carnés de la CNT y dos cuadros representativos de la nefasta República".

El 30 de diciembre de 1938, el pelotari Juan Bengoechea Larrea, chófer del hospital militar, desaparecía sin dejar rastro. El comandante de la Guardia Civil de Alsasua envió al juzgado militar un informe acusándole de varios actos sucedidos con anterioridad al alzamiento.

Según el guardia, Bengoechea fue visto pasear por Alsasua "con alguna de las mujeres que servían en estas casas a pesar de estar casado y de vivir con su mujer, sembrando y fomentando así la inmoralidad y la pornografía entre la juventud de esta villa".

Le acusaba de haber sido anarquista y de ponerse a la cabeza de los jóvenes en huelgas. En una de estas subió al kiosco y gritó "¿me dais palabra de que si viene la Guardia Civil a suspender este acto acometeréis contra ella con escopetas, pistolas, cuchillos, palos y piedras?".

Terminada la guerra, Bengoechea, con 31 años y antiguo militante de la cnt,
regresó a Pamplona y se presentó a las autoridades militares. Tras dos años en
la cárcel, en febrero de 1941 recobraba la libertad.

El 10 de abril de 1939, el comandante militar ordenó la búsqueda y captura del vecino Valentín Morcillo, ferroviario, afiliado a UGT. Fue detenido e interrogado por el comandante. Salió de Altsasu en el 36. Se le condenó a treinta años de prisión por «adhesión a la rebelión».

El 12 de abril de 1939, se presentaba en el cuartel de la Guardia Civil el vecino
Santiago González González, guarnicionero, militante de CNT antes del alzamiento. El 5 de octubre de 1939, se le condenó a reclusión perpetua conmutada por seis años y un día de prisión.

El 6 de abril de 1939, el falangista Juan Mendía, el comandante de la
Guardia Civil y un guardia municipal acudían al cuartelillo para recoger a Jesús Andréu Garcés, valenciano avecindado en Alsasua, que huyó en el 36. Fue condenado a 12 años por «auxilio a la rebelión».

Juan Goikoetxea, Akullu, mintió al consejo de guerra como la mayoría de sus
compañeros. Fue un gran combatiente, que pasó de labrador en Alsasua a piloto de cazas rusos. Se quedó el último en la defensa de Irun, peleó en la Brigada Vasco-Catalana; fue dinamitero en Madrid;...

...se entrenó como piloto en Moscú y Armenia y estuvo como oficial hasta el final luchando contra la aviación alemana. Luego ante el consejo, se rebajó a sargento y dijo que no había volado en ningún frente. Y había estado en todos. Fue condenado a 2 años y 4 meses de prisión.

Además de a penas de muerte, cadenas perpetuas y muchos años de cárcel, muchos de los detenidos en Alsasua, que pasaban por el cuartelillo de la Guardia Civil, eran enviados a los llamados "batallones de trabajadores", esclavos del franquismo.