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Estuve en Corrientes para los carnavales y me enteré de, parafraseando a Ford Madox Ford, la historia más absurda jamás contada. Involucra el que iba a ser el mejor hotel de Sudamérica, su fiesta inaugural y lo que siguió después. Abro hilo. 
En 1909 la legislatura de la provincia de Corrientes sancionó una ley que autorizaba a construir una "ciudad de invierno" a orillas del río Paraná en las afueras de la localidad de Empedrado (foto). Habría hotel de lujo, casino, residencias y un parque diseñado por Carlos Thays.
La construcción comenzó en diciembre de 1910. Los accionistas eran capitalistas porteños, que estaban también construyendo la Mar del Plata de la belle époque (en la foto, el Bristol Hotel): Pedro Olegario Luro, Gregorio de Laferrère, Tomás Anchorena y otros.
La idea era precisamente tener una villa de esparcimiento para la época invernal, función que Mar del Plata, con su clima gélido en esa época del año, no podía cumplir. La traza de la ciudad la hizo Valentín Virasoro, ingeniero y a la sazón ex gobernador de la provincia.
El Hotel Continental y el Casino fueron inaugurados el 29 de junio de 1913 en una fiesta con todos los lujos imaginables y a la que asistió lo más granado de la alta sociedad argentina del momento. El vapor "Formosa" trasladó a los invitados desde Buenos Aires hasta Empedrado.
El esplendor de esa noche fue el tema que eligió la comparsa Sapucay para los carnavales de este año. Los 700 miembros de la comparsa recrearon, con vestidos y carrozas alucinantes, la pompa de la inauguración: "La Mansión de Invierno revive sus fiestas en mi carnaval".
Pero como dice el tango "Carnaval": "El disfraz solo dura una noche, pues lo queman los rayos del sol" (open.spotify.com/track/0vZHvcL0…). Tres meses más tarde el Hotel Continental y el casino cerrarían sus puertas para siempre. La ciudad no se llegó a construir. Esto es lo que queda hoy:
Es decir: se construyó un hotel destinado a ser el mejor de su tipo en Sudamérica, con un casino que no tenía nada que envidiarles a los mejores de Europa, y cerró sus puertas cien días más tarde de su inauguración. En 1926 Julio Storni (primo de Alfonsina) escribió lo siguiente:
Hoy no queda ni siquiera ese monstruo solitario, sino tan solo algunos muros y alguna escalinata... En 1942, los restos del hotel y del casino fueron dinamitados. Una insistente versión indica que espías británicos descubrieron allí un base de comunicaciones nazi y la volaron.
Las pocas ruinas que quedan todavía no se pueden visitar porque están en propiedad privada y solo se puede acceder clandestinamente a través del río. Lo que se ve en fotos está lleno de misterio y una especie de belleza. Sobre la belleza de las ruinas Georg Simmel escribió esto:
¿Por qué fracasó la ciudad de invierno? No está claro. Según parece, los capitalistas se quedaron sin plata para el emprendimiento, decididos a seguir invirtiendo en Mar del Plata. Hoy, a su modo, Mar del Plata también es una ruina. Donde estaba el Bristol Hotel ahora está esto:
Es el Bristol Center, edificio inconcluso desde 1969. Todos sabemos de la destrucción de Mar del Plata, que podría haber sido una de las ciudades más lindas del mundo entero. Sobre el tema les recomiendo el terrible libro ARQUIECTURAS AUSENTES, una receta para el suicidio:
Antes de que fuera demolido, el Bristol Hotel de Mar del Plata cerró sus puertas, como la Mansión de Invierno. En 1944 se subastaron todos los muebles objetos que lo habitaban. Juegos de dormitorio, vajillas y, muy especialmente, la araña del hotel.
El diario La Capital de aquel entonces cuenta que se subastó la araña que había traído Pedro Olegario Luro desde París para que coronara las mesas del casino de un emprendimiento fallido... La Mansión de Invierno de Empedrado, Corrientes.
La araña fue comprada por el empresario hotelero Odillio Gasparotti y donada a la Catedral de Mar del Plata. Casualmente allí me encontraba en cuando me enteré de todo esto. Salí disparado para la Catedral y allí la vi, velada por una mediasombra:
Al ver la araña quise sentir que estaba un poco más cerca de aquella noche inaugural y del tiempo de gloria (tan breve) de la Mansión de Invierno, animado por esta idea también de Simmel:
La comparsa me dio una versión de todo eso, bastante artificial y disparatada. La araña me acercó un poco más. Todavía me falta poder visitar las ruinas, si se llegan a abrir al público o si me decido a intentar la vía clandestina. Es algo digno de ver:
Antes de terminar les dejo otro fragmento increíble del genio de Simmel sobre lo que se siente al deambular entre ruinas:
Todo esto y mucho más (?) pueden leerlo en esta nota que escribí para Infobae, con fotos muy lindas del carnaval y las comparsas: infobae.com/america/opinio… ¡Gracias!
Estas son algunas de las fotos que @juanrenaugisber sacó en el carnaval de Corrientes:
Acá la inocente versión de las ruinas de la Mansión de Invierno de @SapucayCtes, ganadora del Carnaval 2019:
Dos fotos de los interiores, en cambio, para pegarse un tiro:
