Thread by @oscarbalmen

Esta es una historia de amor y aprendizaje en tiempos violentos. También es muestra de que madres mexicanas saben ganarle al narco en sus terrenos.

Abro HILO con lo más destacado de la #NaciónCriminal pasada en @NoticiasMVS-@MVStvOficial con @LuisCardenasMx: mamás con drones.

El narco en Nuevo León tiene su propio estilo para las casas donde secuestran y asesinan a sus víctimas.

Los madres y padres de desaparecidos ya saben que las pistas que buscan casi siempre se están en inmuebles abandonados en lo profundo de cerros conectados por carreteras.

A la mayoría de esas casas de seguridad del narco en Nuevo León, curiosamente, les faltan los techos.

Por lo general, están rodeadas de uno o dos árboles frondosos y tienen cerca un arroyo que robustece su caudal cuando es temporada de lluvias.

Cuando se juntan estas características, los familiares saben que posiblemente han topado con una casa de exterminio de los cárteles y, alrededor, es altamente probable que se encuentren los restos de algún ser querido.

Ese descubrimiento lo han logrado las familias de desaparecidos gracias a que madres de 50 años y abuelas de 60 y 70 años

(leer bien: 50, 60, 70 años)

se están entrenando para ganarle a los cárteles en un terreno que los criminales dominan hace años: el de la tecnología.

Desde 2015, al menos tres asociaciones de familiares con desaparecidos en Baja California, Veracruz y recientemente Nuevo León, se han capacitado en el uso de drones para encontrar a sus seres queridos.

Si el crimen tiene extensas redes de telecomunicaciones, de cámaras de vigilancia, halcones en redes sociales y profesionales de la tecnología trabajando para ellos, las madres --con su tesón de titanio-- ahora tienen drones y cámaras de alta definición para buscar a sus hijos.

.@FUNDENL, organización liderada por Lety Rivera, mamá de Roy Rivera, #AMiMeFaltaRoy, supo del uso de drones para buscar a su hijo en 2015, cuando una antropológa le habló de las bondades de un vehículo aéreo no tripulado.

El dron les permitiría ver más allá de lo que sus piernas les permitien cuando escalan cerros, además de geolocalizar cada casa de exterminio de Los Zetas y el Cártel del Golfo.

Incluso, ver desde lo alto las huellas de las llantas que dejan las camionetas de los sicarios.

Era el instrumento perfecto, a excepción de una cosa: era demasiado caro y demasiado "tecnológico" para algunas madres del colectivo. Varias de ellas, por su edad, se les dificulta incluso usar aplicaciones en sus teléfonos celulares.

PERO SI ALGO NOS HAN ENSEÑADO LAS MADRES DE DESAPARECIDOS DE ESTE PAÍS ES QUE LAS DIFICULTADES NO LAS DETIENEN.

Las madres hicieron fiestas y vendieron boletos a 10 pesos cada uno; también rompieron la alcancía. Ahorraron casi 30 mil pesos y compraron su dron en EU.

Desde entonces, han aprendido a usarlo como expertas.

Saben volarlo por encima de los viejo terrenos del narco,
enfocar hacia los lugares sospechosos,
fotografiar casas sospechosas,
hacer mapas panorámicos.

Incluso, ya saben programar viajes por rutas áereas, como auténticas pilotos de paz.

Esas madres con hijos desaparecidos por la guerra les cuesta usar una computadora, pero han logrado, con su dron, encontrar mil 600 restos óseos hasta el momento.

MIL-SEIS-CIEN-TOS.

En la ciudad de Salinas Victoria, han logrado, por ejemplo, encontrar el cuerpo del joven Carlos Anselmo Garza, quien permanecía como desaparecido.

Y ya dieron con otros dos cuerpos que esperan identificación para poder volver a casa.

Ahora están aprendiendo más cosas: cómo usar el dron para buscar cambios de temperatura en la tierra y dar con cuerpos recién enterrados.

Y, claro, cómo dar con mayor precisión con esas malditas casas sin techo, encaramadas en los cerros, donde los narcos esconden sus crímenes.

Solo es cuestión de tiempo para que las mamás lleguen hasta donde el corazón las llama.

Después de todo, ¿quién le puede ganar a los ojos amorosos de una madre que busca a su hijo, literalmente, desde el cielo?

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FIN DEL HILO.