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El gobierno anterior duplicó el gasto público y aumentó la presión tributaria en 6 puntos del PBI. El gobierno de Mauricio Macri, en cambio, redujo el gasto en más de 5 puntos del PBI mientras bajó impuestos en 2 puntos del PBI. 
¿Cómo se explica esta baja de impuestos? Principalmente por ganancias, contribuciones patronales y derechos de exportación.
La tablita de ganancias a las personas había estado congelada durante 15 años. Por eso la mayoría de los que pagaban lo hacían en el tramo más alto, lo que le sacaba gradualidad al impuesto. Esto se corrigió: la tabla se actualizó y ahora todos pagan una tasa menor.
Además, antes las empresas argentinas pagaban una alícuota superior a las que pagaba el resto del mundo. Ahora, la alícuota de ganancias corporativas se redujo de 35% a 30% y terminará siendo de 25% a partir de 2020, lo que vuelve a nuestras empresas más competitivas.
Se estableció un mínimo no imponible que exime del pago de contribuciones a los primeros $7.000 ajustados de cada salario (equivalentes a $17.500 en 2022). Esto sirve para promover la creación de empleo formal, especialmente para los trabajadores de menores ingresos.
La recaudación por derechos de exportación bajó a menos de la mitad entre 2015 y 2017. Y pese a que en 2018 se fijó un aumento transitorio para responder a los shocks imprevistos, hoy siguen siendo más bajos que en 2015.
Además, sobre esas retenciones transitorias, se redujeron los topes de 207 productos que exportan las economías regionales. Esto implica un gran alivio para muchos exportadores regionales.
Bajar y mejorar los impuestos mientras se equilibran las cuentas públicas es indispensable para consolidar un camino de crecimiento sostenido. Es por acá.
