Thread by @martolius

Quisiera hacer mi pequeña aportación a la semana del #OrgulloAbstracto y #OrgulloArteContemporaneo hablando de una artista importante y muchas veces una gran desconocida: Sonia Delaunay.

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Sonia Delaunay fue una mujer sin precedentes, volcada en un mundo difícil para el género femenino, destacando sin embargo con gran notoriedad en el mundo del arte.

Su vida estuvo siempre ligada a su marido Robert, de quien tomo su apellido, tanto personal como profesionalmente.

Sonia, nació en Odessa (Ucrania) en 1885, (aunque algunas biografías señalan Kiev como lugar de origen) con el nombre de Sara Stern y fue criada por su tío, Henry Terk en San Petersburgo.

Henry Terk era abogado y coleccionista de arte, por lo que Sonia crecería en un ambiente cultural exquisito, conociendo museos y viajando.
Siempre rodeada de libros, aprendió a hablar varios idiomas.

Sus primeros coqueteos con el arte vienen de la mano de Max Liebermann, con él se traslada a la ciudad alemana de Karlsruhe para conocer el mundo del arte.
Cuando tuvo edad, se instala en París, donde estudiará pintura en La Palette, una de las mejores academias de la capital.

El arte era su vocación y su sueño pintar.
Entonces París era una de las capitales más modernas y por sus bulliciosas calles comenzaban a escucharse los ecos de las vanguardias

Corría el año 1905.
Sus primeras influencias las toma de Gauguin y Van Gogh, y también de los fauvistas, mientras trata de experimentar buscando su propio estilo.
Su biografía es apasionante e intensa, fue una mujer adelantada a su tiempo que supo aprovechar cada momento vivido.

No podemos pasar por alto que se convirtió en la primera mujer viva en tener una restrospectiva en el Museo del Louvre.

Sin embargo, el destino quiso que en 1910 conociese a Robert Delaunay, en una de las galerías de su actual marido, y supo que no se separaría de él.
Se casan, y Sonia adoptaría su apellido, por lo que pasa a llamarse como hoy la conocemos, Sonia Delaunay.

Del matrimonio nacerían un sinfín de ideas y proyectos artísticos que llevarían a cabo a lo largo de su intensa vida juntos, que terminó cuando Robert muere en 1941 debido a un cáncer.

En 1911 nace su primer hijo, y Sonia, que empezaba a experimentar en telas, le teje una manta con formas geométricas inspirada en formas populares rusas y reminiscencias cubistas (que hoy se encuentra en el Museo Nacional de Arte Moderno de París).

Sonia trabajaba mano a mano con su marido, aunque se mantiene en un plano más discreto.
Coquetearon con el cubismo y la abstracción, pero son abanderados de una nueva tendencia bautizada como “orfismo”.

En 1913 comienza a trabajar obras no figurativas y a experimentar con la superposición de colores.
En 1914 durante sus vacaciones, estalla la guerra y deciden quedarse en España para no verse afectados por el conflicto.
Vivirían en Madrid y la frontera galaico-portuguesa.

En Portugal, Sonia pintaría algunos de los lienzos que le darían mayor fama, llenos de luz que recuerdan más a una vuelta al impresionismo.
También se interesa por el baile flamenco realizando en 1917 una serie de bailarinas.

En 1918 se instalan en Madrid, y para buscar ingresos más allá de las pocas obras que vendían, Sonia comenzó a dedicarse a las artes decorativas, y su interés por la moda hace que abra una tienda: Casa Sonia.

En la boutique vende trajes confeccionados por ella, así como objetos que redecora.
Va teniendo éxito gracias a la ayuda de aristócratas que gastaban en la tienda y hablaban maravillas de sus diseños.

Buscaba innovar en telas y colores, no en las formas, y marcar dinamismo con sus diseños. Antes de vender en Madrid, ya había asistido a algunas fiestas parisinas vistiendo su propia y llamativa indumentaria, a partir de ahí comienzan a llamarla "reformadora del vestido".

Destacará como ninguna otra en las artes decorativas, y su casa es centro de reunión de los artistas más vanguardistas en todos los ámbitos culturales.

Su éxito llega a tal punto que confecciona los trajes para varios espectáculos, como por ejemplo el del ballet ruso para la obra Cleopatra, o para Aida de Verdi en el Liceo.

En 1920, la pareja abandona la península y regresa a París, allí, inaugurará otra tienda: Boutique Simultane.
Se dejará seducir por el arte dadaista y surrealista, colaborando con grupos de artistas para la realización de proyectos de teatro.

En sus diseños de moda en París, llega a contar con las manos de Cocó Chanel.
A partir de la década de los 30, dedicada por completo a la pintura, vuelve a colaborar de cerca con grupos que apostaban por la abstracción, siendo miembro fundador de Realités Nouvelles (1939).

Es en el año 1941 cuando su marido fallece y ella, como profundo homenaje, pone todo su empeño para que la obra de su marido se conozca.
En 1964 dona obras al Louvre, y el Museo le dedica una retrospectiva, convirtiéndose en la primera mujer de la historia en conseguirlo

Nunca dejó de pintar, hasta la fecha de su muerte en 1979.
En París, ciudad que consideraba su hogar, fue enterrada junto a su marido, Robert.

En palabras de su propio marido:
"Sonia Delaunay-Terk ha venido desde Oriente hasta Occidente, trayendo con ella ese calor, ese misticismo característico y clásico. Como todos los artistas y poetas de Oriente, posee el color en estado atávico."