Un documental del Discovery me ha empujado a investigar un poco más sobre como salvaron la torre de Pisa, deteniendo la peligrosísima inclinación, y no puedo evitar compartir mi admiración por los ingenieros, a pesar de que, paradójicamente, casi acaban con ella. (HILO) 
Lo primero es decir es que buscar información en internet es una locura. He visitado varias decenas de páginas y documentales, y algunos datos varían de forma espectacular. Me he quedado con los más fiables y que son comunes en muchas fuentes. Lamento si hay algún error.
La torre empezó a construirse 1173 sobre unos cimientos de sólo 3 metros, y comenzó a inclinarse apenas 5 años después, debido a que está construida sobre un terreno muy blando con un alto nivel freático. Es la causa de su progresiva inclinación durante toda su historia.
Por fortuna, la construcción se paralizó durante casi un siglo, y cuando se reanudó en 1272 el terreno se había asentado debido al peso de lo ya construido. Para intentar compensar la inclinación, los pisos superiores se construyeron más altos de un lado que del otro.
En 1284 la construcción se paralizó de nuevo, hasta que en 1372 se completó el campanario, que también es más alto de un lado para compensar la inclinación. El 7 de enero de 1990 la torre de Pisa fue cerrada al público, al alcanzar la peligrosa inclinación de 5,5 grados.
Esos 5,5 grados de inclinación en una torre de 60 metros de altura (60 originalmente, ahora 56 tras hundirse lentamente en el suelo blando) se traducían en un desplazamiento de la parte superior de 4,5 metros hacia el sur y en un desplazamiento del centro de gravedad.
El apoyo de la cimentación inclinada y poco profunda (3 metros) sobre el suelo blando es como pisar en la arena con un zapato de tacón alto. La parte donde se ejerce más presión se hunde en el suelo, y cuando más se hunde más se inclina y más presión ejerce, y más se hunde, etc..
La primera idea para estabilizarla fue sujetarla con cables a bloques de hormigón enterrados bajo ella, pero el nivel freático era tan alto, que si escavaban para colocar los anclajes, esas excavaciones se inundarían poniendo en más peligro aún la estabilidad de la torre.
Para evitarlo, insertaron en el perímetro de la torre 157 tubos a través de los cuales inyectaron nitrógeno líquido a -196 grados bajo cero, para congelar toda el agua existente bajo ella, y de esa manera poder escavar sin riesgo de que las perforaciones se inundasen. Alucina.
El problema fue que cuando el agua se congela aumenta de volumen, como todos comprobamos cuando se nos olvida una lata de cerveza en el congelador. El agua congelada empezó a empujar hacia arriba la torre de forma descontrolada, y cundió el pánico.
La madrugada del 7 de Septiembre de 1995, la cima de la torre empieza a desplazarse “rápidamente”, y aunque no parece que haya unanimidad en lo que respecta a cuanto, si parece haberla con respecto a que pudo ser catastrófico. Lo llamaron el septiembre negro.
Ante esta situación, y para evitar el derrumbe, se colocaron hasta 900 toneladas de contrapesos en el lado norte de la torre (el lado contrario al de la inclinación). Con estos contrapesos no solo detuvieron la inclinación, sino que también compactaron el terreno bajo ese lado.
También instalaron un sistema de sujeción que abrazaba la torre, y la anclaba mediante cables de acero a dos contrapesos de 300 toneladas, separados 100 metros de la torre, y sujetos firmemente al suelo mediante pilotes enterrados unos 10 metros de profundidad.
Una vez estabilizada, el siguiente plan consistió en retirar tierra bajo los cimientos del lado norte, para que la torre se enderezara progresivamente al hundirse por el lado contrario al lado por el que se inclinaba. Todo esto con una torre que pesa casi 15.000 toneladas.
Insertaron 41 tubos bajo los cimientos, en un ángulo de 22 grados, y extrajeron 38 m3 de tierra hasta conseguir no solo detener la progresiva inclinación, sino que además lograron corregir la inclinación medio grado, lo que supuso enderezar la torre 44 centímetros.
Finalmente, para estabilizar el terreno y anclar la torre, se insertaron una serie de pilotes a distintos ángulos y profundidades. La intervención se inauguró el 15 de diciembre de 2001, casi 12 años después del cierre, y tuvo un coste total de unos 25 millones de euros.
Cabe señalar que usando este sistema se podría haber enderezado completamente la torre, pero se optó por devolverla solo a una inclinación estable y segura. Un ejemplo más de intervención que no quiere acabar con un símbolo / gallina de los huevos de oro.
Pero no todo es malo en la ubicación de la torre. El terreno blando que tantos problemas ha ocasionado, es el que la ha protegido en los 5 terremotos que ha sufrido, ya que las vibraciones se diluyen en un terreno de esas características. No hay mal que por bien no venga.
