A las pocas semanas decidieron retirarlo del mercado porque "hacía cosas raras a los niños".
¿Qué tipo de cosas? Lo cuento en este #HILO.
Como resultado, tenía lugar una especie de "mecanismo de compensación" gracias al cuál energías del "otro mundo" irrumpían en el nuestro para equilibrar la balanza.
Exactamente la misma pulsión que impulsó a aquellos niños a meter animales muertos en sus castillos de juguete.
Pero, ¿se cerró del todo?
Todo parece indicar que alguien ha resucitado esos viejos fantasmas en tiempos más recientes: