Hilo: El Clásico entre límites y limitantes.
*Hoy analizaré el 1er tiempo y mañana engancho el 2o por donde lo deje.
En campo rival, mientras el Barça intentaba entrar en el madridista, trabajó bien la línea de pase sobre Rakitic, que siendo el mediocentro culé era quien veía el juego de cara y debía servir de péndulo de la circulación blaugrana.
Pocas veces fija en banda y, desde luego, su patrón de movimientos nada tuvo que ver con el Isco-mediapunta de 2017.
Sus movimientos de compensación se los determinada la jugada y sus necesidades.
El equipo catalán se dividió el origen de la jugada con tres hombres en lugar de, cómo antes, un 2+1, ganando amplitud en el carril central.
El equipo culé, no obstante, siguió sin poder aprovechar esta sujeción del brasileño.
De Jong empezó a recibir más y, lo más importante aún, comenzó a poder moverse tras hacerlo; algo fundamental al ser un jugador cuyo juego crece a partir de la ganancia de la disputa individual, que normalmente requiere de espacio para hacerla valer.
Si bien es cierto que a ello contribuyó un cansancio que a Valverde empezó a hacerle llegar tarde a algunos los sitios, no ir a otros y evitarle reengancharse a las jugadas una vez era eliminado.
Zizou buscó aprovecharlo incluyendo a Rodrygo, un ganametros a través de la conducción, y Modric, un interior derecho mucho más idóneo para activar a Bale que el uruguayo por lo explicado anteriormente.
Tiene limitaciones que agravan ciertas dependencias extremas que también presenta y que se acentúan aún más cuando son coindentes.