Reserva al menos una décima parte de todo lo que ganas y nunca lo gastes. Úsalo como gasolina para poder invertirlo de manera correcta y con el objetivo de generar más en el futuro.
Cuanto más ahorres, más podrás reservar para invertir. Controla el gasto y no te dejes influenciar por factores externos. Tu yo futuro te lo agradecerá aunque durante un tiempo tu yo presente te torture.
"La riqueza de un hombre no está en las monedas que lleva en su bolsillo, sino en el ingreso que genera, en la corriente dorada que fluye nuevamente a él y lo mantiene repleto"
Poner tus ahorros en inversiones arriesgadas hacen que tu camino se vuelva agrio y te lleve al desánimo. Fórmate y busca inversiones realistas y racionales. Diversifica e invierte con margen de seguridad.
No malgastes el dinero en gastos innecesarios y te endeudes más de lo debido para tener un hogar. Todo el mundo queremos una casa en propiedad pero tendrá que ser una decisión bien pensada y con cabeza.
Toma decisiones de inversión con objetivo a largo plazo y con el foco en el interés compuesto. Intenta no depender de ningún factor externo para tu bienestar futuro.
Adquiere nuevas capacidades para ingresar más en tu trabajo o empresa. Sigue teniendo la curiosidad del primer día y sigue superándote personalmente para poder generar más ahorro. No solo depende del gasto sino también del ingreso.
Si los analizamos detenidamente encontraremos en que punto de ellos fallamos y en cual de ellos se frena el engranaje perfecto de la generación de riqueza.