A mí lo que más me preocupa de cuando se relajen las cuarentenas (como va a pasar en España desde mañana) no es tanto el cambio en la norma escrita como en la norma social. Que todos interpretemos la evolución como señal para relajarnos. Mexplico.
A priori, me parece razonable suponer que cuando pasamos de una situación sin restricciones a una con restricciones X, percibimos el cambio como una señal de peligro. Por tanto, estamos más predispuestos no sólo a cumplir con la norma escrita, sino incluso a ser más cautos.
Si esta percepción es prevalente y explícita, se refuerza la norma social "no salgas de casa". Lo que vemos en los datos de movilidad a pasado es que efectivamente las caídas son muy bruscas incluso antes o sin cuarentena...
...y que en España el cambio entre cuarentena inicial y cuarentena dura no es gigantesco. Véase los puntos bajos en movilidad hacia el trabajo y transporte según Google antes/después del 30 de marzo. 
Lo que me pregunto es si la vuelta a una situación como la del 15-29 de marzo no se medirá más bien en contraste con la del 30 de marzo: relajación en la norma escrita -> relajación en la percepción de peligro -> norma social se relaja también.
Como hipótesis. Gente que antes teletrabajaba ahora quizás se inclinará más por ir a su oficina; salidas más frecuentes a comercios esenciales; más incumplimientos de la norma.
¿Cómo prevenirlo o evitarlo?
¿Cómo prevenirlo o evitarlo?
Primero, manejando expectativas de manera transparente y realista en la comunicación. NO estamos volviendo a la normalidad, sino que entramos en una nueva fase de lucha contra el virus, igual de seria, dentro de una batalla que probablemente se prolongará todo el año de 2020.
Segundo, midiendo muy bien las reacciones y comportamientos agregados de la gente, para ajustar normas escritas, su aplicación, y la comunicación continua de manera que nadie caiga en la falacia de percibir una evolución hacia la normalidad mayor de la que realmente existe.
Tercero, como apreciación general para todos los países probablemente sea mejor no usar medidas de último recurso salvo que sea estrictamente necesario y soportado en evidencia epidemiológica incontestable. De esa manera, reduces el ciclo de desgaste de ilusiones/decepciones.
Cuarto, idealmente deberías disponer de planes que te diferencien claramente las fases y rutas, ante ti mismo y ante el conjunto de la población. Si en ellos marcas un horizonte de salida razonable (= probabemente alejado del presente), nadie se llevará a engaño.
