Llevo un tiempo dándole vueltas a esto. Con las cuarentenas tendemos a ver un dilema lineal entre salud y economía (=ingresos y supervivencia de personas/empresas): o lo uno, o lo otro. Pero creo que la forma de la curva es distinta. Más como una C. 
1. La economía sufriría más con una crisis sanitaria sin precedentes. Y tardaría más en recuperarse. Eso ya lo vimos en 1918: elpais.com/economia/2020-…
2. La salud también sufre con una cuarentena estricta, completa y continuada, particularmente la de los colectivos más vulnerables (quizás el rabito inferior de la C debería repuntar un poco más en el gráfico). Esto es cierto sobre todo en lugares con alta pobreza/poco ahorro.
(Si queréis poner cara y ojos al fenómeno, reportaje de @NachoCarretero: elpais.com/sociedad/2020-…).
3. La economía sufre mucho en cualquier caso por la caída de la demanda y de la inversión que se producirán independientemente de las medidas de cuarentena: más incertidumbre, menos confianza, peores expectativas.
Así que el objetivo es encontrar ese punto relativo en el que la pérdida en salud+ingresos es la mínima posible y está repartida de manera progresiva entre los miembros de la sociedad.
Aún no tenemos bien definido ese punto.
Aún no tenemos bien definido ese punto.
Todo esto, por descontado, en ausencia de capacidad total de medición, rastreo y aislamientos individuales. Es decir: nos enfrentamos a esta curva de costes cuando no somos capaces de separar a la población infectada/contagiosa de manera perfecta.
