Thread by @RCPdesdemicole

El COVID ha dado visibilidad a una realidad muy parecida a la realidad que intentamos hacer visible desde urgencias de hospitales, de atención primaria y "ambulancias".

Y antes de que esto se disuelva en la "nueva normalidad", me gustaría remarcarlo de nuevo.

(Abro hilo 👇)

Cuando los sanitarios decíamos que ciertos comportamientos y usos de las urgencias eran abusivos o injustificados, muchos usuarios se molestaban y contestaban que "la gente tiene derechos, no tienen por qué saber lo que es urgente, pagan por ello, es vuestro trabajo", etc.

Y seguramente tenían razón desde sus puntos de vista.

Pero es que creo que la mayoría de usuarios no se imaginaban el grado de mal uso o abuso que ciertas personas llegaban a hacer.

Ni lo limitados que estábamos los sanitarios para hacer "educación sanitaria".

Y esto se ha visto claramente con el COVID.

Ante el estado de alarma, la inmensa mayoría de la población ha obedecido estrictamente órdenes y protocolos.

Pero TODOS LOS DÍAS han salido en los medios personas que se los han saltado a la torera. Poniéndose en riesgo a ellos...

...y lo que es peor, al resto de la población.

Y los ciudadanos no salían de su asombro.

"Pero cómo tienen los santos morros de ir a la playa, o de hacer botellón, o barbacoa, o fiesta en la piscina, o marcharse a la segunda residencia, o... en pleno estado de alarma?"

"Y encima se encaran con los policías que se lo recriminan? Que les pongan una buena multa, que les detengan si reinciden! Que nos ponen en peligro a todos! Por ellos no vamos a salir del confinamiento en la vida!"

Y se aplaudía a los policías que ejercían autoridad adecuada.

Y la población fue tristemente consciente de que las llamadas apelando a la responsabilidad, al civismo, incluso al miedo, no funcionaron con los irresponsables.

Lo único que funcionó fue el miedo a las multas. Y con algunas personas ni eso.

Pues si salieran en los medios ciertos comportamientos y ciertos abusos del sistema sanitario, estoy segura de que la gente cívica, la que cumple las normas, la que hace un uso correcto de los medios, tampoco saldría de su asombro. Porque a ellos jamás se les ocurriría hacerlo.

Y esos irresponsables/ incívicos en temas sanitarios ponen en peligro a los demás usuarios. Porque mantienen al personal ocupado o gastan recursos que otras personas pueden necesitar con urgencia en cualquier momento. Personal del 112, visitas a domicilio, ambulancias, pruebas...

Pero los intentos del personal sanitario de "penalizar" los comportamientos abusivos (con multas económicas o de otro tipo) "educar en responsabilidad sanitaria" chocan con dos muros.

Uno, la falta de apoyo de los superiores, que no respaldan las decisiones de los sanitarios.

Y si se niega una ambulancia, o una visita a domicilio, o una prueba, por considerarlas inapropiadas, el sanitario queda solo ante las posibles denuncias. Y como la medicina no es exacta, y a veces las cosas se complican, el miedo a las consecuencias impide la gestión apropiada.

Y dos, la animadversión de los ciudadanos hacia lo que consideran "protestas infundadas, egoísmo, comodidad o abuso de los sanitarios".

Y su desacuerdo total hacia la propuesta de "medidas disuasorias", económicas o de otro tipo, para frenar los abusos. Esto no se ve nada bien.

Este COVID ha mostrado el comportamiento de los sanitarios de primaria, hospital y emergencias. La inmensa mayoría ha dado todo y más por los pacientes, trabajando en unas condiciones complicadas.

Pero es lo que siempre hacen. Solo que "no se veía".

Hay sanitarios "mejores" y los hay "peores". Como siempre. No hemos cambiado. Los "peores" han seguido en su línea. Pero no han salido en los medios.

Han salido los "mejores". Igual que se ha visto más a los "mejores" ciudadanos, generosos, comprometidos, amables, agradecidos.

Los "mejores" sanitarios y los "mejores" ciudadanos somos mayoría. Somos generosos, cívicos, amables, responsables, comprometidos, agradecidos.

No somos nuestros jefes, ni nuestros políticos. Somos "los del montón", que trabajamos por los nuestros y hacemos funcionar el país.

Si habéis confiado en los sanitarios a los que habéis visto pelear y llorar, seguid confiando a partir de ahora.

Y si los que trabajamos en la urgencia y emergencia nos quejamos de ciertos comportamientos abusivos o usos incorrectos, por favor, creednos.

Y creednos si opinamos que es imprescindible la educación sanitaria de la población, porque los recursos son limitados y sin la ayuda de los ciudadanos las cosas no funcionan.

Y si insistimos en que solo el miedo a las multas lograría frenar ciertos comportamientos incívicos.

Ahora que las cosas están entrando en la "nueva normalidad", que no se nos olvide que nuestra sanidad pública, imprescindible, inigualable, debemos cuidarla y defenderla entre todos. Políticos (😠), sanitarios y usuarios.