Antes me gustaría decirles que este modelo ha sacado a millones de personas de la pobreza, alrededor del mundo, en las últimas 5 décadas.
@macariomx @MarioMal @econokafka
1. Economía de libre mercado (con competencia nacional e internacional).
2. El Estado promueve la competencia y regula buscando condiciones de equidad entre los competidores.
3. Pleno respeto a las libertades individuales.
4. Mercado financiero competitivo y con buena regulación.
5. Política fiscal acomodaticia (contracíclica), sin protagonismo del Estado en algún sector o mercado.
6. Política monetaria con herramientas para buscar el pleno empleo.
Los elementos complementarios que mejoran su funcionamiento son:
1. Instituciones fuertes
2. Estado de derecho
3. Academia ligada a la actividad productiva
4. Regulación que fomenta la competencia y genera condiciones de equidad entre los jugadores.
5. Ecosistemas de emprendedurismo
6. Estímulos públicos a la innovación sin que el estado sea propietario del avance científico.
7. Políticas de desarrollo regional basadas en la creación de condiciones para el desarrollo económico y la inversión privada.
La ventaja de un modelo así, en el que la base del desarrollo son los propios individuos (que tiene los incentivos correctos en lo que respecta a innovación y eficiencia) es que los límites al crecimiento están dados por el nivel de conocimientos de la sociedad.
En el enfoque del Estado rector, que requiere de la fuerza del gasto público y de empresas paraestatales, la probabilidad de un despilfarro de recursos es mayor, pues los incentivos a la eficiencia e innovación son menores (nadie quiere ser sustituido por una máquina).
Es verdad que se favoreció a pocos durante las privatizaciones. Eso estuvo mal. Pero la ventaja del modelo es que es sostenible, pues depende del empuje de la gente, no de los recursos del gobierno.
Este gobierno ha demostrado que las decisiones de inversión se pueden tomar sin un análisis de rentabilidad (Dos Bocas, Tren Maya, etc.). Y solo logrará desperdiciar recursos y aumentar el déficit público. La defensa del empleo, frente a la crisis, no se hará.