Thread by @RafaelPoulain

Pongan atención que hoy les voy a contar la historia de Lady Godiva:

Nuestra historia empieza en el año 990 d.C. en el reino de Mercia, actual Inglaterra.

Los datos de su infancia y adolescencia son muy escasos, pero es de suponer que Lady Godiva viniera de una familia de alta alcurnia, ya que desde muy joven fue comprometida con un señor noble.

El matrimonio no tuvo hijos y también que él murió, pero no se sabe mucho más de esa relación. Pero pero sí se sabe que después de enviudar, se casó con otro poderoso noble.

Nada más y nada menos que el conde Leofric de Mercia, señor de Coventry.

Que era un personaje muy importante, él debió tener unos 40 o 42 años y ella unos 29 o 30, y, además de ser aún muy joven, era bellísima, y muy preocupada por su pueblo. De hecho sufría al verlos pasar hambre, así que para ayudarlos se puso a rezar.

Pero un día se dio cuenta que los likes en Facebook no servían para nada… perdón, un día se dio cuenta que de nada servía preocuparse si no hacía nada, así que decidió ayudar a los pobres y convenció a su marido para que abriera monasterios y así pudieran rezar.

Quizá se les haga absurdo ese acto, pero ella estaba convencida de que eso ayudaría a su pueblo, y además convenció a su marido para que donara varias tierras y se construyeran iglesias en sus dominios.

Para adornar el monasterio de Coventry ella donó sus joyas para demostrar la devoción y compromiso que tenía con su pueblo, que agradeció el gesto y se acercó mucho a ella.

Entonces pudo entender su sufrimiento.

Los costosos lujos de su esposo hacían que los impuestos para el pueblo fueran elevados, y mientras los nobles se hacían cada vez más ricos, los pobres se hacían cada vez más pobres.

Así que ella decidió hablar con su esposo y le pidió que bajara los impuestos, pero él le dijo…

…que no lo haría.

Entonces ella le explicó que el pueblo moría de hambre, que en realidad no era necesario tanto lujo, y menos a costa de la vida de sus súbditos.

Pero él le respondió...

... que dejara de insistir, ya que no bajaría los impuestos

Y total, pasaron los días y Lady Godiva, cada que paseaba por las calles en su camino a la iglesia, veía con impotencia a su pueblo y por eso no dejaba de insistirle a su esposo que bajara los impuestos pero él no cedió

Hasta que un día su esposo se hartó y le dijo que bajaría los impuestos el día que se paseara desnuda por las calles, montada en un caballo.

Se empezó a reír y estaba a punto de irse cuando su mujer dijo de pronto; “Acepto el trato, yo elijo el día”. Y se fue.

Pero llegó el día del evento y ella le pidió a su amado pueblo que todos se metieran a sus casas y cerraran la ventanas.

“El reto era sólo pasear desnuda por las calles, no que alguien me viera”, le dijo a su esposo mientras se subía al corcel.

Además llegó una monja a ayudarla a jalar el caballo, de esa forma ella podría cubrir su cuerpo con su propio pelo de vez en cuando durante el camino.

La condesa era una mujer sumamente bella y atractiva, de hecho, al escuchar la noticia de que no tendrían que ver el espectacular cuerpo de su señora circular desnudo por las calles, muchos ciudadanos mostraron un rostro de alivio y una sincera sonrisa:

Aún así su marido pensó que no lo haría, pero entonces ella empezó el paseó por la ciudad, en silencio ambas mujeres recorrieron las calles

Pero hubo un hombre que no sabía si cumplir o no lo que les había pedido Lady Godiva, era un sastre llamado Tom, de cierta fama en Coventry

Encerrado en su casa pensaba en la bella condesa que se paseaba desnuda, y cada minuto el deseo de asomarse por la ventana crecía y no podía controlarlo, a lo lejos escuchó las espuelas lentas del caballo y su corazón empezó a latir cada vez más rápido, tenía que decidir pronto.

Y entonces puso todo en una balanza y pensó en lo bueno y lo malo de sus acciones, por un lado pensó que su señora era justa, que no se merecía eso y que no pasaba nada si no veía a una mujer desnuda.

Pero por otro lado no era cualquier mujer, era la hermosa Lady Godiva, quizá la mujer más bella del reino.

Y entonces lo decidió, el mirón se asomó discretamente por la ventana esperando el momento de ver a su señora desnuda.

Pero recibió un castigo divino y perdió la vista justo en ese momento.

Y así la condesa recorrió las calles sin más incidentes. Su marido se conmovió al ver la nobleza de su esposa y su amor por el pueblo. Y finalmente decidió bajar los impuestos.

Para ese entonces ella ya tenía un hijo con su esposo, que supo el noble acto de su madre y creció con un inmenso amor por ella y la gente que protegía, y cuando el esposo de Lady Godiva murió, el pueblo se alegró al verla como su señora.

Bajo su mando todo fue prosperidad pero llegaron los normandos a invadir y ella tuvo que enviar un ejercito dirigido por sus nietos para defender sus tierras. Pero fue inutil, logró proteger sus dominios y a su gente pero el Rey inglés perdió y el trono pasó a los normandos.

Tras la batalla de Hastings, Guillermo el conquistador se hizo con el trono inglés, y de pasó empezó una vendetta contra los nobles de la zona, a muchos los despojó de sus tierras, especialmente a mujeres que dirigían zonas por ellas mismas.

Y el Rey se fijó en Lady Godiva.

¿Pero cómo despojar de sus tierras a tan noble mujer?

El nuevo rey le permitió conservar todo. (No se preocupen que pronto les contaré la historia de la batalla de Hastings y Guillermo el conquistador)

Ese fue su último acto, tras proteger a su pueblo Lady Godiva murió y...

Cómo dato curioso, hasta el día de hoy se utilizan en Inglaterra las palabras “Peeping Tom”, como sinónimo de mirón.

Y aquí termina la historia de Lady Godiva, que nos enseña que…

La curiosidad te puede llevar a la ruina o a cambiar el mundo y ayudar a otros

Puedes terminar como Tom o como Lady Godiva, cuya curiosidad la llevó a entender a su gente. Y descubrió que para lograr lo que quieres no hay que hacer mucho o poco, hay que hacer lo necesario.

Fin.