"Sánchez hizo patente su apoyo a los ministros señalados por la oposición y fue esmerando en las réplicas un discurso para inquietar al disenso interno del PP: “Sujetarle el altavoz a Abascal hará más pequeño a su partido y más grande a la ultraderecha”." lavanguardia.com/politica/20200…
HILITO: Una aclaración. Ayer, muchos lazos amarillos insultaban en este TL a ERC por el anuncio del decreto ley de medidas básicas que se pactará en la interterritorial de sanidad, como si fuese un menoscabo de la autoridad de la Generalitat a partir de la Fase 3.
No debería sorprenderme esta propensión indepe a sentir que toda decisión está pensada contra el autogobierno catalán, pero en este caso, la cosa viene muy por otro lado. De hecho, justo por el lado contrario: Madrid.
De forma discreta o explícita son muchas comunidades las que han expresado al Gobierno su inquietud por una eventual diáspora madrileña de contagios. Muy elocuente ha venido siendo Castilla y León (PP y Cs), muy crítica con la gestión madrileña y su prisa por pasar de fase.
Pero una inquietud similar afecta a otros destinos favoritos de madrileños, como Galicia (PP), Castilla-La Mancha (PSOE), Comunidad Valenciana (PSOE-Compromís-Podemos) o Murcia (PP), zonas que, al revés de Madrid, están siendo muy conservadoras en el avance de la desescalada.
Madrid sigue siendo la comunidad con más contagios y la denuncia de CCOO del incumplimiento de la dotación de personal exigida por el ministerio para la detección temprana y el rastreo, precisamente cuando la comunidad quiere avanzar de fase, no ayuda a tranquilizar al alrededor.
El ministerio, que ha eludido críticas directas a la gestión de ninguna comunidad estos meses, no va a señalar a Madrid, pero hay un indicio de que el decreto no busca cuestionar o limitar el autogobierno: la respuesta atenta pero tranquila ayer del PNV.
El decreto es de hecho una respuesta al nerviosismo de medio país (incluidos gobiernos del PP) ante la sensación de precipitación que ha transmitido Madrid, zona cero de la pandemia, y a la certeza de que la Fase 3 depende por completo de los presidentes autonómicos.
Dicho de otro modo, por más que algunos indepes pongan el grito en el cielo, la norma que aprobará el consejo de ministros no cuestiona la soberanía de la Generalitat, que ha sido muy conservadora en cuanto a la desescalada. Y bien podría llamarse, sin exagerar, "Decreto Ayuso".
