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Vamos con un hilo sobre el DILEMA DEL PRISIONERO, que veo despiste. Algunas cosas ya escritas, pero que son tabú. ERC y PDECat no han votado contra los PGE por el diálogo político o por los reos del 1-O. Lo admiten cuando no hay micros. Lo contaba aquí. lavanguardia.com/politica/20190…
Lo sabe toda la prensa, no porque seamos listos, sino porque te lo cuentan ellos. De hecho, los presos han pedido repetidas veces que se sostuviera a Sánchez, su futuro procesal depende en buena medida de ello. Lo contaba aquí, por ejemplo, @lolagarciagar lavanguardia.com/politica/20190…
En cuanto al diálogo, todos saben (y admiten) que la crisis catalana, con un empate catastrófico entre indepes y no indepes, es una apuesta de largo plazo que solo es viable si no alcanza el poder el frente nacional tradicionalista de PP, Cs y Vox. Que pide ilegalizaciones y 155.
Excepto a Carles Puigdemont, un hombre a la conquista de su posteridad, a quien podría interesar un 155 (con el consecuente fin del autogobierno) que legitimaría una "presidencia en el exilio", a nadie más interesaba el cuanto peor, mejor.
Es gracioso como en el acervo calan lugares comunes que son contrarios al sentido común y se acaba tomando la excepción por norma. Recuerdo lo habitual que era oír en el mundo del cine patochadas como "menos es más".
Pues no: menos es menos; más es más. Y solo excepcionalmente, menos es más. De igual modo, cuanto peor, peor; como subrayaba ayer el PNV. La desgraciada historia española es profusa en ejemplos. Habrá alguno, pero soy incapaz de recordar un caso, de cuanto peor, mejor.
Diréis, "listillo ¿entonces por qué?". Dos motivos: la mutua desconfianza y competencia de PDECat y ERC por la hegemonía, unida a la (digamos) escasa maña política de sus líderes, los ha metido en un trágico Dilema del Prisionero. Por lo visto, sin saber qué es o cómo se juega.
En segundo lugar: miedo al votante. Nadie quiere ser acusado de traicionar la causa en redes o medios. El pavor es tal que en noviembre, un vídeo de Polonia con Tardà y Rufián cantando "Lentamente" (versión de Rosalía) provocó temblor de rodillas y caos en el grupo parlamentario.
Por eso, la negociación de los PGE, de hecho, nunca ha sido finalista, salvo en el caso de Torra y Puigdemont. No querían nada concreto, solo algo que les permitiera explicar a los votantes un voto a favor a los PGE sin ser insultados por Tuiter. Tuiter, digo, no por los presos.
Es legítimo, pero conviene decirlo: No ha sido la bandera ni la solidaridad con presos y huidos, sino el pánico a ser acusados de 'botiflers'. De traicionar a una república que, a día de hoy (mañana, quién sabe), solo existe en los discursos.
Tras el gatillazo de la DUI, los independentistas llevan un año largo comportándose con sus votantes como padres timoratos que saben que deben explicar a los niños creciditos lo de los Reyes Magos, para poder volver a hacer política, pero no acaban de encontrar el momento.
En el descarrilamiento final hubo más. El viernes pasado, en plena tormenta "relator", el Gobierno (también atemorizado) no quería salir en rueda de prensa sin tener arreglado el asunto. El Govern creyó que era un farol; no lo era. Lo contó @lolagarciagar lavanguardia.com/opinion/201902…
Así que la incapacidad, errores y miedos de unos y otros nos han traído a un desenlace que revela que ni Gobierno ni Govern saben jugar al Dilema del Prisionero. Parece que nadie sabía que en ese juego lógico nunca hay un ganador. Puede haber dos o ninguno. Así estamos: ninguno.
PD: Parece mentira que haya gente haciendo política sin saber de estas cosas. En fin. Sobre Teoría de Juegos y el caso del Dilema del Prisionero y los juegos de Suma No Nula, podéis leer más aquí: es.wikipedia.org/wiki/Dilema_de…
PD2: Al caso, un vídeo cortito, que me pasó Manuel Ligero (sí, el tipo que ha hecho que nunca volváis a mirar igual a Mary Poppins)
PD3: Los datos del vídeo anterior, que los puse. Habla el sociólogo Christian Morel, autor de ‘Les décisions absurdes’, de editorial Gallimard. Las imágenes pertenecen al programa ‘Filosofía’, presentado por Raphaël Enthoven en Canal ARTE.
