Podemos afirmar que existen 2 formas de entender el comportamiento: una basada en la "forma" o topografía de este, y otra basada en su "función".
Puede darse el caso en el que se moldeen topografías diferentes para que tengan una función diferente cada una.
Por ejemplo, al lanzar un balón de baloncesto a canasta, hay mejores y peores formas de hacerlo.
Esto quiere decir que puede haber topografías que se ajusten mejor al ambiente, y por ello sean específicamente seleccionadas.