Thread by @10Kundera

1920. El fútbol es ya deporte, fiesta y arte popular. Una de las razones es el reglamento, ingeniería humana. El offside está en el núcleo de todo esto. Obliga a los jugadores a ser buenos. Sin embargo, la ley tal como existe es problemática.

¿Qué decía esta ley? Que un jugador estaba habilitado para jugar solo si tenía tres futbolistas rivales, incluyendo al arquero, delante de él. En la práctica, esto permitió que los equipos jugaran con solo dos defensores: bastaba con que uno de ellos se adelantara para defender.

¿Cómo así? Los equipos atacaban con cinco delanteros, pero defendían solo dos zagueros, cuya táctica defensiva era tirar el fuera de juego constantemente: si el ataque era por derecha, el zaguero derecho era "atrasado", y el izquierdo "adelantado". Este último tiraba el offside.

Marcaban en zona, por supuesto. No era tanto que existiese un líbero como que los dos zagueros se turnaban para que uno sobrase y otro saliese a adelantar la línea de fuera de juego. Era un fútbol que se prestaba para el conservadurismo. Había que cambiar.

Para entonces, el sistema de juego era uno ampliamente estandarizado para todos lados: dos backs, tres halfs y cinco forwards. Todos en línea. Luego, dependiendo de si jugaban en la derecha, la izquierda o el centro, recibían ese apellido. Las posiciones espaciales.

El cerebro del equipo era el center-half -mediocentro en España, centromediano en Italia, meia central en Brasil y centrojás en el Río de La Plata- que jugaba en todo el círculo central y tenía, sobre todo, funciones ofensivas. Los halfs derecho e izquierdo lo apoyaban.

Pero llegó el cambio en la ley del offside de 1925 que significó que ahora un atacante estaba habilitado si tenía dos jugadores rivales frente a él. Aquello, que pedía menos defensores delante del atacante, significó en la práctica el fin de la estrategia del offisde.

¿Por qué?

Porque antes el offside era cosa de un solo futbolista. Ahora necesitaban la coordinación de los dos zagueros para dejar en offside al atacante. Coordinación que, sopesa sorpresa, no era asidua. Los entrenadores comenzaron a entender que esa forma de defender ya no servía.

El primer instinto fue cambiar marcación zonal por una marcación al hombre. Los backs marcaban a los interiores, los halfs derecho e izquierdo a los extremos y el center half al delantero centro.

Medio equipo ahora era destinado a defender y quedaba lejos del ataque. Problema.

Entonces, cuentan los libros, que apareció Herbert Chapman. Aquí un recuento más amplio de lo que voy a resumir ahora: ecosdelbalon.com/2012/11/histor…

El caso es que Chapman entendió el problema. Él siguió con los marcajes individuales pero los reconfiguró. Primero, pasó a una defensa de tres, sumando al center-half (número 5) a la defensa. Este seguía marcando al delantero centro, ahora como defensor central.

Los zagueros clásicos (2 y 3), con la presencia de otro defensor, ahora se podrían abrir para marcar a los extremos. Los halfs derecho e izquierdo se cerraban y bajaban para marcar a los delanteros interiores.

¿No seguía partiéndose el equipo en cinco y cinco?

Sí. Por eso Chapman decide romper la línea de 5 delanteros en 2, retrasando a los 2 delanteros interiores, dibujando una M. Como la defensa y línea de medios dibujaba una W, la táctica comenzó a ser llamada como WM. Además, la unión de halfs e interiores dibujaba un cuadrado.

Esta táctico, por su éxito, comenzó a ser copiada en todos lados. Pero no fue la única forma que encontraron para adaptarse a la regla. El culto al center-half en Italia los llevó a inventarse Il Metodo, un mix entre el 235 y la WM.

¿En qué consistía? El center-half se retrasaba para ayudar más en la defensa, pero seguía siendo mediocampista, y los otros halfs cerraban un poco, para ayudar al marcaje de los interiores. La línea de ataque se posicionaba en M. Era la WW.

En Sudamerica también se retrasó al center-half, pero se siguió marcando en zona, con un sistema de marcación elástica. Incluso, cuando se pasaba a defensa de tres, era uno de los halfs (normalmente el derecho) el que pasaba a la defensa.

En este hilo detallo un poco más cómo funcionaba esa defensa elástica rioplatense.

Nótese también que la decisión de dejar al centrojás en el mediocampo y bajar al half derecho a la defensa es el origen de la hoy numeración clásica argentina.

https://twitter.com/10Kundera/status/1257421376966856710

Y aun así, con todos esas decisiones defensivas, hubo quienes consideraron que era necesario incluso más mimbres defensivos. A escoger entre Alejandro Scopelli, Karl Rappan y Helenio Herrera: nace el primer cerrojo.

¿En qué consistía? En quitar bien a un mediocampista, a un interior o al ¡delantero centro! (que era lo que hacía Scopelli) y ponerlo en la defensa. Scopelli quitaba al delantero centro y ponía a su '9' a marcar al '9' rival, pasando el '5' a jugar de líbero.

Lo de Scopelli y Herrera era una táctica circunstancial. Por eso, y porque fue usada en un Mundial, el del 38, pasó Karl Rappan a ser el inventor del "verrou".

¿Qué hizo Rappan?

Rappan invirtió la horizontalidad de los zagueros, poniendo a uno detrás del otro, bajó a los halfs convirtiéndolos en zagueros laterales, mantuvo al mediocentro en su lugar de centromediano metodista y ¡bajó a los interiores a que jugaran como los halfs de Il Metodo" 1333.

Era una táctica eminentemente defensiva, pensada en una marcación al hombre de todos los atacantes de la WM y la existencia de un hombre escoba detrás que barriese todo.

Nacía, ahora sí, el líbero.

Este primer cerrojo no tendría mucho más recorrido. Era una táctica tan negativa, tan específica, que no fue copiada por más equipos.

Diez años más tarde, sin embargo, comenzaría a forjarse lo que luego fue conocido como "el segundo cerrojo".

En Italia, Ottavio Barbieri creaba lo que fue conocido como el mezzosistema, por tomar cosas de Il Metodo y mezclarlas con cosas de la WM (Il Sistema). Era un 442 asimétrico que ponía las bases para el giocco all'italiana.

Barbieri ponía una línea de tres marcadores, con el izquierdo un poco más adelantado, y un defensor libre de marca por detrás de ellos.

Ponía al centerhalf por delante de la defensa, apoyado por uno de los interiores encargado de marcar al inside de ese lado.

Y, novedad, el extremo derecho bajaba al mediocampo y se convertía en un "tornante". Lo mismo hacía el inside izquierdo, jugando de regista. Arriba solo quedaban el 9 y el extremo izquierdo.

Segunda mitad de la década de 1940.

Para la misma época, un hombre llamado Gipo Viani también usaría el líbero. Su sistema, muy humildemente, fue llamado "La Vianema".

¿En qué consistía?

Partiendo del método, reorganizaba la defensa con el half izquierdo de líbero y el centromediano de marcador derecho. El half derecho se centraba y, aquí la gran novedad, prescindía del delantero centro y jugaba allí el mediano Alberto Piccini, con la camisa 9. Arriba solo 4.

En los 50s, Alfredo Foni partiría de la WM para jugar con líbero. ¿Cómo? Pues recomponiendo todo el sistema en fase defensiva, con el '2', Blason, convirtiéndose en líbero, el 7, Amaro, en lateral derecho, y el 8, Mazza, el half derecho. 1333 asimétrico. Y lo hacía en el Inter.

¿Por qué es importante? Porque lo hizo en un equipo grande (Antes Barbieri en el Spezia, Viani en la Salernitana y Rocco en la Triestina) y había salido campeón. Se legitimaba el uso de tácticas puramente defensivas en equipos con aspiraciones al título. A brave new world.

Foni fue luego miembro de la comisión nacional que dirigía a la selección italiana y Viani llegó a dirigir al Milan, de donde salió para la selección italiana en 1960. El Catenaccio tenía prestigio en Italia, pero todavía faltaba la esfera internacional.

¿Qué pasaba en el mundo? Pues que el amor por la WM se escindía al tiempo que se enamoraban del sistema húngaro y del sistema brasileño que para 1958 ya se había transformado en un 424. El brasileño, además, lo hacía con marcación zonal en línea.

El prestigio internacional llegaría con Nereo Rocco en el Milan. Rocco reemplazó a Viani e instauró su sistema. O sus sistemas. Fiel creyente el catenaccio, lo entendía más con unos principios de juego de contragolpe que como un posicionamiento de las piezas.

Siempre había líbero y siempre había delantero centro. Las otras ocho posiciones variaban según los jugadores con los que contase. Rocco partía de la WM para hacer su catenaccio. Ganó el Scudetto en el primer año y en el segundo la Copa de Europa.

La gran diferencia quizá estaba en que el mejor jugador del Milan era un pequeñajo de nombre Gianni y de apellido Rivera que jugaba en una posición que no era nueva, pero sí inusual: era un regista que jugaba por detrás de los delanteros. Así, su Milan jugaba 13213.

Rocco hacía marcaciones al hombre con Maldini sobrando y tenía un sistema ofensivo enfocado en el contragolpe, con Sani como primer pase y Rivera de cerebro y asistente de la delantera. Hay varios partidos y vídeos. Este es uno de Rivera contra el Ajax.

Prácticamente al tiempo que lo de Rocco en el Milan, en la otra acera, Helenio Herrera hacía "lo mismo" en el Inter. A priori, su sistema era más defensivo porque tenía menos delanteros.

Helenio era un apasionado de la velocidad. "El fútbol moderno es velocidad .Desplácese con velocidad, pase la pelota con velocidad, marque y desmárquese con velocidad, piense con velocidad". Y su Inter jugaba así.

Picchi era el líbero, Guarnieri el primer stopper. Burnigch marcaba al hombre y su posición dependía de a quien marcase. Tagnin el mediocentro, que también podría ser otro stopper cambiando a defensa de cinco. Facchetti, extremo de origen, jugaba por la izquierda, subiendo mucho.

Luego venía lo divertido: Suárez era un regista tradicional. Jugaba en su propio campo, tomaba el balón y era el encargado de imprimirle velocidad al equipo. Jair era un tornante por derecha.

Mario Corso no era extremo izquierdo. Jugaba más bien de mediapunta por esa zona y bajaba para hacerle apoyos a Suárez, por lo que a veces parecía un cuarto mediocampista. Mazzola jugaba más arriba y centrado. Y luego estaba el delantero centro. Era un 13321 que podría ser 14221.

El Inter se convirtió en sensación. Su defensa era impenetrable y sus ataques fulgurantes, demoledores. Ganaron tres ligas, dos copas de europa y dos Intercontinentales, esto último fundamental.

¿Por qué fundamental? Porque tras el triunfo europeo, que tampoco es que importase mucho a los sudamericanos que venían de ganar tres de los últimos cuatro mundiales, las victorias en Sudamerica en la disputa de la Intercontinental sí causaron impacto.

Brasil había ganado los mundiales del 58 y 62 con un 424 o un 433 con Zagallo de "tornante". El 424 había sido brillante, el mundo se enamoró de eso. Sin embargo, los equipos europeos no estaban acostumbrados a la defensa zonal que había abandonado más de treinta años atrás.

El desarrollo del catenaccio les sirvió como punto de referencia. Tomando de aquí y de allá organizaron unos sistemas mixtos.

Por ejemplo, Ron Greenwood en el West Han estableció un 424 con una defensa con líbero y stopper. El líbero era Booby Moore.

Y lo mismo pasaría en Alemania. Willi Schulz, center-half defensivo en 1962, sería líbero en la final del 66. Por primera vez en la historia, en ese Mundial del 66, un equipo con líbero sería campeón mundial y eso se sabía antes de jugarse la final.

No fueron los únicos. Muchos de los equipos del Mundial 66' optaron por el líbero. Uno de ellos fue Uruguay. En el 64, Máspoli había implementado el sistema de líbero en su Peñarol y en el 66 haría doblete de Libertadores e Intercontinental. Fue la base de la Uruguay del 66'.

¿Lo curioso? Peñarol defendía en zona. Jugaba con un 1432 con líbero y ala tornante que a veces podía ser un 13132, dependiendo de la posición de Gonçalves y el número de delanteros del rival.

Después del Mundial el líbero ya sería reconocido como la figura del fútbol europeo por excelencia. Quizás con algo de reticencia en Reino Unido y las naciones anglófilas, pero totalmente aceptado en el resto del continente. En Sudamerica, sobre todo a partir de Zubeldía, también

sería acogido, aunque con recelo en los dos gigantes Brasil y Argentina. Hubo debates importantes. Menotti despreciaba la figura y en Brasil, bueno, dejo esta frase de Evaristo de Maceda:

El líbero alcanzó el máximo prestigio cuando Beckenbauer llegó a la posición. Los líberos ya atacaban desde antes: Moore lo hacía y también Sieloff (gif), pero con Franz ahí demostraron poder ser el motor creativo del equipo y no principalmente un jugador defensivo.

Entre 1966 y 1990, solo dos selecciones finalistas de la Copa del Mundo no jugaron con líbero: la Brasil del 70 y la Argentina del 78. Entre 1994 y 2018, ninguna. El triunfo de la zona en línea presionan de Liedholm, De León, Mujica, Maturana, Eriksson, Zof o Sacchi fue la razón.

¿Podría volver el líbero? La respuesta es que sí porque todo vuelve. Mejor pregunta es cómo. Y una mejor todavía es para qué.

Para responderla habría que ver cómo apareció y por qué en un primer lugar.

1- La dificultad para tirar el fuera de juego
2- Para dar mayor densidad defensiva
3- Para sumar jugadores más técnicos en los primeros pases.
4- Para sumar un futbolista que apareciera desde atrás y se sumase al ataque.

Más o menos. ¿Son cosas necesarias hoy?

El VAR está creando nuevas situaciones defensivas con fueras de juego mínimos, captados solo por la tecnología. ¿Podría esto cambiar la forma en la que defendemos hoy? Si el fuera de juego es tan difícil, ¿mejor no sería jugar con la defensa escalonada de otra forma?

Hoy los equipos, como cuando nació el líbero, atacan con cinco, seis, siete u ocho futbolistas. Con tanto volumen ofensivo, ¿quizás es necesario aumentar la densidad defensiva de los equipos y tener un corrector por detrás de todos?

Nunca como hoy ha sido tan importante la salida de balón desde atrás. Ya tenemos jugadores hiper técnicos incluso en el arco. Pero el líbero también era un mecanismo que normalizaba que un defensor se convirtiera en un mediocampista o un atacante más.

https://twitter.com/AdrianCervera/status/1245735248970776577?s=20

En un fútbol de salida de balón + presión, con jugadores haciendo marcas al hombre en ese momento del juego, lo normal es que nos comencemos a mover a un fútbol de posiciones más líquidas, aquel en el que el líbero fue rey.

Y así quizás vuelva.