El principal motivo de la operación Arthur-Pjanić es contable. Seguro. Pero de todas formas, hay detrás un sentido deportivo. Voy a hablar un poco de la parte deportiva que me parece más interesante.
Las palabras de Setién me parecen elocuentes: "No es fácil cambiar cosas que otros entrenadores le han dicho que estaban bien". ¿De qué cosas habla? Por ejemplo, de "retener el balón cuando queremos jugar a dos toques". Contundente. Y sincero.
Arthur es un mediocampista brasileño nacido en 1996, o sea que su formación se dio principalmente en los años previos a la guardiolización del fútbol formativo en Sudamerica. Detalle no menor.
¿Qué significa esto en términos prácticos? Primero un tema de altura de juego: a pesar de Xavi, el resultado de la guardiolización es que los mediocampistas interiores subieron su altura en el campo. La tocan más arriba, se plantan más arriba.
Eso tiene que ver con el mandato táctico de fijar su posición a la espalda de la línea de presión. Y con el hecho de que como aumenta el volumen de la posesión, y los equipos tienden a viajar en conjunto para establecer asedios, los interiores terminan tocando el balón arriba.
Pero Arthur no se formó en ese fútbol, sino en el brasileño pre guardiolización. Esto es un fútbol en el que el mediocampo se parte en dos mitades: abajo, donde están los volantes*, y arriba, donde están los creadores.
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En esa Brasil, los mediocampistas se organizaban como primer volante o cabeça da area, segundo volante/meia armador, tercer volante/meia armador/meia atacante, y meia atacante, dependiendo todo de la figura que se formase.
Había un mediocentro con labores eminentemente defensivas y un enganche con funciones eminentemente creativas/de ataque. Luego, los dos mediocampistas restantes del 442 podían ser muchas cosas. Abajo las configuraciones más usuales. 
Y aquí unas palabras de Juninho Pernambucano en la que explicaba un poco, además, como se trasladaba eso al 443.
Sobre el segundo volante, bien podría ser traducido en "segundo mediocentro", es decir, el Rubén Baraja del David Albelda, el Sergio González de Mauro Silva, el Sami Khedira de Xabi Alonso.
Y a Arthur donde toda la vida le ha gustado jugar es ahí.
Y a Arthur donde toda la vida le ha gustado jugar es ahí.
Con una característica especial: en lugar de ser un segundo volante de marcaje y despliegue, de área a área, él quería ser un segundo volante como Juninho Pernambucano: un armador de juego desde esa posición. Un volante armador.
Debutó en 2015 en Gremio, pero fue realmente hasta 2017 que se asentó en el equipo profesional. Y ahí jugaba en esa posición del segundo volante (segundo mediocentro), pero con funciones de armado de juego. Así:
Arthur jugaba al lado del mediocentro (Jaílson) y desde ahí armaba el juego. Veía todo el fútbol de cara siempre, tenía la pelota, marcaba el ritmo, pasaba a uno, dos, tres, cuatro, cinco o toques según entendiese que ese era el ritmo que pedía la jugada. Era su naturaleza.
Sin embargo, aterrizó en un club con una filosofía de juego (que han respetado tanto Valverde como Setién) basada en unos valores futbolísticos distintos a los de su formación, su cultura de juego. Su esencia. "Lo que otros entrenadores le han dicho que está bien".
Aquello estaba destinado a chocar. ¿Por qué? Porque en el Barcelona el mediocentro era Sergio Busquets, no Jaílson, y el equipo iba a jugar siempre* en un 433 o una variación de este, con Arthur ya no de segundo volante sino de interior, un escalón por delante de lo que él quiere
Y así lo dijo, cuando le preguntaron por la diferencia de su rol en la selección de Tite* y en el Barcelona.
Y ahora vamos con Xavi. Hernández se crió en el Barcelona, pero se formó jugando de '4', es decir, en la posición de Busquets. En algún momento fue movido a la posición de interior, jugando más arriba. ¿El truco? Que le permitían bajar a la posición del mediocentro y jugar ahí.
¿Podría habérsele dado a Arthur esa estructura? Sí, pero no. O no interesaba. En los tiempos de Xavi, eso era visto como algo normal y deseable. Hoy no es así. Los interiores deben seguir el mandato táctico de fijar su posición arriba. Y eso se le ha pedido a Arthur casi siempre.
En el mejor de los casos, el Barça ha podido negociar eso con el jugador y permitirle vivir más abajo, casi al lado de Busquets, con De Jong, que también es un jugador que prefiere ser "segundo volante", matándose entre líneas. Y ese ha sido el mejor Arthur.
Pero tampoco ha sido un Arthur que haya querido el Barcelona. Ni a nivel posicional, porque perdía ese hombre entre líneas que quiere, ni a nivel de jerarquía, porque quitaba protagonismo a Busquets y De Jong, ni a nivel de estilo, y ahí volvemos a la frase inicial de Setién.
Por cultura y formación, Arthur es un futbolista que gusta de tener el balón mucho tiempo en sus pies. De marcar él el ritmo del partido, de pasar el balón para que se lo regresen, de tenerlo, de conducirlo y luego sí pasar.
El Barça no quiere eso.
El Barça no quiere eso.
¿Qué quiere el Barcelona? Un mediocampo en el que el balón sea el que viaje de posición a posición hasta llegar a zona de aceleración, a la zona de Messi. Y que Busquets sea el que juegue de cara, cuando llegan arriba, y decida.
¿Mejora Pjanić a Arthur en ese sentido? Sí. Es un futbolista mucho más pasador, de menos toques. Que aunque también es cerebral e interventor, tiene un juego más parecido a lo que desea su nuevo equipo de sus mediocampistas. A nivel cultural se acerca más.
No es perfecto: Pjanic lleva ya un par de años jugando en la posición de Busquets, en la base de la jugada. Viéndolo todo de cara. Pero, a diferencia de Arthur, no siempre fue así: se formó jugando de enganche, mucho más arriba, más cerca de donde el JDP quiere a sus interiores.
Y explotó siendo un interior que intercambiaba alturas, que caía a banda, que mezclaba juego de espaldas y entre líneas con juego de cara y en la base. ¿Puede volver a hacerlo? Tiene 30 años. Es joven y tiene la cultura táctica, la técnica y la experiencia para adecuarse a eso.
El cambio de Arthur-Pjanic es un cambio por razones contables, pero también es un cambio deportivo. Es la confirmación de un choque entre dos culturas de juego que no pudieron encontrarse.
¿Y Arthur en la Juventus? ¿Jugará donde Pjanic? Quizás sí. A Sarri así le gusta.
¿Y Arthur en la Juventus? ¿Jugará donde Pjanic? Quizás sí. A Sarri así le gusta.
