La “máscara de muerte” de Maximiliano de Habsburgo después de ser fusilado el 19 de junio 1867 en el Cerro de las Campanas, #Querétaro. El emperador repartió monedas de oro (otros afirman que eran de plata)a los hombres que lo matarían, pues era costumbre “pagar el trabajo”. HILO 
Maximiliano expresó sus últimas palabras, las cuales fueron las siguientes:”voy a morir por una causa justa,la de la independiente y la libertad de #México.Deseo que mi sangre sea la última que se derrame en este desgraciado país” Momentos después dispararían hacia su pecho.
Antes de recibir el impacto de las balas utilizó sus dos manos para separar sus barbas, acción que repetía de forma constante. Al caer agonizante dijo: Uomo, Uomo, Hombre, hombre.En ese momento se le dio el tiro de gracia sobre el pecho. Algunos afirman que fue Aureliano Blanquet
Las últimas palabras de Miramón fueron las siguientes: “Aquí pronto a perder la vida y cuando vaya comparecer delante de Dios, protesto contra la mancha de traidor que se ha querido arrojarme para cubrir mi sacrificio. Muero inocente de este crimen, y perdono a sus autores...
... esperando que Dios me perdone y que mis compatriota aparten tan fea mancha de mis hijos, haciéndome justicia. VIVA #MÉXICO! Mejía no dijo nada antes de ser fusilado. Durante el sitio de #Querétaro sufrió de intensos dolores en el estomago, posiblemente una úlcera o un cancer.
Tomás Mejía fue un militar de origen otomí que llegó al grado de general de división. Toda su carrera fue conservador y defensor de la fe católica. Fue uno de los tácticos más brillantes del arma de caballería, de impresionante valor.Dejó viuda a su mujer con un recién nacido #RT
