La creencia que el orden la armonía y la coordinación emanan de actos de violencia, conquista y sometimiento, se ha repetido y manifestado en casi todas las culturas y épocas.
Este mito es tan antiguo como la historia, parece una idea grabada en la mente humana. En los antiguos relatos comúnmente se describía el origen del mundo como un gran acto de guerra o de conquista entre dioses.
La mismísima Roma, gran cuna de la civilización, también había sido fruto de un sangriento sometimiento entre dos hermanos gemelos.
Incluso nosotros mismos en ocasiones de conflicto y desencuentro nos vemos tentados a usar la violencia y conquista para reestablecer la armonía.
Este mito jamás desapareció, es la historia de la humanidad, es la historia de Caín. Esta es la dinámica que nos dieron los caudillos, dictadores, reyes y emperadores que han sometido y subordinado a las masas en pos de sus arbitrarios planes.
Todavía hoy, nos vemos desavenidos con catervas que apoyan un Estado «paternalista», que intervenga en todas las áreas de nuestras vidas pasando por encima de nuestras libertades. Ante esta tentación de estos tiranos a ser cómo un dios, se manifiesta una cosmovisión opuesta.
El LIBERALISMO: movimiento reaccionario por antonomasia, la filosofía que cuestiona el poder ilegitimo de los opresores. El liberalismo, praxis de la ética y el bien común. El liberalismo, gran campeón de la libertad que rechaza que el orden provenga de la violencia.
Para entender el abordaje de estas ideas podemos empezar con la siguiente cita de Frédéric Bastiat: 🔽
El mensaje de Bastiat es el siguiente, los puntos anteriores son importantes y, a su vez todos tenemos diferentes convicciones y perspectivas sobre cada uno de ellos. El problema social NUNCA ha estado en nuestras discrepancias, sino que siempre la hemos manejado mal.
El problema social es Caín. El problema social es que hoy se persigue personas por sus creencias religiosas. El problema social es que hoy se ejecuta (en medio Oriente) personas por su orientación sexual.
El problema social es que la libertad de expresión hoy es un «crimen de odio». El problema social es que el Estado es el que decide por nosotros en cómo educar a nuestros hijos.
El problema social es que los políticos tienen el control de nuestras billeteras. El problema social es que Nicolás Maduro está jugando a los Sims con el pueblo venezolano y que el resto, estamos en situaciones no tan lejanas.
“La solución está en la libertad”. ¿Por qué Bastiat nos dice que el razonamiento nos lleva a la libertad? Él sabe que el orden no viene del sometimiento de la sociedad a un plan o un diseño, al contrario, viene de la libre interacción de los individuos en una sociedad libre.
Adam Smith nos dice al respecto: 🖋
El enfoque de Smith es que, no es el pensamiento en «común» el que ampara a una multitud de personas, sino el individual, en su pensamiento egoísta de levantarse —el panadero— más temprano que otros para tener un pan fresco para sus clientes.
En el fondo él está pensando que ese esfuerzo será recompensando para que le compren más a él y así acrecentar sus arcas. Favoreciendo —sin que lo requiera— a otros que necesitan de ese pan lo más temprano posible. Fue a esto a lo que Smith llamó «la mano invisible».
Las complejas estructuras sociales no vienen de una inteligencia directora, sino de un proceso orgánico y evolutivo, producto de la creatividad humana en un marco de libertad. El orden social no viene por un Charles Fourier que administra cada paso que damos.
Viene de la libertad, de la cooperación voluntaria del intercambio de ideas, el libre comercio y del respeto irrestricto al proyecto de vida del prójimo. Aquellas personas que siguen sus propios intereses terminan promoviendo inconscientemente el interés general.
El liberalismo es una respuesta ética a la tiranía y un proyecto de investigación sobre la cooperación social. Éste se puede manifestar de muchas formas ya que, responde a situaciones en un contexto político e histórico y evolutivo.
Revisemos toda esa maduración liberal que se fue sistematizando en estas ideas.
En los siglos XVI y XVII un movimiento conocido como la «escolástica española» tubo aportes muy importantes para el surgimiento del liberalismo, lo más reconocidos son:
Juan de Mariana, Francisco de Victoria, Diego de Covarrubias, Martín de Azpilcueta, Domingo de Soto, Luis de Molina, Tomás de Mercado y muchísimos más. Pusieron sobre la mesa la importancia del derecho natural a la vida, la libertad y la igualdad ante la ley.
La importancia de un gobierno limitado, la propuesta teórica de un derecho internacional, la condena en la guerra y la conquista -salvo en excepciones extraordinarias-, la defensa de la propiedad privada, los contratos, el mercado y el comercio.
Estos pensadores son los predecesores de la escuela austriaca por sus aportes teóricos a la economía para Murray Rothbard. Principalmente por su aporte en una concepción subjetivista, dinámica del valor, el dinero y los precios que Carl Menger continuaría tres siglos después.
Hacia finales del siglo XVII John Locke condena las tiranías y propone dividir el poder político, algo que profundizó un poco después Montesquieu.
Sobre todas las cosas Locke afirma que, todas las personas -y solo por el hecho de ser personas- poseen un derecho natural a la vida, la libertad y la propiedad privada. Siendo el gobierno sólo legitimo si cuenta con el consentimiento de los gobernados +...
En el siglo XVIII personajes como, Adam Ferguson, David Hume y Adam Smith investigaron cómo la cooperación social surge de los procesos del mercado que no son otra cosa que un proceso orgánico, fruto de instituciones como el lenguaje, el comercio y la moral.
El 4 de julio de 1776, figuras como Thomas Jefferson, Benjamín Franklin, Roger Sherman, Robert Robert Livingston y John Admans (aunque el primero con sus contradicciones) firmaron la declaración de independencia de los Estados Unidos.
Un documento que incorpora toda esa maduración liberal que en Jefferson había leído desde el padre Juan de Mariana hasta Locke y la ilustración escocesa. Es un haz de luz en un mundo de oscuridad. 🖋
En el siglo XIX el liberalismo da un lento cambio en su análisis. El problema ya no era una monarquía que en la edad media se había vuelta más absolutista y despótica. Ahora el problema sería el surgimiento de nuevas ideas más absolutista y despóticas que las anteriores.
La etapa del fin del «liberalismo clásico» sería entre el siglo XVII y XVII en el advenimiento de la revolución francesa, un evento tan relevante y controversial que generó una fuerte discusión entre Edmund Burke de perfil conservador y Thomas Paine de perfil progresista.
Se dividen en el siglo XIX los liberales que pertenecían a una tradición cristiana como, Benjamin Constant, Enrique Lacordaire, Alexis de Tocqueville, Charles de Montalembert y Lord Acton. Frente a una línea liberal progresista que reprobaba las tradiciones y las costumbres.
Para Ralph Raico historiador y especialista en el liberalismo clásico, esta fuerte división se había marcado sobre todo en los países angloparlantes por la obra de Jeremy Bentham y John Stuart Mill.
Según Raico, Mill se desvió de la línea central del pensamiento liberal, contraponiendo al individuo y su libertad no sólo con el Estado, sino con la sociedad y sus opiniones. Mill explica que hay una tiranía que puede ser peor que la del Estado, la «tiranía de opinión».
El enfoque de Mill insiste que, la religión, las costumbres, las tradiciones y la moral, aunque no se impongan por la fuerza del Estado, son de todas maneras obstáculos hacia la libertad. Generando así tensión con los liberales de orígenes más conservadores.
Su enfoque se conoce como «socioliberalismo» o «liberalismo progresista».
En los países angloparlantes se dio la división entre liberals y conservatives. Entre estas ideas podemos nombrar a Frédéric Bastiat, Jean-Baptiste Say, Gustave de Molinari que dieron enormes aportes.
Otros exponentes como Herbert Spencer, Auberon Herbert que junto a Molinari llevaron las ideas del liberalismo muy cercanas al anarquismo.
Hacia finales del siglo XIX el liberalismo perdería popularidad frente a un Marxismo en ebullición. Pero frente a esto aparecían figuras como, Eugen Böhm von Bawerk que escribió para refutar al capital de Marx.
Carl Menger y Böhm von Bawerk sería importantes para aclarar muchas contradicciones en la teoría económica que se habían arrastrado desde Adam Smith y David Ricardo.
En un siglo XX que abandonó el liberalismo, dejando al mundo a merced de dictadores fascistas y socialistas, genios con gran carácter heroico como Ludwig Von Mises y Friedrich Hayek se enfrentaron solos contra un mundo académico que había desechado al liberalismo.
Debemos destacar a Ayn Rand, James M. Buchanan, Milton Friedman, Robert Nozick y Murray Rothbard como los pensadores más importantes del siglo pasado.
En esta generación muchos se mantenían muy cercanos al liberalismo clásico, otros llevaban el liberalismo hasta sus últimas, proponían que el planteo correcto es un Estado lo más mínimo posible o directamente la anarquía. Como decía Spencer, Molinari y Herbert.
Esta radicalización o evolución de las ideas de los liberales clásicos se le suele denominar como libertarismo, que integra tanto a los anarquistas como a los anarcocapitalistas.
En la actualidad, algunos libertarios de origen más conservador o tradicionalista, se les suele asociar con el «paleolibertarismo», mientras que aquellos de origen más progresista se les asocia con el «agorismo».
Hoy, el liberalismo es el mayor enemigo del paradigma contemporáneo. Aquella declaración de 1776 parece un chiste de mal gusto, nos vemos enfrentados a la idolatría de caudillos y el colectivismo como nunca antes.
Si bien entre liberales hay muchas subdivisiones que, si uno es conservador o progresista, si defiende un Estado o prefiere la anarquía, si es neo-aristotélico, neo-kantiano o neo-tomista.
Todos los liberales compartimos una base y una lucha común: LA DEFENSA DE NUESTRAS LIBERTADES contra todas las ideas del presente y el futuro que las quieren conquistar.
Por eso no debería haber excomuniones internas entre liberales, sino una lucha mutua por la libertad. También es oportuno aclarar sobre el mito o realidad más antiguo del mundo, no caigamos en él por favor.
La solución jamás será imponer las ideas de liberalismo por la violencia y la conquista, eso es todo lo contario al liberalismo.
Hay que condenar aquellas ideas que buscan llegar a un liberalismo económico pasando por arriba de las libertades individuales.
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Es un poco largo, pero merece la pena hacer el esfuerzo de leer, uno de los peores casos de Estados Unidos, Indiana.
La horrible historia de Sylvia Marie Likens comienza en Indiana el 3 de enero de 1949, cuando nació como la tercera hija de una familia de trabajadores del Carnaval: Lester Likens y Elizabeth Francés.
La pareja tenía cinco hijos y una situación económica bastante inestable, por lo que Sylvia y Jenny (su hermana menor, enferma de polio) solían pasar largas temporadas en la casa de familiares para no perder la escuela.
En una tarde de otoño, en Alemania, martillos y cinceles destruían el Muro de Berlín. Este muro era denominado por la RDA como «Muro de Protección Antifascista». Aunque por parte de la opinión publica como «Muro de la vergüenza».
Este muro era destinado para proteger a los ciudadanos de la Alemania oriental contra los peligros del capitalismo que conspiraban contra el paraíso socialista que estaban construyendo.
Entre el delator desmentido del jefe del Estado y del Partido Walter Ulbricht -"nadie tiene la intención de construir un muro"-, pronunciado el 15 de junio de ese año ante cientos de periodistas. El 12 al 13 de agosto de 1961 hubo despliegue para burlar al espionaje occidental.