Thread by @PaveloRockstar

Sí, "Puto" es una canción homofóbica.

¿Vale la pena discutir un disco de hace más de 20 años?

¿Y por qué los PUTOS a veces la cantamos en los antros?

Abro un hilo putísimo e informativo.

En el año de 1997, Molotov irrumpió en la escena musical ofreciendo material que muchos sin saberlo ansiaban y que atacaba a un nicho específico. Sin embargo, no se puede dejar de lado que como toda válvula de escape, entrañaba una fuerza que tenía un potencial destructivo.

Basta ver letras como “Quítate que masturbas” (mejor conocida como “Perra Arrabalera”) para darse cuenta de por dónde iba el giro lírico que ofrecía el grupo:

“Contigo yo no siento nada
¡Perra hija de la chingada!
"

¿Qué más decía esta rolita extraída de su primer disco?

"Porque antes estabas delgada,
con los pechos firmes y las nalgas bien paradas,
pero ahora ya estas muy aguada
No hay quien te pele y estas amargada,
Contigo ya no siento nada,
Golfa, golfa interesada,
Perra arrabalera, perra arrabalera
..."

Y así se iba. Joya, ¿no?

En días en que movimientos como el #MeToo y en el que los diversos feminismos reclaman que las mujeres sean vistas como personas merecedoras de dignidad y respeto, letras así resultan anacrónicas. Tan solo en el primer trimestre de este año, se rompió récord de feminicidios.

Sí, 964 asesinatos de mujeres, de los cuales 244 fueron tipificados como feminicidios según el Sistema Nacional de Seguridad Pública en México. Cifras que por sí solas no dicen mucho, pero tienen detrás historias de dolor e impunidad.

Vamos a la canción "Puto". ¿Sería posible que una agrupación este 2020 lanzara una letra así? Acudamos nuevamente a las cifras. En el documento “Violencia extrema. Los asesinatos de personas LGBTTT en México 2013-2018”, podemos encontrar cifras escalofriantes:

"En el sexenio del gobierno de Enrique Peña Nieto, al menos 473 personas LGBT fueron asesinadas en México por motivos relacionados a la orientación sexual o a la identidad y expresión de género percibida de las víctimas”.

Y falta censar las acumuladas recientemente.

En una entrevista para El País, un periodista les preguntó:
“—En ese disco estaba incluida Puto, que fue una canción bastante controvertida y os tildaron de homófobos.


Su respuesta: Esta canción hablaba de la cobardía, de no ser agachón. Nunca tuvo un sentido homófobo"

Lo que tal vez nunca terminaron de entender los integrantes de Molotov es que ese significado de cobarde desciende precisamente de una visión homofóbica. “Puto” se convirtió en sinónimo de “cobarde” porque alude a un hombre que no puede demostrar su hombría. Un puto es frágil.

Un maricón —ese al que darle “matarile”— es un hombre que al parecerse a una mujer, vale menos que otro. Y esto, además de homofóbico, tiene un trasfondo de misoginia.

Porque la homofobia es la vergüenza u odio por parecerse a lo femenino. Por "rebajarse" a parecer mujeres.

“Pero si yo la he cantado en el antro con mis amigos gays”, tal vez nos decimos muchos de nosotros. Claro. Pero es muy diferente que esa canción la cante alguien gay desde la apropiación y la resignificación a que la cante un hetero para ofender o discriminar.

De la misma forma, si un negro le dice "nigga" a otro, lo hace desde su orgullo identitario y como parte de su comunidad. Cosa que un blanco no puede hacer sin tener graves consecuencias. Algo similar pasa con la canción de Molotov. Nosotros podemos usar la "P" word. Ellos NO.

De hecho, históricamente los LGBTTT+ ya nos hemos apropiado de palabras que eran ofensivas, como el término “queer”, que se usaba para burlarse de los “ratitos”. “Puto” debería de ser una palabra nuestra, para mostrar nuestro orgullo y no un insulto para violentarnos.

En cuanto a Molotov, un acto de valentía mucho más grande que negar la homofobia de sus letras sería reconocer que los tiempos han cambiado y dejar de cantar un himno a la violencia. Así ya lo hizo Café Tacvba con su canción “Ingrata”. Rehicieron su canción y les quedó cool.

Y no se trata de censurar o de cancelar a nadie. Más bien es aceptar que la historia está adoptando nuevos rumbos y es preferible sumarse de forma positiva a las nuevas realidades. Porque las palabras importan. Porque los crímenes de odio en los que se traducen, también.