La ideología del capital idolatra a los multimillonarios:
los festeja, les rinde culto, suspira por ellos.
La veneración de dioses fue sustituida por la veneración del dinero.
El éxito del capital es hacernos aplaudirle a la elite y soñar con convertirnos en ellos.
Hilo
los festeja, les rinde culto, suspira por ellos.
La veneración de dioses fue sustituida por la veneración del dinero.
El éxito del capital es hacernos aplaudirle a la elite y soñar con convertirnos en ellos.
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El fundamentalismo de mercado erige sus dioses, sus iconos a reverenciar: el emprendedor, competitivo, innovador, calculador, que define el éxito como esfuerzo individual y hace de su vida misma una empresa. Promueven la fe de que el esfuerzo individual todo lo puede.
Como toda ideología,construye una caricatura de los otros: los perdedores,los asalariados,los débiles que no han sabido convertirse en el homo economicus empresarial. La sociedad de hipercompetencia disuelve la solidaridad, la confianza y la reciprocidad: ¡Que ganen los mejores!
La teología tecnológica acompaña el culto de los millonarios informáticos. La sociedad se desencantó de la religión para encantarse con el mundo fantástico y de mil maravillas del progreso. La tecnología arrodilla a sus feligreses. Sus apóstoles: los Jobs, los Bezos, los Musk.
Con la ideología del emprendedurismo,la explotación o la injusticia no es social, sino resultado de malas inversiones y decisiones personales.
Con la ideología del hiperindividualismo la precariedad y la pobreza no son fruto del capitalismo, sino de la debilidad de los perdedores
Con la ideología del hiperindividualismo la precariedad y la pobreza no son fruto del capitalismo, sino de la debilidad de los perdedores
El discurso mítico de la riqueza por mérito es oportuno para encubrir la explotación de pesadilla de Apple en China. La retórica de los millonarios es funcional para ocultar el impacto ambiental de Amazon o la arrogancia de Musk afirmando poder dar golpes de estado en donde guste
La ideología empresarial se ufana de su libertarismo. Pero el culto al mercado no surgió espontáneamente. Como dijo Margaret Thatcher"La economía es el método. El objetivo es cambiar el alma" Y es que el arma más poderosa para dominar no es la violencia sino el autoconvencimiento
Pero igual que los dominados un día dejaron de creer que el rey era divino o que los nobles tenían sangre azul, tarde o temprano se abandonará el ridículo culto a la clase dominante.Tarde o temprano esa clase,que hoy domina,caerá,igual que todas cayeron a lo largo de la historia
