Thread by @PDuchement

"Si no quieres que todo el mundo vea el vídeo, haz lo que te diga. Dile a tus padres que vas a estudiar a casa de una amiga. Nos vemos mañana a las 17:30 en la pensión que hay en la calle..."

Fue el mail recibido por Celia, de 13 años.

Nuevo #CasoDeInformáticaForense

Como siempre, les recuerdo que algunos detalles (sobre todo los relacionados con identidades) serán alterados, dramatizados u omitidos para proteger la privacidad del caso (que, como ya pueden ver, se las trae).

El hilo será interactivo.

Espero que sirva para aprender.

Empezamos por el principio: María, la madre de Celia, se pone en contacto conmigo solicitando ayuda tras descubrir el mail.
Es, por lo tanto, un peritaje de parte (privado), y como tal, no tengo ninguna autoridad ni ninguna orden judicial.
Es decir, tengo las manos atadas.

Fase de introducción:

Me reúno con María.
Es una reunión muy complicada y emocionalmente inestable, pues debo recabar muchos datos y ella se encuentra muy alterada.
Al parecer, a descubierto el correo justo cuando la niña se disponía a salir de casa para CUMPLIR LA DEMANDA.

María no lo ve así, pero ha tenido suerte. Este tipo de casos no suele acabar con los padres enterándose de la situación y cortando la agresión de raíz.

El vídeo con el que amenazan a Celia es un clip de 1 min.y 34 sg. en el que aparece masturbándose.

¿Cómo lo ha conseguido?

María está segura de que han colocado una cámara oculta en la habitación de la niña.
Le pregunto si la han encontrado y/o retirado, y me dice que no, que debió ser retirada antes de la amenaza para no dejar pruebas.
¿El agresor ha entrado dos veces en su cuarto?

Tengo que hablar con Celia antes de dar palos de ciego.
Estos asuntos son muy delicados. Necesito cierto nivel de confidencialidad con ella, para que me hable con sinceridad.

¿Qué hago?

Las conclusiones con las que me responde María, son derivadas de las explicaciones que le ha dado Celia.
Le explico, con todo respeto, que esas explicaciones podrían no ser exactas.
Necesito hablar con Celia sin sus padres delante, para que no me oculte detalles. Pero lo grabo.

Antes, acuerdo con sus padres informarles al momento de todo lo que me cuente (incluyendo grabaciones), pero solicito, por el bien de la investigación, que no se den por enterados ante Celia.
Es muy importante: si oculta detalles a sus padres por vergüenza...

y, tras conseguir que me los revele, descubre que sus padres los conocen, dejará de dármelos.

Y son cruciales.

Ahora voy a hablar de dicha entrevista: Quiero que entiendan, antes de llamarme insensible, que la velocidad adquiriendo respuestas era importante para ayudarla.

Y mi experiencia me dice que, con menores adolescentes como Celia, hablar claro, de manera profesional y con comprensión (sin emitir juicios) es la vía más directa a la sinceridad.
Por eso me mostraré comprensivo ante cosas duras (como las mentiras, por ejemplo).
No las justifico

Nos reunimos en mi laboratorio (la traen sus padres). Mientras más profesional vea las cosas, mejor comprenderá que esto es serio y que todo se investiga de forma aséptica.
Ir a su casa podría darle confianza, pero también es su rincón de intimidad, y no quiero que se atrinchere.

Estamos ella, yo y la grabadora (con el consentimiento de sus padres).
Comienzo a hablar de la cantidad de veces que he ayudado a chic@s en su situación y de lo habitual que es su caso.
Insiste en que el vídeo es fruto de una cámara oculta.
He visto el vídeo. No me lo parece.

El enfoque perfecto hacia la posición de Celia durante el acto, las condiciones lumínicas nada propias de la ocultación, algunas miradas furtivas de Celia a cámara...

Se lo explico, además de decirle lo habitual que es ese tipo de vídeo entre gente de su edad.

Le digo que el acto que graba no tiene nada de malo (es verdad).
Le digo que el acto de grabarse tampoco (totalmente falso, pero necesito que no se sienta culpable).
Le digo que todo lo que no me diga contribuye a proteger a su agresor (totalmente cierto).

Le digo que yo sabré la medida, la forma y el momento de hacérselo saber a sus padres sin que sufra consecuencias (eso no es del todo cierto: sus padres serán informados de TODO, con TOTAL CLARIDAD y al MINUTO SIGUIENTE, pero sí que saben que es mejor no reaccionar).

Le hablo de otros casos parecidos, para que entienda que he visto cosas idénticas o incluso peores (cierto), y que el único malvado de la historia es el agresor (muy cierto).
Luego le digo que he visto el vídeo y que no hay nada que ocultarme que sea más íntimo (no es cierto).

Que soy "una especie de médico" de estos ataques informáticos y que, conmigo, no tiene por qué tener vergüenza: lo que me cuente no servirá para juzgarla a ella, si no para atrapar al tipo que tiene su vídeo y que quiere difundirlo.
Esa última parte es clave para que se sincere.

Se sincera.

No había cámara oculta.

¿Entonces?

Ahora, antes de que venga un ejército de padres y de psicólogos infantiles indignados con mi forma de tratar el tema con Celia: estoy MUY seguro de que había mejores formas de enfocarlo desde el punto de vista de la delicadeza y de la psicología infantil. Pero es oportuno...

aclarar que mi prioridad absoluta es averiguar la verdad y trincar al tipo antes de que publique el vídeo, marcando la vida de Celia.
No soy psicólogo infantil (ya me gustaría, por el increíble respeto que le tengo a la profesión).
Espero que los expertos no me juzguen demasiado.

Y, sobre todo, los padres estaban conforme (ya les había advertido de qué le diría a la chica.

Resumen:

Era sexting (se grabó con conocimiento, con consentimiento, de su propia mano).

Se lo mandó a su pareja.

Es la primera y última vez que lo ha hecho.

El secretismo de todo esto se acentúa porque su pareja es una chica de su clase y sus padres son algo homófobos.

¿Podrán sus padres recibir esta información sin reaccionar complicando mi investigación?

Claro que se lo cuento. Y todo. Tienen derecho a saber (13 años, les recuerdo).

Pero antes, hay una conversación de 40 min centrada en que la prioridad es encontrar al tipo, y que, si reaccionan ante la información, entorpecerán mi investigación.

No importa la "privacidad" de Celia ante sus padres.
No importa su vida personal.
No importa los prejuicios de sus padres sobre sus gustos sexuales.
No importa que consideren el sexting como algo inmoral.

TODO ESO, si quieren tratarlo, QUE LO TRATEN TRAS ENCONTRAR AL TIPO.

Y les advierto: si no comprenden las prioridades y reaccionan ante asuntos que son claramente SECUNDARIOS, desde ese momento dejarán de recibir información de mí hasta que redacte el informe pericial (al acabar la investigación).
Parece que lo entienden. El padre... un poco menos

Oportuno recordar el artículo 7.1 de la LOPDGDD: los gestores del derecho a la privacidad de Celia son sus padres hasta que cumpla los 14.
Soy perito judicial y ellos tienen derecho a saber, por eso les informo.
Pero si ponen en riesgo mi caso, tendrán que esperar a que concluya.

El hilo no ha acabado. Perdonen, hoy hay lío en casa: 👶

Seguimos.

Tengo el correo.
Tengo el vídeo.
Pido a Celia el vídeo original.

¿Qué hago?

Tras obtener consentimiento por parte de María para revelar parte de la información obtenida hasta ahora, llamo a la familia de la pareja de Celia para hablar con sus padres.

Ellos están...

Como no es un peritaje judicial, no tengo ninguna autoridad ni capacidad de requerir su colaboración. Solo puedo pedirla.

Afortunadamente, su madre nos la conceden. El ambiente familiar es muy distinto: sabe de la homosexualidad de su hija, conoce a Celia y sabe que es su pareja

Esa conversación es mucho menos delicada, pues no es esa chica la que se exhibe. Nos sentamos su madre, ella y yo en su salón y le hablo del vídeo que ha recibido. Lo confirma. Le pregunto si se lo ha pasado a alguien.

La pareja de Celia dice que...

Jura que es imposible que el vídeo haya llegado a manos de terceros:
No lo ha compartido.
No lo ha publicado.
No ha prestado el móvil.
Asegura que hace uso cuidadoso del dispositivo.

Estoy hablándole de que existe la posibilidad de que se lo hayan hackeado cuando llega el padre:

Desde que me presento y le explican qué hago allí, me echa.
Además, de muy malas formas (sin contacto físico).
A todas estas, la niña asustada; la mujer flipando sin comprender la reacción; él, hecho una fiera y yo comprendiendo que...

TENGO UN NUEVO SOSPECHOSO.

Fase de adquisición de evidencias:

Hora de usar las teclas.

¿Qué hago?

Sé lo que voy a encontrar en las cabeceras del correo: con suerte, la IP. Con mucha suerte, la de un cibercafé.

Pero lo intento.

Nada, una IPv6. Sin orden judicial con la que requerir a Movistar el usuario asignado, no me sirve de nada.

Metadatos del vídeo original: no aportan ninguna información nueva, salvo confirmar que fue grabado con el móvil de Celia.

Otra decepción.

Metadatos de la copia:

Poca información nueva.

Wait... ¿y si comparamos los metadatos de la copia con los del original?

Encuentro algo interesante: son marcas de paso.

Cada pieza software que interactúa con el vídeo (sobre todo si requiere cambios de formato) va dejando una marquita en sus datos internos.

No me dirán nada sobre quién lo tocó, pero sí sobre cómo y qué hizo con él.

¿Qué veo?

Pues todas.

Y, además, en ese orden.

Encuentro una quinta marca que no conozco y que me lleva 3 días averiguar que es de iCloud.

Esto significa que el tercero que tuvo acceso al vídeo, lo sacó mediante la fototeca de iCloud.

Celia lo manda (WhatsApp), el intruso accede mediante navegador (Chrome) a la fototeca de su pareja (iCloud). Lo descarga (Fotos) y manda el correo (mail) de chantaje con cuenta falsa

Conclusión: El agresor de Celia tiene acceso legítimo a la cuenta de iCloud de su pareja.

¿Quién será?

Mi trabajo ha concluido.
Los padres de Celia presentan denuncia directamente al padre de su novia, y utilizan mi informe como prueba pericial.
La policía judicial solo tuvo que comprobar las cuentas del sospechoso (claro que, sin el informe, no lo habría habido) para comprobar...

que el tipo había pagado con su tarjeta la habitación de la pensión a la que había ordenado a Celia acudir como coacción por su chantaje.

Lo más importante es que, tras la denuncia y descubrirme en su propia casa investigando, el tipo se asustó y, no solo no publicó el vídeo de Celia, si no que lo borró (por supuesto, la judicial lo recuperó de su móvil).

Mi objetivo era que no se publicase el vídeo: conseguido.

Perdió un juicio por revelación de secretos y por extorsión.
No se pudo probar un delito de abuso sexual en grado de tentativa.

-Indicios localizados
-Evidencias documentadas
-Informe pericial concluido
-Caso cerrado