Una revista científica de renombre es un negocio redondo. Hay que pagar un pastón por leerla, otro pastón por escribir en ella y quienes hacen las revisiones trabajan gratis. Por eso les molesta tanto @Sci_Hub
Para quien no conozca cómo funciona el sistema: si haces investigación científica una de las cosas fundamentales es comunicar los resultados para que los pueda conocer la comunidad científica (y todo aquel que tenga interés y posibilidad de hacerlo), si no, de nada sirve. >>
Esos resultados se dan a conocer a través de las revistas científicas: redactas un artículo en el que cuentas cómo has hecho tu investigación y los resultados que has obtenido y se los envías a la revista que mejor te parezca. >>
La revista tiene un sistema de revisión por pares: el artículo es revisado por científicos de tu campo para comprobar si tiene fallos y si los resultados son relevantes. (Esta gente trabaja gratis). >>
También hay un editor, que es el que coordina las revisiones y el que toma la decisión de publicar o rechazar el artículo (o enviarlo a los autores para que corrijan los fallos).>>
Si el artículo es publicable, se publica. Si la revista es de cierto nivel: a pagar. El nivel se valora según un sistema de puntuación (factor de impacto) basado en el n° de veces que la revista es citada en otras publicaciones y en el n° de artículos que se publican en ella >>
Para un científico es fundamental publicar, no solo por el bien de la sociedad y esas cosas sino porque su valía profesional (y la financiación que recibe) se basa en las publicaciones: n° de artículos, cantidad de veces que es citado, nivel de las revistas en las que publica.
Además para investigar a cualquier nivel es necesario leer publicaciones científicas->hay que pagar a las revistas para poder hacerlo. Y eso no es nada barato. España pagó 213 millones de € entre 2012 y 2018 por acceder a estas revistas desde sus instituciones.
En definitiva, un negocio redondo. A todo esto, en 2011 llegó una desarrolladora de software y neurocientífica de Kazajistam, Alexandra Elbakyan, y fundó una web, Sci-Hub, donde se puede acceder gratuitamente a la mayoría de los artículos científicos que publican esas revistas.
No les sentó muy bien qué digamos, así que la chica se las ve y se las desea para mantener abierto el proyecto y no acabar entre rejas
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* esto que cuento son generalidades. Hay excepciones, p.ej. revistas donde no hay que pagar por leer o no hay que pagar por publicar
Y con este panorama aparecen las revistas depredadoras
