Thread by @leogarciamx

Qué dura radiografía del país estamos viviendo.

Un muegano disforme de intereses, conveniencias, complicidades, que solo sirve para sostener un establishment corrupto hasta la médula, pero vestido de una moralidad artificial, completamente falsa. Eso, dice gobernar.

No es un fenómeno nada simple, todo lo contrario. Da una idea de la complejidad social que forma esta colectividad que entendemos como país.

Sí este gobierno llegó, fue porque se mezclaron varios fenómenos ampliamente confrontados.

Es tan extraño. Este gobierno en todos sus nombres y formas, solo se construye desde extensiones dóciles y obedientes, totalmente sometidas, de la voluntad de el totem sagrado que vive en el palacio virreinal.

Nada, absolutamente nada, de este gobierno se puede entender fuera de esa lógica, fuera de esa dinámica.

Y es tan lamentable, porque finalmente lo único, lo ÚNICO, real que tiene el inquilino del palacio es su palabra. Lo único. Es el epítome del demagogo.

18 años oyéndolo recitar lugares comunes no era suficiente, pero si ha dejado una larga serie de consecuencias que hoy se estrellan con la realidad.

Hoy, el ejemplo vivido, claro: El uso de Lozoya como ariete, como bola de demolición. No importa si lo que Lozoya dice es cierto.

Es más, ni siquiera es necesario que sea real que Lozoya lo haya dicho.

El brazo ejecutor, extensión de la voluntad del totem sagrado, esta operando el arma de la información, la "weaponización" de la información. La munición se apellida Lozoya.

El muegano disforme que dice gobernar es experto en escapar al pasado para huir del futuro.

El pasado lo hemos vivido todos. El futuro asume riesgos, pero exige responsabilidades y trae consecuencias. Es un estado de incertidumbre permanente. De eso huye el demagogo.

Y es tan efectivo porque solo necesita una narrativa. Nada más. Solo palabras. Nada de hechos. O acaso los hechos necesarios a su conveniencia y ya.

Es una forma efectiva de aprovechar mediante la repetición de mensajes las referencias existentes y comunes, conocidas por todos.

"Lozoya" es ahora solo una forma retorica que toma la voz del pasado que viene a repartir culpas, sean reales o no. Sea verdad o no. No importa la ley. No importa la justicia. Nada de eso importa.

Importa el tiempo verbal y nada más. Es el pasado gritándole a la audiencia.

De esa narrativa el contexto personal de cada uno en la audiencia invariablemente encontrará un lugar para esos mensajes.

Por eso los pregoneros, propagandistas, pseudomedios, pseudoperiodistas, y demás, pueden tomar la munición "Lozoya" y disparar a discreción.

Ante la distancia entre el pasado y los mensajes inducidos en la conversación presente, la capacidad de discernir la validez y certeza de uno u otro es prácticamente la misma.

Por eso Lozoya es tan útil para la retorica oficialista.

Hoy es lo que hacen, fácilmente pueden hacer ver que la palabra de Lozoya parezca real, aunque no lo sea. Importa más la manipulación del contexto que conviene a la narrativa.

Entonces también entra en acción el elemento de refuerzo. La repetición. Aquí el quid de la situación.

Nadie de relevancia ira a la cárcel.

Si alguien acaso, a la distancia, con situaciones ya muy forzadas es encarcelado, será algún fusible. Alguien que se vea comprometido en circunstancias donde su mejor opción sea esa.

Pero ni Peña, ni Calderón, ni mucho menos el mismo Lozoya.

Sí acaso alguien pisa la cárcel, será porque este remedo de régimen necesite una acción ejemplar para legitimar sus dichos, aunque sean una farsa de pe a pa.

Sí alguien pisa la cárcel será en una situación muy forzada, algo como una licencia falsa o cosa por el estilo.

Nadie relevante lo hará por muchas, muchísimas razones.

Pero la más útil para un régimen demagogo autoritario como el que esta en funciones es más evidente, tanto, que es la que más fácilmente puede pasar desapercibida: el régimen NECESITA esto que esta pasando en este momento.

El estruendo, la confusión, la confrontación, el interminable disenso, le conviene al régimen, porque de eso se sabe sostener. Sabe venderse como la solución a los problemas que ellos mismos causan. Que ellos mismos crean.

Ahora se puede afirmar sin lugar a dudas, que ofrecen esa solución en una narrativa totalmente intoxicada, totalmente envenenada, de una retorica maniquea, doctrinaria, basada en dinámicas de coerción y coacción.

Y que la otra variable importante es el tiempo.

Hay quien cree que esto se ha precipitado, que la rápida sucesión de pifias y deslices implica un total descontrol. Tal vez. Pero con una perspectiva amplia, eso puede ser irrelevante si se considera la oportunidad del tiempo que esto significa.

La sucesión de hechos y la forma en que se han precipitado serían un error sí la intención ultima fuera realmente un ejercicio de combate a la corrupción, un ejercicio de verdadera legalidad y justicia. Pero no lo es.

La sucesión de hechos que se han vivido los recientes días solo importa por la narrativa que esta construyendo Y el TIEMPO para repetirla ad delirium, ad infinitum, por la maquina de propaganda oficialista.

Le toca a la "Fila Humoris Causa" desquitar la inversión que implicaron.

Somos palabra. Somos lenguaje. De eso se construye nuestro pensamiento. El ejercicio de sostener una narrativa puede modelar la forma en que se percibe la realidad a partir de la repetición de las ideas que induzcan en ella.

No hace falta más. La repetición de esta narrativa de aquí al 21 seguro fijará en el colectivo muchas ideas.

Tal vez ni Goebbels hubiera creído el potencial q un medio como el ecosistema digital ofrece, pero el medio si entendió el potencial de las teorías y métodos de Goebbels