Una vez más, la realidad supera a la ficción (a ver si alguna vez es al revés) y nuestro querido #claustrodetronos nos ayuda a entender cómo va a ser la vuelta al cole este septiembre. Aquí van algunos sencillos ejemplos...
1. El primer claustro: si ya de por sí es animado -que si mi horario es peor, que si por qué soy tutor/a otra vez, que si cuántas guardias me tocan...-, este año sumamos todas esas preguntas que no hay equipo directivo que pueda responder, potenciando la armonía y el buen rollo. 
A lo que hay que sumar que el equipo directivo en cuestión llegará, quién lo duda, en plena forma, tras haberse pasado julio trabajando, agosto temblando y septiembre rehaciendo todo lo que ya hicieron en julio (si es que no les toca repetirlo otra vez...).
2. La elección del coordinador/a COVID: sabemos -porque sí, lo sabemos- que la reacción inmediata del claustro será, más o menos, la misma en todos los centros...
Hasta que alguien se presente voluntario/a para alivio general.
3. La primera reunión de padres y madres: donde esta vez nos podemos encontrar la pregunta negacionista, la pregunta sensata, la pregunta que no viene a cuento, la pregunta de "pero es que mi hijo-a..." (Vamos, lo de siempre, pero con el plus COVID).
Entre los temas de la reunión, puede surgir además el de "Ya, pero nos han dicho que van a ser menos estudiantes por aula". En ese caso, habrá que optar por decir la verdad -que siguen sin llegar más profes para hacer más grupos- o proponer medidas más expeditivas.
4. Nuestra programación: teniendo en cuenta los cinco lavados de manos, la desinfección, la ventilación y las salidas y entradas escalonadas, al distribuir contenidos hay que contar con que, si hay suerte, hasta puede que se nos cuelen 5 o 10 minutos de clase en cada sesión.
5. El reencuentro: si alguien aspira a que recuerden algo -lo que sea- de todos los kahoots y zooms que nos hicimos y vimos el curso pasado, por favor, que abandone YA toda esperanza. Y no, no es porque fuera on line: su amnesia sería idéntica si hubiera sido presencial.
6. Las salidas y entradas escalonadas: se llaman así porque, para cuando hayamos conseguido entrar y sentarnos todos, la 1ª hora ya será la 4ª; la 2ª, la 5ª; la 3ª, la 6ª y así sucesivamente.
7. Por supuesto, el/la coordinador/a COVID dispondrá de numerosos y sofisticados métodos para asegurar que esas salidas escalonadas sean posibles.
8. El primer día de clase: a las explicaciones de qué vamos a ver este curso y cómo evaluaremos (sí, eso que contamos todos los años y que NADIE NUNCA ha recordado JAMÁS), sumaremos TODAS las medidas de seguridad. Así que puede que esa primera clase dure 2 días.
9. Las clases (pero las de verdad): viviremos grandes momentos cotidianos, qué duda cabe. Como cuando oigamos toser a alguien...
O cuando oigamos estornudar a alguien..
O cuando alguien, por hacer la gracia, finja que tose o estornuda (no olvidemos que el chiste COVID va a ser tendencia este 2020).
Por suerte, mantendremos en todo momento una temperatura corporal óptima que nos ayudará a no perder la calma, gracias a esa ventilación perpetua que tanto agradeceremos en invierno y hará que, por primera vez, nos dé igual si la guardia es de patio o de aula.
10. Olvidos y préstamos: entre otros grandes hits contaremos con "Me he dejado la mascarilla en casa, ¿puedo ir a por una a Jefatura?" o "Fulanito/a me ha quitado mi gel hidroalcohólico" (lo que, en lenguaje ESO, ya sabemos que se traduce por "lo he perdido / no lo encuentro").
11. Distancias: pero, por supuesto, patios con menos densidad de población que Invernalia, aulas kilométricas con idóneamente separados y pasillos siempre vacíos e impolutos donde ni siquiera tendremos que recordar eso de que NO SE SALE AL PASILLO ENTRE CLASE Y CLASE.
12. Grupos burbuja: dejando a un lado que nos da la risa cada vez que escuchamos lo de "grupos de convivencia estable", se cambiará el ¿Qué haces en esta clase si no es la tuya? por el ¿Quieres dejar de pinchar la burbuja? cuando pillemos a uno de 1º en el pasillo de los de 2º.
13. Seres mitológicos: obviamente, todos estaremos muy tranquilos gracias a la presencia de enfermeros/as escolares en cada colegio e instituto, quienes, como el dragón este tan mono del gif, de momento no existen.
14. Ocio y tiempo libre: como cabe la posibilidad de tener que preparar clases presenciales y on line a la vez, o presenciales primero y on line después, o en el patio un día y desde casa otro, se prevé un notable incremento del consumo de bebidas evocadoras entre el profesorado.
Incremento etílico similar al que puede que se observe entre padres y madres como este curso también tengan que volver a estudiarse el ciclo del agua, cazar predicativos cabroncetes o hacer más Powerpoints sobre la sociedad estamental.
15. Pasillos: por suerte, contaremos con unas flechas utilísimas que ayudarán a que todo el mundo se desplace por el centro escolar como si estuvieran haciendo una coreografía en Glee. Aunque lo mismo a los de guardia y al coordinador COVID les toca dirigir sutilmente el baile.
16. Riesgos remotos (o no): también cabe con la posibilidad de que la familia de alguno/a de nuestros alumnos/as sea acérrima seguidora de Miguel Bosé y sus sesudos vídeos científicos... Pero finjamos que no: preferimos quedarnos en el género épico y no dar el salto al terror.
17. Grupos de convivencia estable (pero estable de los de verdad): esos/as dos que siempre nos piden ir al baño a la vez para encontrarse en el pasillo serán grupo burbuja honorífico durante todo el curso.
18. Ayudas y recursos: durante todo el año escolar, por supuesto, contaremos con la inestimable colaboración del Ministerio y las Consejerías, que tantos y tan útiles medios nos han arrojado en este inicio de curso.
19. Nuevas excusas: en los días de examen y presentación de trabajos, al clásico "el pen lo tenía fulanito/a", "se me averió el wifi", "mi perro se comió mi cuaderno" y "dijiste que no entraba", sumamos "creo que tengo fiebre, ¿puedo ir a casa?" o "mi perro estuvo ayer tosiendo."
20. El graciosete: a sus inestimables aportaciones de otros cursos, este año podremos contar con bromas tan jocosas como toserle encima a alguien, pintar algo en la mascarilla de un/a compañero/a, convertir dicha mascarilla en tirachinas y otras ideas de similar calado.
21. La responsable: la misma que lo hace todo en los trabajos en grupo, será también la única que no salga al pasillo cuando no debe. Incluso habrá quien le pida que tome nota si alguien se quita la suya en caso de que deba dejarlos solos un segundo.
22. La desinfección: teniendo en cuenta el (ingente) número de aulas, el (ingente) número de pupitres y el (reducidísimo) número de personas que trabajan en la limpieza de un centro escolar, salvo que dichas personas puedan clonarse, proponemos recurrir a métodos más drásticos.
23. Recompensas y extras: por supuesto, el/la coordinador/a COVID se sentirá ampliamente reconocido/a porque a cambio de asumir esa responsabilidad y ese trabajo extra se le darán, como mucho, las gracias.
Si surgieran problemas, ni eso.
Si surgieran problemas, ni eso.
24. Pinchaburbujas premium: hasta la fecha, conocidos como docentes de materias de 2 horas semanales, en adelante se encargarán de asegurarse de que no queda ni una sola burbuja de un nivel sin mezclar con las burbujas de todos los niveles diferentes.
25. Pinchaburbujas basic: docentes de asignaturas de entre 4 y 5 horas semanales que, pese a pinchar menos burbujas que las de los pinchaburbujas premium, también contribuirán a que la emoción-covid no disminuya durante todo el curso.
26. Recreos escalonados: a la previsible pregunta, cada cinco minutos, de "¿nos toca ya, profe?", hay que sumar al que de 3ºD que se queja porque quiere bajar con 3ºB o a la que opina que es injusto (el adjetivo favorito de todo alumno de la ESO) que 2ºC salga antes que 2ºA.
27. Por supuesto, y tal y como ya hemos visto durante el confinamiento, los guruses mediáticos también nos ayudarán con sus siempre prácticas y desinteresadas aportaciones.
28. Calma total: si surgiera un solo caso entre nuestro alumnado, ni las familias desbordarían con preguntas al equipo directivo, ni el claustro se preocuparía, ni el alumnado se inmutaría. Qué va. A ver si ahora vamos a ser unos alarmistas por una pandemia de ná.
29. Pequeños desacuerdos: no suele pasar, porque sabemos que los claustros son lugares idílicos donde todo el mundo está siempre de acuerdo (*cries in docente*), pero en caso de desavenencia, nos solidarizamos con el coordinador COVID (que bastante tiene).
30. Nuevas capacidades: también cabe la opción de que nos veamos todos sumando un termómetro al instrumental escolar habitual -total, con los bolsos y mochilas que arrastramos de clase en clase, ni se nota- para identificar décimas sospechosas en nuestros grupos.
Y, cosas de la polisemia, este curso las décimas que más importarán no son las que van del 4'5 al 5 (con la que está cayendo, si llegan al 4'5 ya les podemos hacer la ola), sino las otras décimas. Pero como parece que al virus no le gustan el metro ni las aulas, no nos inquietan.
31. Guardias perpetuas: cada vez que falte alguien en 3ºD, entrará el/la mismo/a docente que ya antes haya hecho guardia en 3ºD. A su vez, si ese/a docente estaba dando clase en 2ºB, entrará a cubrirlo/a quien antes haya hecho guardia en 2ºB y así en una bonita cadena burbujil.
32. Moda y tendencias: como, entre otras recomendaciones, se aconseja lavar toda la ropa a 60º, se intuye la irrupción con fuerza de la bata en todas sus formas, texturas y colores. Desigual ya anda trabajando en una colección exclusiva para los departamentos de inglés.
33. Educación física: lamentablemente, este año se hará "sin público", tal y como informaba hoy la Ministra de Educación. Desde las AMPAS de colegios e institutos se procederá en breve a la devolución del importe de las entradas que ya se hubieran adquirido para este curso.
