Thread by @nanoprofe

Colegas investigadores del ITAM y de la Universidad Iberoamericana han recibido ya la comunicación formal de que CONACYT no continuará otorgando el estímulo al que todo investigador miembro del Sistema Nacional de Investigación tiene derecho de acuerdo al Reglamento del SNI. /1

En el reglamento del SNI 2020 (el nuevo, que aun lo están socializando) dice en su artículo 28 cuáles son los requerimientos para ser miembro del SNI. Mis colegas en universidades privadas los cumplen completamente. El nombramiento es algo que no se retirará. /2

Los criterios de Evaluación se establecen en el Capítulo XII del Reglamento y no son triviales. Son rigurosos, exigentes y resueltas en comisiones por la dictaminación de al menos dos evaluadores para poder recibir alguna distinción como Candidato, Nivel I, II, III o Emérito. /3

Las distinciones se establecen en el Capítulo XIV, artículos 49 (Candidatos), 50 (Nivel I, II o III) y 51 (Emérito), y son un claro reconocimiento a la labor científica realizada a veces por periodos de una vida académica y de investigación (que en México, no es sencillo). /4

El Capítulo XV es la parte polémica. Aun cuando un investigador SNI cumpla con todos los requerimientos, exigencias y responsabilidades, el artículo 61 establece un orden de prioridad diferencial si éste trabaja en institución pública o privada. No hay una justificación a ello./5

Es como si ejercer una profesión en una institución privada fuera algo ilícito. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece en su artículo 5° que esto no puede ser impedido, ni la libertad de ejercicio de la profesión vedado. /6

El trato discriminatorio atenta contra los derechos humanos elementales, en particular al implicar cuestiones de condición social, religiosas y otros que menoscaban los derechos y libertades de las personas, como el derecho al trabajo y a la libre elección. Discriminación. /7

Sin duda será una batalla legal larga, pero necesaria. Hasta que se establezcan condiciones igualitarias. Todos los ciudadanos mexicanos merecemos ser tratados de forma justa, sin importar nuestra ideología, condición social, lugar donde trabajamos o preferencia política.