Tal día como hoy, 9 de octubre, pero de 1238, el rey aragonés Jaime I "el conquistador" entraba victorioso en la ciudad de Valencia, poniendo fin al dominio musulmán tras siglos de ocupación.
Un pedazo de la gloriosa Reconquista que merece nunca ser olvidado.
¡Vixca Valencia!
Hacia 1229, gobernaba Valencia el almohade Zaid Abu Zaid, pero pronto le estalló una revuelta, encabezada por Zayán ibn Mardanish (ver imagen).
Para muchos autores, el apellido Mardanish es de origen mozárabe, la arabización de Martínez.
Zaid (sello en imagen) fue desalojado del poder, se hizo vasallo de Jaime I y se instaló en Segorbe.
Del rey obtuvo el derecho a gobernar la ciudad, a poblar cuantos lugares conquistara en zona mora, y acabaría convirtiéndose al cristianismo con el nombre de Vicente Bellvís.
Otro apoyo importante de Jaime I fue el noble aragonés Blasco de Alagón (ver imagen), quien en la corte fue lo que actualmente sería una especie de primer ministro.
Todas las fortalezas, castillos, ciudades... que conquistara le pertenecerían en propiedad por concesión del rey.
En 1232, Jaime I convoca en Alcañiz a sus consejeros. Destacan el maestre de la Orden de San Juan del Hospital, Hugo de Folcalquier, y Blasco de Alagón.
Objetivo: conquistar Valencia.
En la miniatura, Alagón y Folcalquier (arrodillado) pidiendo al rey conquistar Valencia.
El primer movimiento aragonés fue en octubre de 1232: Alagón conquista Morella, un importante enclave que domina el Maestrazgo.
Por esta vez, Jaime I es quien ocupa la ciudad en contra de lo prometido a Alagón.
Poco después, cae Ares. Los moros quedan cercados por el oeste.
El siguiente paso crucial fue el asedio de Burriana, que empezó en mayo de 1233 y se alargó hasta los 3 meses.
Burriana era el principal baluarte militar musulmán del norte. Una vez en manos cristianas, rápidamente cayeron Peñíscola, Cervera, Pulpis, Chivert, Alcalatén...
Las tropas aragonesas dominan ahora tanto el oeste como el norte de Valencia, y se hallan a unos 60 km de la ciudad.
En 1235, el rey se casa con Violante de Hungría (estatua en Catedral de Santiago), pero sus huestes prosiguen con la conquista de Moncada, Foyos y Museros.
Por fin Jaime I se encuentra ante Valencia, solo se interpone la llave que abre sus puertas: el castillo del Puig.
Sus tropas quedan al mando del veterano Bernat Guillem d'Entença, señor de Fraga, tío del rey.
El castillo cayó, y allí mismo instaló sus tiendas Jaime I.
En este lugar, cuenta la leyenda que una noche el rey despertó por el ruido de un tambor. Gracias a la alerta, su ejército logró desbaratar el contraataque musulmán que pretendía asaltar el campamento cristiano.
Jaime I encontró el tambor, y posado sobre él un murciélago...
Era el batido de las alas del animal lo que providencialmente hacía sonar el tambor, y por eso dice la leyenda que un murciélago aparece en el escudo de la ciudad de Valencia.
En la primavera de 1238, Zayán intenta pactar con Jaime I, pero éste está decidido a tomar la ciudad.
Las mesnadas del rey Jaime I toman Almenara, Vall d'Uxó, Nules, Paterna, Ruzafa...
Al acabar abril, Zayán queda completamente rodeado; en ese cerco participan los caballeros del Temple, el Hospital, Calatrava, y de Guillén de Aguilón y Jimeno Pérez de Tarazona.
No hubo combate, habría sido un suicidio para Zayán, quien no pudo más que pactar la capitulación y salir de la ciudad escoltado hasta Denia.
El 9 de octubre de 1238, Jaime I de Aragón entraba victorioso en la ciudad de Valencia.
Hoy 7 de octubre celebramos "la más alta ocasión que vieron los siglos pasados, presentes, ni esperan ver los venideros" según señaló nuestro Miguel de Cervantes: la batalla de Lepanto (1571), un triunfo para la cristiandad que asestó un golpe definitivo a la amenaza otomana.
En aquel año, el formidable imperio otomano llegaba hasta la misma Viena, los Balcanes y el mediterráneo oriental.
El papa Pío V teme una invasión de berberiscos, los piratas auspiciados por el imperio y acaudillados por Barbarroja, en el sur de Italia -bajo dominio español-.
Conscientes de la amenaza, en el verano de 1571 por fin se compone la flota cristiana: la Liga Santa.
Felipe II aporta a su hermanastro Juan de Austria (ver imagen) de 26 años, pero también a los catalanes Requeséns y Cardona, y los castellanos Gil de Andrade y Álvaro de Bazán.
Este pasado fin de semana Vox Valencia organizó una serie de mesas informativas con las que seguimos tomando el pulso a la calle e informando acerca de los #MotivosParaLaMoción