En 1560 parte del Perú Pedro de Ursúa, al mando de una expedición en busca del Dorado. No llega a nuestro territorio porque es asesinado antes por Lope de Aguirre, alias El Loco, El Tirano, o como el mismo se llamó, El Príncipe de la Libertad. 🧵. 
Se inicia entonces la búsqueda frenética, violenta y a la postre, infructuosa, de la mítica ciudad de oro con la cual los indígenas habían engañado y distraído la avaricia de los españoles.
Nada, todo fue en vano, nunca apareció el Dorado. Hasta que los venezolanos, 400 años después, decidimos construirlo con nuestras propias manos: concebimos, planificamos, levantamos y echamos a andar el emporio industrial de Guayana.
Planificamos y construimos como soporte una hermosa ciudad, si bien no de oro, la hicimos bellísima, ordenada, pujante: Ciudad Guayana.
Venezolanos de excepción lograron que la leyenda se hiciera realidad y se convencieron de que -como dijo Leopoldo Sucre Figarella- "el Dorado existe, está en nosotros mismos".
Pero el Tirano Aguirre despertó de su tumba de siglos y regresó por sus fueros cargado de odio destructivo. 20 años de chavismo bastaron para destruir todo: las industrias, la ciudad, la vida de sus habitantes y los sueños.
Habrá que empezar de nuevo. Es nuestra tragedia.
Habrá que empezar de nuevo. Es nuestra tragedia.
• • •
Missing some Tweet in this thread? You can try to
force a refresh
