Todos sabéis que la erupción del Vesubio en el 79 d.C. cubrió y protegió Pompeya, Herculano y las villas circundantes. ¿Y si os digo que esos materiales volcánicos también juegan un papel en el deterioro de sus pinturas murales?
La erupción detuvo en el tiempo estas ciudades, conservándolas en un momento de plena actividad, a diferencia de otros yacimientos arqueológicos que fueron abandonados y que conocemos ya sin vida en su interior.
Así, en el área vesubiana se ha encontrado restos de alimentos y pigmentos preparados para pintar porque muchas casas estaban siendo renovadas tras el terremoto del 62 d.C., que destruyó parte de la ciudad.
En esta foto de @pompei79 podéis ver los pigmentos en sus contenedores originales. Además, la Casa dei Pittori al Lavoro se llama así porque muchas de sus pinturas se vieron interrumpidas por la erupción.
La acumulación de material volcánico dificultó el saqueo de la ciudad (aunque sí se constatan algunos ejemplos por túneles excavados por gente que regresó a por sus propios bienes o riquezas ajenas), pero también el trabajo de los arqueólogos.
Estas capas son tan duras que en Herculano, en la época de los Borbones, se tuvieron que abrir túneles verticales para extraer los objetos más preciados y, a partir de ahí, excavar túneles horizontales sin un plan preestablecido ni un método científico.
Pues bien, las cenizas volcánicas no solo dificultan la excavación, que hoy en día se realiza de un modo mucho más riguroso. Además, son una fuente de sales que pueden causar pérdidas de capa pictórica, es decir, la temida desaparición de las pinturas.
Todo esto lo sabemos gracias a un estudio que hemos realizado en materiales volcánicos muestreados en 5 localizaciones de @pompeii_sites, ya que la acumulación de ceniza y piedra pómez no fue igual en todas las zonas.
Como os he enseñado en otros #hilos, nosotros trabajamos con muchos equipos portátiles, que nos permiten desplazarnos allí para analizar. Entre ellos contamos con un equipo LIBS (espectroscopía de ruptura inducida por láser).
Vamos a explicar qué significa esto. El equipo, efectivamente, utiliza un láser que "rompe" una mínima parte de la superficie a medir y excita sus elementos en un plasma, de modo que se detectan las emisiones de sus átomos e iones y, en ocasiones, de combinaciones de ellos.
Este punto resulta especialmente importante para nuestro estudio, ya que nos hemos aprovechado del hecho de que tanto en las cenizas como en las pinturas hay calcio por todos lados para estudiar las combinaciones de calcio con cloro y flúor en el plasma.
Así nos es más fácil saber que hay cloro y flúor en las pinturas y los materiales volcánicos que si tuviéramos que detectar sus emisiones atómicas, más débiles. Pero, ¿por qué resulta tan importante detectar estos haluros en @pompeii_sites?
La mayor fuente natural de cloro es el agua de mar (de eso en Pompeya vamos servidos), por eso es agua salada. El flúor os sonará de las pastas de dientes. Pero, además, ambos están presentes en las emisiones volcánicas.
De hecho, el flúor es un elemento tan común de los entornos volcánicos que existe incluso una enfermedad relacionada con un aporte excesivo de este elemento: la fluorosis endémica, detectada en los restos humanos hallados en Herculano.
Y si el flúor en concentraciones muy altas es perjudicial para los seres vivos, también lo es para la conservación de las pinturas murales, al igual que el cloro, debido a un proceso que se denomina lixiviación y consiste en lo siguiente
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Como hemos comprobado en este trabajo, el agua de lluvia y el agua subterránea son capaces de disolver parte del flúor y el cloro de los materiales volcánicos y depositarlo en la superficie de las pinturas cuando el agua se evapora.
Muchos habréis visto esta foto del fresco de Leda y el cisne con parte del material volcánico aún sin eliminar. Nuestra investigación demuestra que, si cayera agua de lluvia sobre ella, podría disolver los iones y distribuirlos mientras cae la gota.
Este tipo de “chorretones” son muy típicos de las pinturas sometidas a filtraciones y, además, provocan la disolución de parte de la calcita que forma la pintura mural y una sucesiva precipitación a lo largo del eje vertical de la gota que cae.
Nuestro equipo portátil nos ha permitido encontrar flúor y cloro en sales, ese material blanco pulverulento que veis en la imagen y que provoca daños en las pinturas murales.
Esto es importante porque el flúor no se puede detectar con ninguna otra técnica portátil porque es un elemento muy ligero y, literalmente, se escapa. Precisamente por eso, no se sabía hasta ahora que formara parte de estas sales ni que pudiera representar un peligro.
Aunque también está presente en fertilizantes, el flúor es un elemento mayoritariamente volcánico, por lo que su presencia en las sales indica que efectivamente el material volcánico no solo protege, sino que también puede provocar daños en las pinturas.
Por último, como explicamos en este #hilo sobre el ennegrecimiento del cinabrio, el cloro es abundante en las zonas deterioradas. El material volcánico podría ser considerado como fuente de este elemento en el área vesubiana, además del agua de mar.
You all know that Mount Vesuvius eruption covered and sealed @pompeii_sites, Herculaneum and the surrounding villas in 79 AD. But, what if I could tell you that volcanic ash and pumice could be playing a role in the deterioration of the fascinating mural paintings of the area?
The volcanic eruption froze the daily life of these cities, what allows us to study the archaeological remains of a vibrant area, in contrast with other sites that were purposefully abandoned.
Some interesting findings, other than charred figs and walnuts, are pigment pots, ready to be used to renovate the houses’ decoration, affected by the 62 AD earthquake.
The Villa Romana del Casale (IV century AD, Sicily), belonged to a member of the Roman senatorial aristocracy, probably an “Urbi Praefectus” (governor of Rome). The exceptional richness of its mosaics allowed the inscription of the Villa in the World Heritage List in 1997.
The vestibule is open to a large peristyle, whose mosaic floor presents a series of animal protomes (lions, bears, tigers, wild boars and panthers) inserted in laurel wreaths, which reverse their direction on the western side, indicating the presence of two different routes.
The private entrance to the thermae was used both by the owners and the most important guests. The mosaic depicts the domina accompanied either by her children or by her servants (blonde slaves of Germanic origin). Two house maids bring change of clothes and boxes with ointments.
Today we are going to talk about the variety of pigments and mixtures employed to obtain green hues from Ptolemaic and Roman Egypt to the mural paintings of @pompeii_sites, with a glimpse of the Macedonian tombs at Vergina and the Tomb of the Diver at @paestumparco.
Several mixtures and green pigments have been detected in Ancient Egypt artefacts. Among the pigments, we can list malachite (Cu2CO3(OH)2), chrysocolla ((Cu, Al)2H2SiO5(OH)4·nH2O), Egyptian Green (CaCuSi4O10) and green earth (hydrated iron potassium silicates).
On the other hand, green mixtures were made up of #EgyptianBlue, indigo, orpiment (As2S3) and yellow ochre (FeOOH).
In today’s #thread we will be talking about Late Classical and Hellenistic painting techniques, from Greece and Macedon to present-day Bulgaria and Italy. Aren’t these Tyrian purple backgrounds from Tomb III (Aghios Athanassios) and the Amazon sarcophagus just stunning?
There are two main painting techniques associated to Late Classical and Hellenistic art: secco, which makes use of a binding medium to fix the pigments, and fresco, which is based on the application of the pigments on a fresh lime plaster.
Two binding media have been documented in examples dating back to this period: gum arabic and egg tempera. The superb marble throne found at the Tumb of Eurydice (Vergina) was painted using gum arabic as binding medium for the secco technique.
Let’s talk about #EgyptianBlue, its manufacture and use from Egypt to the Iberian Peninsula, with a special insight into the Vesuvian area, where this pot containing original pigment has been excavated.
This bowl is conserved, among others containing several different pigments, at the Applied Research Laboratory of @pompeii_sites, and has been in-situ analysed via non-destructive portable techniques.
“Blue was first manufactured at Alexandria…” This is what Vitruvius wrote on the origin of the first man-made pigment, present in this tiny scarab beetle.
Hoy vamos a hablar sobre el pigmento azul egipcio, su manufactura y empleo desde Egipto a la Península Ibérica en la Antigüedad, con un recorrido especial por el área vesubiana y @pompeii_sites, donde se encontró este bol con pigmento original.
Este bol se conserva junto a otros, que contienen otros pigmentos, en el Laboratorio di Ricerche Applicate de @pompeii_sites. Constituyen un magnífico registro arqueológico que ha podido ser estudiado mediante técnicas analíticas no destructivas.
En mayo de 1814, el químico Sir Humphry Davy presenció cómo se recuperaba de la excavación uno de estos boles con pigmento azul y realizó los primeros análisis de este compuesto, que identificó como una mezcla de carbonato de cal y “frita Alejandrina”.