El mundo está lleno de preguntas aparentemente simples, pero rematadamente densas. Intente entender por qué el cielo es azul, y naranja por las tardes. Intente entender de qué material están hechas las llamas de un fuego. O, mi pregunta de hoy: qué es la libertad? Dentro hilo.
Seguro que lo primero que le ha venido a la cabeza es: "poder hacer lo que me de la gana", y no le faltaría razón en lo superficial. Usted puede vestir como quiera, pensar como quiera e ir donde quiera porque es libre. Pero ya les he dicho que esto no era tan simple, veamos:
Supongamos que yo, ejerciendo mi libertad, salgo en pelotas a la calle. Yo era técnicamente libre de hacerlo, pero seguramente me caiga una multa. O sea que la libertad existe, pero también hay ciertas áreas de mi libertad que la sociedad prohíbe. La pregunta es por qué.
Porque, a final de cuentas, a nadie le afecta especialmente que yo vaya en bolas por la calle. Pero la idea de fondo es que, colectivamente, hemos asumido unas normas de convivencia que, limitando nuestra libertad, maximizan nuestro bienestar. La libertad ilimitada no es deseable
Lo explico con un ejemplo: es evidente que a nadie le gustan los impuestos. Si fuese por mí, no los pagaría: fíjense que hasta el nombre lo dice: *impuesto*, es una imposición, que limita mi libertad de hacer lo que me de la gana con mi dinero.
Pero es evidente que gracias a los impuestos España tiene carreteras, policía, y muchas otras cosas que maximizan nuestro bienestar. Repito: menos libertad, en este caso, permite mayor nivel de bienestar. Llevemos esto al extremo: supongamos que se despenaliza el asesinato
Lo digo en serio: supongamos que, por pacto, se considerase que matar a alguien no es ni ética ni legalmente negativo. Que matar es trivial, como estornudar. Claro, si mi vecino tiene una casa más grande, igual lo mato para quedármela. O mato a mi jefe para ser yo el jefe.
Claramente, despenalizar el asesinato nos llevaría a un mundo caótico y tribal, como de hombres de la caverna.
Con lo cual, y sé que el hilo de momento suena a obvio, la libertad requiere que nos planteemos cuáles soy las leyes y normas razonables que mejor la protegen.
Y cuidado: porque esas normas no pueden ser arbitrarias. Precisamente porque la ley limita la libertad, se ha de usar con mesura, no sea que limitemos por limitar. Y en lugar de mejorar la sociedad la convirtamos en una dictadura. Por poner un ejemplo, hay países donde aún...
... es ilegal ser homosexual. Ilegal. O es ilegal que la mujer se divorcie. En qué medida eso protege la libertad? En ninguna, son casos claros de opresión. Con lo cual, cuidado con la aplicación caprichosa de la ley para restringir la libertad: es un camino resbaladizo.
Bien, y esto nos lleva a hoy, a 2020. Es evidente que diferentes países tienen diferentes configuraciones de ley y libertad. Un idiota repetiría como un loro "España es la leche, somos los mejores". Pero yo no soy idiota, miro más allá, y pienso siempre qué podríamos mejorar.
Es decir, pienso: "Hay algún otro país que haya encontrado una configuración mejor?" Y en tiempos de Covid es inevitable mirar a Asia. A Corea, Singapur, Japón... países que son más contundentes todos ellos en exigir a la gente que respete unas normas..
Fijáos que son tan contundentes, que parece que ya no hagan falta normas, que les salga de natural ser obedientes. Pero no es así: Japón, país que conozco bien, ha conseguido su nivel de obediencia a base de siglos de leyes duras forzando un modelo social.
Les recuerdo que el civilizado Japón tiene pena de muerte, por poner un ejemplo, y España no. Y no estoy diciendo que la pena de muerte sea deseable: sólo les pongo un ejemplo de que la "obediencia gratuita japonesa" no es gratis. Son siglos de control, que han surtido efecto.
A qué viene todo esto? Pues a que, siendo muy libres y muy occidentales, hemos acabado, por segunda vez, encerrados en casa. Y esta vez va para largo: asuman que de aquí a primavera es poco probable que tengamos una vida normal. No, no habrá Navidades, no habrá Fin de Año.
Y francamente, eso ya pasa de castaño a oscuro: piensen en los miles y miles de restaurantes, bares y tiendas que van a cerrar este mes, presa del desánimo. O en algo más trivial: yo tengo una hija de 6 años. Piénsenlo: lleva 1/6 de su vida viviendo bajo una pandemia.
Esto es un cataclismo social generacional, es nuestro momento histórico. Y uno, que no se chupa el dedo, pensaría que toca hacer una reflexión social *seria* sobre qué queremos ser, y qué precio estamos dispuestos a pagar por ello.
Es decir, nuestro poco compromiso limitando la libertad durante el verano, tiene como consecuencia que ahora no tengamos ninguna libertad. Es eso a lo que aspiramos? Porque miras países asiáticos, donde hubo mano dura, y les ve salir a la calle, ir de tiendas, tener vidas felices
Un ejemplo simple: desde esta semana, está disponible la app RadarCovid en todo el país. Ha quedado sobradamente demostrado que esa app no guarda datos personales. Pero en España es impensable que salga hoy mismo Pedro Sánchez por la tele y diga algo tan simple como:
"Señores, ustedes tienen la libertad de instalarse o no esta app, faltaría más. Pero que sepan que, por la calle, la policía puede exigirles que la muestren en cualquier momento, y que demuestren que ustedes no son de riesgo. Si no es así, se les podrá multar" Y sigo:
"y, a la entrada de todo establecimiento y hasta el fin del estado de alarma, se les obligará a mostrar la misma app a un encargado". Fíjense: es una ley similar a "usted está obligado a llevar el carnet de conducir encima si conduce". Usted puede hacer caso o no, pero si no hace
... caso, pero la policía le multará. Es *evidente* que garantizar que no haya enfermos circulando por la calle doblegaría la epidemia en semanas. Y si esto se prolonga en el tiempo, y además haces PCRs en las fronteras, estarías ante un escenario de extinción del virus.
Este modelo, les guste o no, es el de China. Y como pueden ver, no, no requiere ni comunismo, ni controlar la libertad de prensa, ni imponer la pena de muerte, ni nada tremendo: es una norma razonable, parecida a otras ya existentes. Y en cambio, somos incapaces de aceptarla.
Por qué? Porque desde décadas hemos estado en una órbita muy yanki, muy de que "si viene de China, es malo". La horda roja y toda esa tontería. Y para "vendernos" la "ventaja" capitalista, hemos sobrepreciado la libertad. Y vendido que limitarla siempre es malo.
Pero, a estas alturas, con un país confinado seis meses y millones de personas en el paro, creo que exigirle a la gente que se instale una puñetera app para salir a la calle no es ser comunista: muy al contrario, es defender nuestra libertad.
Instálense la app.
d
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Complemento del hilo anterior sobre apps obligatorias, por si alguien no sabe como funcionan, es bien simple: 1) Al comienzo todos tenemos un semáforo "verde" en la app. 2) Cada día todos los test positivos se vuelcan a la base de datos y pasan a "rojos": si tienes semáforo rojo
... no puedes salir a la calle. Por tanto, hipotéticamente hay muy pocos rojos por la calle, porque la gente obedece. Si la poli te pilla, siendo rojo, multazo. Bien, ahora, como la app lleva bluetooth, si un verde pasa cerca de un rojo, el verde pasa a naranja, o sea...
... pendiente de PCR. Los naranjas reciben automáticamente día y lugar para hacerse una PCR. Y, mientras se esperan, el ser naranja te obliga a estar en casa y aislado. Por tanto, los verdes van por la calle, naranjas y rojos en casa. Y multas si se lo saltan...
Hoy podría hablarles de cosas que todos sabemos: que esto pinta fatal. Que creo que en pocos días estaremos como en Marzo. Que me da terror ver que las curvas de países más avanzados como Alemania también se ponen muy mal. Pero no lo voy a hacer. Dentro hilo.
Y es que me puedo equivocar, como siempre. Pero creo sinceramente que no hace falta ser un genio para ver esta curva y saber que en 2 semanas subirá, y mucho, la de hospitalizados. Y en un mes subirá la de muertos.
Y que lo verdaderamente preocupante es que el virus está acelerando muy rápido en toda Europa. O sea que podría decir “oh es que nuestros políticos”, pero no puedo, no sería justo. Miren la curva de Suiza. Y lean este artículo. Asusta. abc.es/sociedad/abci-…
El otro día apelé a responsabilidad individual para ayudar en la lucha contra el covid. Mucha gente lo entendió. Pero siempre hay un pequeño porcentaje que lo convierte todo en un debate sobre lucha de clases y me llamó privilegiado. A esos me dirijo. Dentro hilo:
Es una pena: en los CIENTOS de hilos donde he criticado a los gobiernos, no era un privilegiado. Cuando digo “nuestros gobernantes son unos indigentes intelectuales” no soy un privilegiado. Pero como diga “que todos, del primero al último, movamos el culo”, ahí soy un pijo.
Porque en este país hay un grupo de gente que exhibe una especie de orgullo de clase obrera, como si eso les diese una superioridad moral y derecho a decir que, cuando se les exige algo, los demás somos unos privilegiados. Y ellos, oprimidos. Y eso les hace incriticables.
Hoy les voy a contar que el otoño va a ser una mierda. Pero también les voy a contar que su otoño no tiene por qué ser una mierda. Y aprovecharé para explicar el Comportamiento de Manada, recordaremos qué pasó en 1918, y cómo eso explica qué debemos hacer. Dentro hilo.
Empecemos por el final: 1918 fue el año de una de las pandemias más devastadoras de la historia, la gripe mal llamada española. 500M de infectados. Más o menos 50M de muertos. Un virus muy diferente al covid, pero con algunas lecciones que sí son extrapolables.
Empecemos con lo diferente: ni los medios médicos son los de entonces, ni la población estaba igual de concienciada, ni la higiene en el mundo es la misma. Si quieren un resumen de por qué NO es lo mismo, lo tienen aquí: theconversation.com/compare-the-fl…
Hola! He estado de vacaciones. Me he dedicado a enseñar a distinguir setas y a explicar las virtudes de la fondue de queso a mis hijas. Pero ya me conocen: mientras tanto, iba siguiendo todo el show de Sánchez, Ayuso, la Hispanidad y me ha dado por pensar. Dentro hilo.
Hoy hablaremos de la forma, y del fondo. Empiezo: la forma sería montar una fiesta con payasos y piñatas para mis hijas el día de su cumpleaños. El fondo, en cambio, sería cada día irlas a buscar al cole, pasear con ellas, ayudarlas con los deberes, y contarles un cuento.
La forma es efímera, espectacular y extraordinaria. El fondo es permanente, requiere paciencia y es más aburrido. La vida nos deja elegir cuidar fondo o forma. Y normalmente el fondo requiere más esfuerzo. Recuerdan “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”?
Reflexión de Viernes tarde: a veces no sabemos valorar lo maravillosa que es la ciencia y la evolución en la naturaleza. Lo explico brevemente con un ejemplo que podrán contar para amenizar cenas con amigos: cómo los pimientos picantes se volvieron picantes. Dentro hilo!
Los pimientos pequeños tienen semillas pequeñas. A diferencia digamos de un aguacate que tiene semillas gigantes. Por tanto, NO le conviene que nos los comamos, porque si nos los comemos, al masticar sus semillas, las destruimos, y el pimiento no genera otros pimientos.
La naturaleza, que es sabia, fue seleccionando pimientos que sobreviviesen mejor. A tal efecto, usó un truco que aparece en muchos seres vivos: veneno. En este caso, capsaicina, que es lo que hace que los pimientos piquen. Se trata de un compuesto químico irritante.