#TalDíaComoHoy de 1700 el Orbe Hispano llora la muerte de Carlos II. Sus 35 años de reinado (1665-1700) están marcados por las guerras contra Francia, pero también por el liderazgo diplomático, el esplendor #barroco, la recuperación económica y las reformas administrativas. 
Pese a la creencia popular, Carlos II tuvo relativamente buena salud, al menos hasta 1696 cuando cae gravemente enfermo. Gozó de una inteligencia normal y una extraordinaria sensibilidad artística, tocaba el clavicordio, y consiguió traer al mejor pintor de su era: Luca Giordano.
El 29 de octubre Carlos II había decretado que en caso de morir el gobierno de la Monarquía pasaba, hasta la llegada del nuevo Rey, al cardenal Portocarrero como Regente con pleno poderes políticos, militares y económicos. Su primera decisión será constituir la Junta de Regencia.
Los dos primeros testamentos de Carlos II (junio 1696 y noviembre 1698) nombran sucesor al príncipe electoral José Fernando de Baviera, nieto de su hermana Margarita Teresa, siguiendo así los dictados del testamento de Felipe IV que establecía aquella como segunda línea dinástica
Los primeros años son los de la Regencia de Mariana de Austria (1665-1677), marcada por reforzar al Consejo de Estado, la Paz con los Bragança, las Gran Alianza de 1668 y la Alianza de la Haya 1673 contra Luis XIV, la creación de la Chamberga y hombres como Aytona o Valenzuela.
Otra figura de relieve fue el hermano del Rey, don Juan de Austria. Fue continuo desafío para la Regencia lo que llevó a crear la Guardia Real y nombrarle Virrey de Aragón (1669) tras su primer intento golpista. En enero 1677 se hace con el poder iniciando su corto ministerio.
Los años 80 son los del los ministerios del Duque de Medinaceli (1680-1685) y el gobierno del Conde de Oropesa (1685-1691), Presidente de Castilla, marcados por las dos grandes reformas monetarias de febrero 1680 y octubre 1686; y la reducción y simplificación administrativa.
Desde la caída de Oropesa (1691) no hubo un claro dominador de la Corte. Destacan el Almirante de Castilla, Caballerizo Mayor; el Condestable, Mayordomo Mayor; el Conde de Benavente, Sumiller de Corps; el cardenal Portocarrero; y, por supuesto, ambas Reinas, madre y consorte.
Fuera de la Corte destacan Maximiliano II Manuel de Baviera, Gobernador de Flandes (1692) y padre del heredero; Medinaceli, Virrey de Nápoles (1695); Leganés (1691) y el Príncipe de Vaudemont (1698), Gobernadores de Milán; o Bernardo de Quirós, embajador en La Haya (1696); etc
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