1/ Los españoles saben quién es este hombre, o deberían saberlo. Cuento un poco para quienes no lo sepan. Es Ernest Lluch, su legado, la sanidad pública universal española, modélica pese a sus inevitables defectos, vía la Ley General de Sanidad de 1986. 
2/ Cuando promovió esa ley, era ministro de Sanidad y Consumo del primer gobierno socialista de España a cargo de Felipe González. Lluch era militante del PSC, el partido socialista de los catalanes, y luchador antifranquista, incluso expulsado de la Universidad por ello.
3/ A más de antifranquista fue intenso crítico de ETA y del terrorismo como arma política, participando en organizaciones pacifistas vascas como la ya desaparecida Elkarri.
4/ Doctor en economía, fue diputado a las cortes constituyentes en 1977, luego en 1979 y en 1982, cuando González lo nombra ministro. Para él: “Socialismo es llevar la máxima libertad, la máxima igualdad y la máxima fraternidad posible a las personas que viven en sociedad”.
5/ Se retiró de la política activa en 1986 para volver a dar clases y en 1989 se le eligió rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander (UIMP) hasta 1995. Y siguió luchando contra el terrorismo y por la paz. Eso resultó imperdonable.
6/ En 1999, cuando los terroristas de ETA simularon una de sus varias treguas y ceses del fuego, este discurso probablemente marcó el destino de Ernest Lluch, su celebración de la libertad y la democracia
7/ Eso y los libros que escribió, las conferencias que dio, su activismo y su integridad lo mantuvieron en la mira de ETA cuando ya no tenía responsabilidad alguna pero seguía buscando el diálogo.
8/ Y por ser como era, hoy hace apenas 20 años ETA mandó a un asesino a que le disparara a Ernest Lluch por la espalda, como hacen los cobardes, volviendo de un curso de doctorado que impartía, abrazado a sus apuntes, significando todo lo que odiaba el terrrorismo nacionalista.
9/ Lo significo por lo que para mí representa su figura, su idea del socialismo, su limpieza y el cariño que concitaba y que hizo de su funeral una manifestación, pero Lluch era una más de muchas víctimas de quienes pensaron que podían decidir sobre las vidas ajenas.
10/ Lo destaco también porque su vida y su injustificable muerte (ETA nunca se ha disculpado por la sangre) representa tanto que basura como Otegi que haceun año lamentó que no tuviéramos políticos como Lluch sin mencionar que su organización había sido la que lo mató.
11/ El legado del socialismo democrático, de ése que en palabras de Ramón Rubial hace la revolución mediante las leyes, es éste: hospitales que son esperanza y humanidad. A diferencia del legado de los asesinos que sigue siendo dolor, impunidad y desgarramiento. Hay que decirlo.
12/12 Lluch representa lo mejor del socialismo democrático, pacífico, negociador, posibilista y racional, y que siempre debe marcar diferencias con el lado oscuro de la izquierda, el del odio, el populismo, la simpatía con la violencia y la simulación. No son iguales.
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