Además de misionero, Fray Juan de Santa era curioso. Cuando en 1757 fue enviado a territorio colombiano se preocupó de documentar todo lo que le sorprendía. Fue el primero en hablar de "vestigios de una nación artista y laboriosa que ya no existe” cerca de San Agustín 
Fue el primer occidental en conocer uno de los sitios arqueológicos más recónditos de América. A falta de registro escrito y más conocimiento, tanto el lugar como la cultura adoptaron el nombre del cercano pueblo colonial, fundado 150 años antes de la visita del misionero
No hablamos de una cultura que estaba de paso, pues la datación más temprana nos lleva al 3300 aC. Los primeros rastros de agricultura llegaron mucho después. En el siglo I, su sociedad y tecnología evolucionan hasta iniciar la fase megalítica que llama la atención de San Agustín
Es el periodo clásico regional, el auge de esta cultura. Hasta el siglo VIII aumenta la población, proliferan las ciudades, la sociedad se jerarquiza y se va formando la extensa necrópolis donde se instalan los al menos 500 megalitos esculpidos que son el símbolo del lugar
La cultura San Agustín no desaparece, pero se diluye al integrarse con otras vecinas. Su megalitismo pasa de moda, pero continúan ocupando la zona hasta que son desplazados por los europeos. Los colonos conocieron y saquearon la necrópolis, no sabemos hasta qué punto
Cuando Fray Juan de Santa pasó por aquí, este saqueo era un problema. San Agustín siguió en el olvido hasta que llegaron los primeros arqueólogos en el siglo XIX. El etnólogo alemán Konrad Theodor Preuss fue, no obstante, el que unas décadas después puso el lugar en el mapa
En los años 70 del siglo XX, Gómez y Cubillos trabajaron intensamente tanto en documentar los megalitos de San Agustín como en excavar sitios cercanos que completaron la limitada información que tenemos de esta cultura, como los Altos de Ídolos y de Piedras, ambos al norte
El foco se encuentra unos kilómetros al oeste de San Agustín. Aquí, durante siglos hubo un intenso trabajo para adaptar esta accidentada región andina con plataformas, terrazas y túmulos que paulatinamente se fue convirtiendo en una inmensa necrópolis con megalitos esculpidos
Las ochenta hectáreas de Parque Arqueológico se dividen en los distintos núcleos de Mesitas, el bosque de Estatuas donde hay dispersos varios megalitos y la fuente de Lavapatas. Se trata de un lecho fluvial labrado con figuras, probablemente con fines rituales religiosos
En las Mesitas se abren claros terraceados donde se acumulan los túmulos y megalitos. La estructura más habitual es una especie de dolmen en el que las piezas verticales, que soportan la horizontal superior, están labradas con diseños principalmente antropomorfos
Su tamaño es tan grande que se ha especulado que Mesitas era una necrópolis regional que daba servicio a varios asentamientos de las montañas. En todo caso, parece claro que estamos ante un lugar de marcada sacralidad, aunque no tengamos conocimiento de la religión local
Pese a que fueron talladas durante varios siglos, la unidad estilística en San Agustín es acentuada, hablemos de diseños antropomorfos o zoomorfos. Se advierte la sonrisa felina, propia de otros pueblos prehispánicos, pero también veremos serpientes, águilas, monos, ranas, etc.
Identificados y documentados por primera vez por Konrad Press, los Altos de Piedras e Ídolos se distancian varios kilómetros de Mesitas. Son sitios de menor extensión, pero los megalitos son similares: piedras volcánicas grisáceas de hasta cuatro metros totalmente talladas
Aunque se ha avanzado en el conocimiento de San Agustín, el mayor conjunto megalítico de América sigue teniendo muchas preguntas sin contestar. No es preciso hacerlo para maravillarse en sus inmensas necrópolis llenas de pétreas miradas esculpidas hace siglos
• • •
Missing some Tweet in this thread? You can try to
force a refresh
