Incorporada Filipinas a la monarquía hispánica y convertido el archipiélago en un enorme centro de intercambio comercial con el lejano Oriente, se sucedían, incluso antes del dominio español, las incursiones de piratas chinos, malayos y japoneses. 
De gran importancia en el norte de Luzón fueron las incursiones de los Wokou (naturales del país de Wok), Japón, piratas integrados por samuráis japoneses sin señor, ronin, aunque con presencia de chinos, malayos y coreanos, uno de cuyos cabecillas principales era Tay-Fusa.
El gobernador español Gonzalo de Ronquillo de Peñalosa nombró al capitán Juan Pablo Carrión, quien tenía una enorme experiencia militar en Filipinas y mares circundantes, para remediar la situación.
El primer encuentro tuvo lugar entre un buque de guerra español y un sampán pirata japonés, que fue batido por la artillería española y obligado a retirarse.
Tay-Fusa en represalia reunió una flota de 18 sampanes y numerosos hombres de combate.
Tay-Fusa en represalia reunió una flota de 18 sampanes y numerosos hombres de combate.
Carrión por su parte alistó cuarenta soldados, la mitad de ellos tlaxcaltecas de Nueva España y 7 embarcaciones de guerra: cinco navíos pequeños, un navío ligero, el San José, y una galera llamada la Capitana.
Los españoles encontraron un gran sampán pirata al norte de Luzón y se produjo el combate, los japoneses más numerosos y bien equipados, con armamento de fuego vendido por los portugueses, no solo rechazaron el abordaje español sino que pasaron a la nave española.
Sus integrantes formaron un muro de arcabuceros y mosqueteros que causaron numerosas bajas a los japoneses que tuvieron que retirarse ante la llegada del barco San José que comenzó a bombardearlos.
La flotilla española entró en el río Cagayán, donde encontró el grueso de la flota japonesa y un pequeño fortín. Los navíos españoles se abrieron paso a cañonazos y desembarcaron con piezas de artillería con las que consigueron batir las defensas japonesas.
De forma que los woku o piratas negociaron una rendición en la que Carrión les impuso el abandonar la isla de Luzón.
Los japoneses decidieron entonces atacar por tierra a las fuerzas españolas, muy inferiores en número, unos seiscientos nipones contra cuarenta españoles.
Los japoneses decidieron entonces atacar por tierra a las fuerzas españolas, muy inferiores en número, unos seiscientos nipones contra cuarenta españoles.
Hubo varias embestidas y para que los japoneses no pudieran capturar las picas que defendían la trinchera de defensa española, las picas se embadurnaron de grasa.
Tras tres ataques los japoneses huyeron dejando muchos muertos, armaduras y katanas.
Tras tres ataques los japoneses huyeron dejando muchos muertos, armaduras y katanas.
Carrión fundó en la zona la ciudad de Nueva Segovia, y los ataques de piratas japoneses se volvieron más esporádicos y débiles.
Otra gesta de la historia militar española, que al menos ha sido llevada al cómic, "Espadas en el fin del mundo".
Otra gesta de la historia militar española, que al menos ha sido llevada al cómic, "Espadas en el fin del mundo".
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Tercios españoles con sus respectivas armas en la batalla:
Un antiguo relato japonés narra cómo temibles demonios mitad peces mitad lagartos derrotaron a los guerreros #Samurais, eran los infantes españoles.
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