Thread by @Thymocrat

¿Por qué tantos chairos en verdad se ponen a defender lo indefendible? ¿Para qué sirven las granjas y campañas de bots?
Hay que entender que ninguna religión sobrevive bajo la sombra de la duda. La ciencia sí, la ciencia tiene que tener la duda.

El científico tiene que dudar de lo que otros científicos hacen y de lo que él o ella misma hace. Tiene que verificar los hechos cada vez, tiene que asegurarse de que las fórmulas, las aseveraciones se comprueben, y si encuentra contradicciones, ponerlas en duda.

Un científico puede dudar de la Teoría de la Relatividad o de la Física Quántica, y no sólo puede: TIENE que dudar. Es una obligación. Claro que acepta los resultados repetitivos y públicos, pero siempre queda la sombra de la duda que impide el 100% de probabilidad.

No hablo de la indecisión, que implica la incapacidad de salir de una duda y que paraliza la acción.
Me refiero a que las religiones, las ideologías no pueden darse el lujo de dudar de la creencia.

Hablo del momento en que la fe se rompe, de que la creencia se quiebra, aunque sea un poquito. Ése es el gran enemigo de la religión en general, el gran enemigo de toda ideología: la duda, en especial sobre los principios básicos, sobre los fundamentos.

La duda es el principal destructor de las ideologías, y puede surgir poco a poco.
Hay hasta una técnica para imponerla, se llama Ventana de Overton, y es una manera de llevar a cabo la propaganda, para aceptar ideas nuevas que antes eran inaceptables.

La Ventana de Overton es una técnica que puede ser usada para el bien y para el mal.
Por eso es tan importante para un experto en la materia sembrar la duda, ir poniendo semillas de duda en el creyente si es que quiere quebrar una ideología.

Aunque soy un convencido de la tolerancia religiosa (lo que los árabes en España llamaron "convivencia" entre los grupos religiosos) y respeto todas las creencias, no dejo de sembrar la duda en las ideologías políticas porque están muy lejos de ser científicas.

Las religiones tienen todo mi respeto, aunque prefiero separarlas y mantenerlas separadas de la política.
Pues la política, como ciencia, tiene que dudar, de continuo. La ideología NO es ciencia política nunca, aunque la propaganda la quiera presentar como tal.

La economía, si quiere convertirse en ciencia, tiene que presentarse como un sistema que abarque lo mismo la física que la ecología, y eso en la actualidad está muy lejos de ocurrir.

Pero el hecho es que si quieres quebrar un sistema ideológico, tienes que comenzar por sembrarle la duda a sus seguidores. Esa duda tiene que entrar poco a poco en sus cabecitas locas, tiene que surgir orgánicamente, sin parar.

La disonancia cognitiva es ese momento en el que se vislumbra el destello mínimo de la duda.

El creyente entonces trata de reestablecer el equilibrio de su creencia, y trata de regresar a él por medio de una racionalización que en apariencia es lógica, a un punto en que se sostenga de nuevo todo el aparato ideológico que se ha creado, muchas veces fuera de toda realidad.

Me lo imagino como un sistema inmune: cuando entra el germen de la duda, se lanza a atacarlo pues siente que se va a morir si permite que crezca.

Lo más paradójico, como ocurre con el sistema inmune, es que se pone a destruir su propia existencia al tratar de forzar la lógica de sus respuestas. El sistema inmune real, orgánico, puede matar al organismo que pretende defender por medio de la inflamación y otros signos.

De manera similar, el chairo funciona como un sistema inmune autodestructivo.
Es como si lo sostuviera todo el organismo de la 4T con pincitas pero que cada vez que se cayera una de ellas, con mucho cuidado la volviera a poner.

Es ésa la utilidad real de las granjas de bots: funcionan como un sistema inmune. Los trolles (humanos) que usan bots tienen como labor el eliminar las dudas de los creyentes, de los chairos y amlovers, el remover todo rastro de duda.

Para ello hacen sus maromas, para que el creyente no deje de creer, que su fe se quede intacta.
La duda es el peor enemigo de la ideología.

Si la duda entra puede derrumbarse todo el sistema de creencias que el devoto ha construido en su mente para sostener sus actos y justificarlos, lo mismo que para justificar los de sus dirigentes.

No creas que los trolles y bots creen en lo que dicen. Para nada, no son verdaderos creyentes; son cínicos que cobran un salario para lograr que sus seguidores sigan adelante. Su chamba es acabar con las dudas, como sea: insultos, mentiras, estupideces.

Por eso el mesías, gurú, caudillo, cacique, ante todo consigue que las grietas de la duda no se profundicen. Su objetivo es crear un culto a su personalidad, convencer a otros de llevarlo a cabo como una campaña de propaganda para que NUNCA duden.

El germen de la duda es una herramienta formidable que ha tirado imperios completos, ha impulsado nuevas creencias por medio de la infiltración, y ha logrado que se cree la ciencia contemporánea.

Por eso la Inquisición es la gran enemiga de la duda, y de todo aquél que la fomente. Por eso quiso acabar con la ciencia, y torció la filosofía para convertirla, en ocasiones, en pura ideología. La despojó de las preguntas y la dividió en escuelas para que se pelearan entre sí.

Y es por eso que los chairos y pejezombis le tienen tanto miedo a la duda.

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