Thread by @HectorAtarrabia

Las libertades, como bien dice Pedro Salmerón (@HistoriaPedro ), deben ser acotadas por esa cosa que es un acuerdo social a conveniencia de todos, o la mayoría, en una democracia, llamada Ley.
El asunto es que los corporativos electrónicos transnacionales, que (hilo de 11 tuits)

cada vez que pueden, pasan por encima de las leyes de los países en los que operan, decidan aplicar su ley a modo por encima de las de los demás. En realidad, eso es parte del ideario básico del neoliberalismo; el capitalista dictando leyes como

señor feudal (época en la que las leyes lo que reflejaban era la voluntad del sujeto poderoso a conveniencia exclusiva de él). Por ejemplo, ignoran los llamados a la sedición en Bolivia, pero gimen ante los mismos en USA.
Sin embargo, eso es apenas la mitad

de la película y ni siquiera la mitad peligrosa. A menos que creas que Trump es quien crea el desorden y no que el desorden lo creó a él.
La parte grave de este episodio francamente pueril de censura, es que es un ingenuo intento por tapar el sol con un dedo.

USA se está latinoamericanizando en el peor setentero sentido del término. La brecha de ingresos lleva veinte años abriéndose peligrosamente entre sus clases. Los intentos golpistas están presentes desde lo de las torres gemelas (patriot act),

nunca había tenido el imperio el porcentaje de niños creciendo en la pobreza que tiene hoy (las cifras absolutas marean), la deuda es mayor que el presupuesto anual, la cantidad de valores financieros abstractos sin sustento está llegando al límite antes de estallar,

ello en un país que gasta (lo que no tiene y se endeuda) en armas y equipo militar lo que no hacen los diez siguientes sumados (esto podría cambiar en el próximo reporte chino) y eufemísticamente llama “Defensa” a lo que es invasión e injerencia.

Los cincuenta años de prosperidad y riqueza social de 1945 a 1995, los engulló el insaciable, voraz y codicioso neoliberalismo. Ciudades en bancarrota, miseria por todos lados. El esquema ha sido sostenido por políticos millonarios que lo sirven fielmente,

llamados republicanos y demócratas (querer ver una diferencia entre ellos es candor)
Censurar a Trump no va a detener lo que se cocina en las entrañas del monstruo: dolor, rencor, frustración. Acá los desesperados terminaron sumándose al narco y al crimen,

allá todavía creen que es un problema externo, de inmigrantes y “diferentes”. Esto ocurrió ya en muchas partes años, décadas y siglos antes del tuiter y el feis. Ninguna censura lo detuvo (recuerdo que una ópera y una obra de teatro fueron prohibidas en la Europa del s.XVIII).

Matar al mensajero jamás sirvió de nada.
Apoyar la censura selectiva a cargo de empresas puede un día revertirse contra quien tal cosa aplaude.