Un día como ayer, 11 de enero, pero de 1943 fallecía en Buenos Aires a la edad de 66 años, el General Agustín Pedro Justo. Fue Presidente de la Nación entre 1932 y 1938, además de ministro de guerra durante la gestión de Marcelo T. de Alvear entre 1922 y 1928. 
Justo fue el gran estadista de la década del 30. Durante su mandato la Argentina retomó la senda del progreso, que se había estancado durante los gobiernos radicales, y con la gran gestión que realizó su gobierno en salir rápidamente de la crisis tanto económica como política.
Durante su gobierno se ejecutaron todo tipo de proyectos como hidroeléctricas, rutas, autopistas, escuelas y en general todo tipo de obras públicas, modernizando significativamente la infraestructura del país, además de lograr un gigante avance en la industrialización del mismo.
Su gobierno realizó una gran reforma tributaria que fue un instrumento decisivo en el mejoramiento de las cuentas públicas, luego del desastre de Yrigoyen y de la Crisis Económica del 29. Todos los políticos bajaron sus sueldos y el saneamiento financiero fue seguido a rajatabla.
Las bases económicas durante la gestión del General Justo fueron el equilibrio del presupuesto, el mantenimiento de la administración al día, el pago escrupuloso de la deuda y la resistencia a las emisiones de moneda, que hubiera afectado gravemente al país.
También, durante los años de Justo, la Argentina fue calificada como uno de los paises con mayor prestigio diplomático en el mundo gracias a la tarea ejercida por su canciller Carlos Saavedra Lamas y compañía.
En sus últimos años de vida, escribió una introducción a las obras de Mitre, a quien admiraba, y estuvo involucrado en detener los distintos golpes que diversos nacionalistas querían realizarle a Castillo. Además de ofrecer sus servicios al Brasil durante la segunda guerra.
Justo siempre tuvo el sueño de volver a la primera magistratura del país que casi estuvo a punto de concretarse al serle ofrecida la candidatura a presidente por parte de la UCR para las elecciones de 1943 pero la muerte lo sorprendió antes y no se pudo concretar.
Su muerte influyo muchísimo para que los nacionalistas se hicieran con el control total de la influencia dentro del ejército y que comandaran el Golpe de Estado del 4 de junio de 1943, de haber seguido vivo Justo ese golpe no hubiera ocurrido jamás.
En este día recordamos a un verdadero patriota y a uno de los mejores mandatarios que tuvo nuestro país y que más hizo por la Argentina, al que siempre sirvió ya sea como militar, ingeniero, ministro de guerra o presidente de la nación.
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