Thread by @walkingconurban

Hola a raíz de los acontecimientos recientes queremos invitarlos a un safari fantástico por el apasionante mundo del prejuicio y la violencia simbólica.

Un prejuicio es una herramienta cultural que sirve para justificar relaciones de desigualdad y dominación, y los privilegios que ellas conllevan.

A lo largo de la historia podemos encontrar estos mecanismos en nociones como:
Las mujeres son menos inteligentes que los hombres por eso deben estar en la cocina.
Los indios no tienen alma y por eso hay que esclavizarlos
Los negros son brutos y por eso hay que esclavizarlos

Otra muy común es: los pobres son tontos y no saben elegir. Y si lo hacen todos nuestros problemas estarán originados en su incomprensión de vida.

Al recurrir al concepto “africanizado” se intenta aludir al subdesarrollo, a lo caótico, a lo empobrecido. Pareciera que “los destinos de la patria “dependen de gente que vive en una situación de carencia total.

Pero ¿por qué África se convirtió en eso que hoy en día utilizamos como un estigma? Para dar cuenta de esto vamos a llamar a un colaborador que bastante sabe del tema.

¡Hola! Soy Leopoldo Luis Felipe María Víctor de Sajonia- Coburgo – Gotha, pero me pueden decir Leopoldo II de Bélgica. Rey de los belgas y dueño de todo el territorio del Congo hasta 1908.

En 1884 se reunió una comisión en Berlín, que se encargó de repartir el territorio colonial de África entre las potencias europeas.
A mi me tocó el Congo, en el que me puse un par de empresas de explotación de recursos naturales. Me llené de guita, obvio.

Sí, capaz se me fue un toque la mano con las condiciones laborales, porque entre 1885 y 1908 la población del Estado libre del Congo disminuyó en un 50 por ciento.

Se estima que murieron entre 10 y 15 millones de personas durante mi administración. Por eso me obligaron a cederle la explotación al Estado belga…que siguió haciendo lo mismo.

Como vemos, las condiciones de vida no son paupérrimas porque hay una elección, sino porque existe un sometimiento. Generalmente de una pequeña elite que se beneficia con esa explotación y utiliza una serie de recursos culturales para mantener el sometimiento.

A veces puede ser la violencia física directa, pero otras, muchas, la dominación se ejerce haciendo que el sometido acepte su lugar de minusvalía sin chistar.

¿Pero pará pará pará pará, vos me estás diciendo que el conurbano no se parece a África?

Y “maomeno”. El problema no es a que se parezca el conurbano sino porque existen esas condiciones de precariedad que se utilizan peyorativamente.

Tanto las del conurbano como las de África son la consecuencia de las fuerzas “civilizadoras” que tanto se admiran en las usinas del sentido común en las que Sirvén es un conspicuo partícipe.

Así que ya saben: cuando alguien diga que un territorio está africanizado o conurbanizado, en realidad está ocultando una relación de dominación.

Y ni que hablar que es mucho mas digno vivir en el conurbano o en África que haber sido escriba de Massera y después rasgarse las vestiduras en nombre de los valores de la libertad y la república.