Thread by @cabaislois

Ayer Zidane vino a decir en rueda de prensa que le daban igual las críticas porque sabe que le van a sacudir, haga una cosa o su contraria. Habrá a quién le sorprenda esta declaración, pero lo que dice es, simplemente, la historia de los entrenadores del Real Madrid. Podría

remontarme a Miguel Muñoz, el entrenador más laureado del club, que fue el primero al que se le atribuyó "la flor en el culo" que hoy se adjudica a Zidane. Pero vamos a limitarnos a los entrenadores de este siglo, que empezó con Vicente del Bosque en el banquillo. "Krusty", para

gran parte de la afición (tan irrespetuosa como la prensa con los entrenadores, por cierto). Un parche, un hombre de la cantera sin experiencia ni categoría para el Real Madrid. Recordemos a Relaño diciendo que su segunda Champions fue "una victoria vergonzante". Tampoco se

portó mejor Florentino cuando le despidió diciendo que "su librillo" estaba desfasado y hacía falta alguien más moderno (de ahí viene el rencor del después seleccionador, que prácticamente se hizo culerdo). El supuesto "modernizador" fue Queiroz, una ocurrencia de la entonces

mano derecha de FloPer, Valdano. Los palos a este no se hicieron esperar ¿qué pintaba el segundo de Ferguson entrenando al Madrid? Sólo algún amigo de Valdano, como Segurola, hizo una mínima defensa del portugués, del resto sólo recibió desprecio y desdén. Detrás de él vino

Camacho. Muchas risas con el sudor en sus sobacos y aplausos, sí, pero el día que se fue prematuramente. Desprecio absoluto por García Remón que duró tres meses y mofas hacia Luxemburgo y su "cuadrado mágico" cuando le relevó. López Caro fue otro que tuvo que llevar el sambenito

de parche sin categoría y la vuelta de Fabio Capello fue un ensayo general de lo que después vendría con Mourinho: Campaña de acoso y derribo por jugar un fútbol defensivo y horroroso indigno del Madrid. Tampoco los agonías del Bernabéu se portaron mejor, recordad a Fabio

"saludando" a unos que tenía detrás del banquillo dando por saco, con unos cortes de manga. Calderón hizo caso de sus amiguetes periodistas y le despidió para traer a Schuster. Este no tuvo demasiados palos por sus colaboraciones con distintos medios (perro no come perro)

fue él mismo quién se inhabilitó cuando dijo que no podía competir con el Barcelona, lo que provocó su despido y la llegada de un Juande Ramos hasta final de temporada. En esto que vuelven Florentino con Valdano y fichan a Pellegrini. Los campaña mediática contra este

se puede resumir en una portada de Marca: "Manolo, estás despedido". Y llegó Mou. Su recibimiento fue más hostil de lo normal porque venía de humillar entre aspersores al Barsa de Guardiola. Pero lo que desencadenó la guerra más cruenta, la cacería al hombre más salvaje

que recuerdo contra nadie en el deporte, fue que Mourinho les echara del avión en que venían viajando con el equipo y de los entrenamientos. Otra novedad fue que, por fin, una parte de la afición despertó y se puso del lado del entrenador sin condiciones, algo que yo no recuerdo

en el Madrid, y muchos empezamos a darnos cuenta de que el peor enemigo del Real Madrid es la prensa. Pero otros siguieron creyendo en lo que les dicen Roncero, Relaño, Lama, Segurola, etc. y las posturas se radicalizaron. Tras tres años de desenmascarar "madridistas disfrazados"

se va Mou y viene Ancelotti, un entrenador de prestigio mundial, con éxitos en Champions y en diversas Ligas. Como a cualquier entrenador que llega al Real Madrid, su prestigio se viene inmediatamente abajo y tenemos que escuchar que es un jeta que enchufa al novio de su hija

o que es "un profesor de gimnasia con un cronómetro" como dijo el imbécil ese de Serrano. Le sustituye Benítez y le montan una campaña por ir a ver un partido de Gales (que le quedaba al lado de su casa en Liverpool) y le enfrentan con Cristiano. Duró poco y llega Zidane:

"Uno que pasaba por allí", "el cartel de la Décima", "uno que no le había ganado a la Roda" o "entendería que el Madrid fichara a Javi Gracia pero ¿a Zidane?" fueron algunos de los comentarios con que le recibió la basura. De nada sirvieron una Liga y tres Champions, no pasó

de "gestor de vestuarios" o "alineador sin conocimientos tácticos". Se va y se ficha a Lopetegui. La campaña de "bienvenida" que le brinda la basura es simplemente exigir, y conseguir, que le echen del Mundial a tres días del debut de España. Detrás de él vino Solari, a quién

no se dio crédito alguno y, por fin, llegamos a la vuelta de Zidane hasta hoy. En estas dos décadas que llevamos de siglo XXI han pasado por el Real Madrid entrenadores de todo tipo: Canteranos, españoles con prestigio antes y después de entrenar al Madrid (nunca durante),

extranjeros prometedores o grandes figuras internacionales contrastadas. Pero la constante con todos ha sido: "El Madrid no juega a nada". ¿Se ganan títulos? Sí, pero con "victorias vergonzantes", por "la pegada", "la flor", etc. Jamás porque algún entrenador haya traído un

estilo ganador, eso es para otros, da igual que sea un fútbol de sobeteo del balón como el de Guardiola o de poner el autobús delante de la portería como Simeone. Por eso decía Zidane ayer que da igual lo que haga, que siempre le van a criticar. Este año, sin ir más lejos, le

dieron leña por hacer muchas rotaciones y no tener un once definido y, cuando mantiene una alineación similar varios partidos, se le atiza por no dar oportunidades a los jóvenes. Pero lo peor no son las campañas de la basura, que son las mismas sea quién sea el entrenador,

lo peor son los que se las compran y repiten como loritos lo que leen en AS-Marca, escuchan a Lama, Castaño o Carreño o ven la basura de Pedrerol o Tele-Roures. A muchos nos abrió los ojos Mourinho. A otros, desgraciadamente, no.