Estos dos caballeros nos dejaron hace unos años una sabia reflexión: “la pistola cuando se saca es para disparar, el que la saca por enseñarla es un parguela”.
Pues con las mociones de censura pasa lo mismo. Si la sacas tienes que saber con quién te la juegas.
La culpa del chalaneo no la tiene el PSOE, pero coaligándote con un partido casi en disolución y, sobre todo, teniendo enfrente a los maestros de la política del butrón, es previsible que esto pueda suceder.
Lo autonómico tiene más de cortijo que de Carrera de San Jerónimo.
Si estás maniobras pueden salir adelante es si suceden como el final de El Padrino III. Venganza impía desatada en muchos puntos en un sólo momento. Así el diputado raso, que busca acomodo en su futuro, se siente parte de algo y las tentaciones son más fáciles de esquivar.
Esta operación, no obstante, tenía también el doble fondo de darle un nuevo protagonismo a Cs, que muchos en el PSOE preferirían como aliado antes que UP. Su fracaso es un error para los socialistas, pero es sobre todo la puntilla a los naranajas, incapaces de descolonizarse.
Pd: España no es una serie de Aaron Sorkin. Es un sainete trágico.
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Impresión:
La moción de Murcia no estaba prevista en Madrid, si no se hubiera registrado sorpresivamente.
Ayuso se ha precipitado convocando elecciones sin tener en cuenta que hasta que el anuncio no esté publicado mañana esa disolución no es real y se pueden presentar mociones.
Insisto, el artículo 5 de la ley 5/1990, no deja lugar a dudas: el decreto de disolución se publicará en el BOCM y ENTRARÁ EN VIGOR EN EL MOMENTO DE SU PUBLICACIÓN, no en la firma ni con una nota de prensa.
Algo que sucederá mañana, después de la presentación de las mociones hoy
La oposición debe elegir si se va a cumplir la ley o dejará que Ayuso se marque una maniobra a lo Puigdemont.
Su precipitación ha pillado descolocadla a Génova y probablemente haya provocado también la moción en Castilla y León, dejando a Cs que mantiene Andalucía fuera de juego.
1. Hasél, como detalle, fue el tipo que insultó a Anguita el día de su muerte. Mi simpatía hacia el individuo es nula. Pero no discutimos de simpatías, y si me apuran ni de libertad de expresión. sino de utilización restrictiva de las leyes para crear un clima ejemplarizante.
2. Que las protestas por su encarcelamiento deriven en disturbios es un hecho que trasciende el motivo de la protesta. No estamos en 2011 ni los manifestantes de hoy son los de ayer. Quien ha nacido en el 2000 sólo ha conocido en función de su clase la ausencia de futuro.
3. Las apelaciones del coro de guardabarreras a condenar la violencia tienen como objetivo centrar el debate público en las consecuencias y no en las causas.
En febrero de ‘20 teníamos a las plumas más ansiosas de la prensa liberal, incluida la progresista, vaticinando que el coronavirus iba a ser el Chernobyl de China.
Hoy muchos países occidentales duramente golpeados por la pandemia son incapaces de vacunar siquiera con agilidad.
La respuesta a este desarrollo tan desigual de la enfermedad con China, respecto a las que se dicen las primeras economías del mundo, no tiene que ver con el autoritarismo, sino con el sector público. La plaga neoliberal lo ha arrasado en estas últimas décadas.
Sin una administración fuerte no se puede llevar a cabo ninguna decisión de forma efectiva. Un sector público amputado para servir exclusivamente a los criterios especuladores. En España, concretamente, antes de la vacuna ya lo hemos sufrido con la aplicación del IMV o los erte.
Hoy hace un año en que la OMS informaba que China le había comunicado un brote de casos de neumonía, sin muertos, en Wuhan.
“Se están llevando a cabo investigaciones para identificar la causa de la enfermedad”.
El 5 de enero la OMS publicaba el primer informe al respecto, donde detallaba que se desconocía la causa de la enfermedad que afectaba a 44 pacientes, 11 graves, que sufrían fiebre, dificultades respiratorias, y lesiones invasivas en ambos pulmones.
El día 9 supimos que el agente patógeno que causaba la enfermedad era un coronavirus.
El 12 que se trataba de uno nunca detectado: 2019-nCov. Aún se desconocía si se contagiaba entre personas.
El WP publica extractos de una conversación donde Trump presiona al secretario de Estado de Georgia, Raffensperger (R), responsable del proceso electoral en su Estado, para que alterara el resultado buscando 12000 votos, cifra en la que Biden le aventajó. washingtonpost.com/politics/trump…
Merece la pena escuchar los fragmentos más que por la manera tan sibilina en que Trump presiona, por las respuestas lacónicas del funcionario, a medias entre el miedo y la vergüenza.
Raffensperger ya declaró a principios de diciembre que a pesar de ser republicano y partidario de Trump: “Los números no mienten. Como secretario de Estado, creo que los números que hemos presentado hoy son correctos”.