Thread by @brujasdelmar

"Las mujeres que se comprometen políticamente, usualmente preguntan, ‘¿cómo podemos, como mujeres, apoyar las luchas de otras personas?’

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Esta pregunta como base para efectuar análisis y acción políticas, replica la forma misma de nuestra opresión: Nos mantiene como la clase de género de asistentes, de cuidadoras.

Si no fuésemos mujeres,

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si fuésemos hombres obreros u hombres negros, u hombres cualquiera, nos bastaría delinear los hechos de nuestra propia opresión; solamente eso sería suficiente para darle a nuestra lucha credibilidad ante la mirada de los llamados hombres radicales.

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Pero somos mujeres, y el primer hecho de nuestra opresión es que somos invisibles para nuestros opresores. El segundo hecho de nuestra opresión es que hemos sido entrenadas –por cientos de años y desde la infancia- a mirar a través de sus ojos,

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y así, somos invisibles a nosotras mismas. El tercer hecho de nuestra opresión es que nuestros opresores no son solo los hombres jefes de estado, los hombres capitalistas, los hombres militaristas; también lo son nuestros padres, hijos, esposos, hermanos y amantes.

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Ningún otro grupo de personas está tan enteramente capturado, tan enteramente conquistado, tan destituido de cualquier recuerdo de libertad, tan horrorosamente robado de su cultura e identidad, tan absolutamente calumniado, tan rebajado y humillado en el día a día.

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Y así, seguimos, ciegas, y preguntamos una y otra vez, ‘¿Qué podemos hacer por ellos?’. Es tiempo de preguntarnos: ‘¿Qué deben hacer ellos por nosotras?’. Esa debe ser la primera pregunta en cualquier diálogo político con los hombres.”

— Andrea Dworkin
Nuestra Sangre

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