Thread by @nachomdeo

Hay enojo con el periodismo y los medios y sobran los motivos. Demasiada astucia y furia con la oposición y una postura benevolente, desmemoriada y análisis mononeuroanal con el oficialismo. La respuesta está en las cifras de la crisis y en la bendita pauta oficial. Veamos…

En 2020 a causa de la pandemia y la cuarenterna decidida por el gobierno, miles de empresas emigraron, cerraron o se achicaron. Cayó el consumo y la economía se contrajo en un 10%. Y en consecuencia se redujo el gasto de las empresas en publicidad. Menos ingresos, menos gasto

Para darse una idea, IGP Mediabrands estimó que en 2020 el gasto de las empresas en publicidad casi no creció. Dado que la inflación fue del 36%, esto implica una reducción en valores reales de más de un tercio del total que reciben los medios. Pero eso es solo el comienzo

En el mismo periodo los gremios aprobaron paritarias de hasta el 20% de aumento en los medios, que siguieron asumiendo costos operativos por ser considerados esenciales. Ya tenemos menos pauta, costos mayores y salarios que perdieron contra la inflación. Y hubo muchos despidos

Ahora el factor Estado: entre desde su asunción el actual gobierno aumentó la pauta oficial de $3350 millones a $4704 millones. Pero esa cifra es engañosa porque no cuenta lo que se distribuye por entes descentralizados como AySA, YPF, Aerolineas y otras pautas paralelas

Pero además en la era Macri se redujo el gasto en pauta total de 30 mil millones de pesos constantes de la gestión anterior a 18,4 millones contando el total del mandato de cuatro años (2011-2015 vs 2015-2019) Y lo dice Chequeado, que no tiene nada de macrista

Ahora entonces tenemos el “…pero Macri” como nuevo condimento, porque Beto vino a reponer y aumentar lo que antes había disminuido. Y lo hizo justo cuando los privados bajaban el gasto. Pero lo hicieron por una medida del gobierno…te quiebran y te regalan las muletas

El coctel empieza a tener forma. Primero viene uno que les reduce la pauta y se enojan. Luego se reduce la publicidad privada por la crisis. Entonces aparece Papá Estado con la bragueta llena de dinero. Y entonces tenemos a medios boqueando y a un periodismo vulnerable

Falta algo más para entender el panorama. En una década y media Internet pasó del 9% al 29% del gasto publicitario, quitándole ingresos a medios en donde pastorean la mayor parte de los periodistas tradicionales. Hablamos de publicitar en Facebook, Twitter y otras redes.

Todavía falta hablar de la emigración masiva a las redes. Por cada hora que un argentino pasa en medios tradicionales pasa otras tres o más en redes, en promedio. Entonces las empresas y el Estado pautan más en redes. Y esta tendencia sigue avanzando y tiene un porqué

Esa emigración a las redes a la hora de informarse tiene mucho que ver con las fallas del periodismo para contar la realidad tal como la ven los otros ciudadanos, precisamente porque la pauta oficial distorsiona esa capacidad y la condiciona. ¿Es el huevo o la gallina?

Comienza a entenderse porqué muchos funcionarios son tratados como damas de alta sociedad y los opositores como atorrantas. Algunos lo hacen por militancia y se nota. Pero otros se escudan en la responsabilidad con el ingreso colectivo. Y luego viene el enojo de las audiencias

Quizá el temor económico que proyecta el escenario de retiro de pauta privada lleva a otros a sostener su nivel de vida y empleo hablando de lo bonito y coherente que es Massa, la honestidad de Cris o de los rumores que dicen el líder opositor desayuna pandas bebes al horno

No es un buen momento para los medios. La teta oficial a la izquierda reboza de pauta y la de la derecha, la privada, pende cada vez más desinflada. En los medios hay seres humanos que hacen la cola en el súper con ustedes. Eso no justifica, pero sirve para explicar.

Es fácil de corroborar la sutil seducción del gobierno al comparar la cantidad de avisos privados y gubernamentales y de sus empresas, o anuncios de moratorias y campañas de lo que sea. Es el suero que los sostiene, que viene el calmante moral administrado en cuidadosas dosis

A menos que el periodista tenga un peso suficiente en el público para sostener una postura honestamente opositora, me consta, se hace difícil hacerse el rebelde en una redacción cuando la pauta oficial pesa mucho. Y ya hubo muchos despidos en 2020. No hay laburo.

Salvo para unos pocos periodistas consagrados, curiosamente los que se animan tienen una masa de seguidores en las redes que hace que puedan expresarse libremente y contar con un respaldo que hace complicado que les presionen. Casualidad casual o nueva realidad

Y pare el que no tiene dilemas morales ¡dale que va! Contrato en el sistema de medios estatales que no ve ni lee casi nadie, convocatorias a dictar cursos en oficinas estatales y a veces, no hay porqué dejar de decirlo, una moto que llega con un sobre lleno de felicitaciones

No hay modo de contabilizar el tráfico de sobres, que son como las brujas que no existen, pero que las hay, las hay. Es más barato comprar un periodista que una campaña en medios con los costos de agencia, pauta y comisiones legales ¡Ahí pasó una bruja! Era rial…perdón, real

El periodista de medios tradicionales se ve atrapado en una triple opción: puede callar y otorgar para pagar las cuentas, apoyar sutilmente el relato con la excusa de la solidaridad con los compañeros y la empresa o hacerse un gurkha y pasar a disfrutar las mieles del pedorrismo

Porque con la pauta privada congelada solo queda la gran teta estatal para no morir de hambre. Y entonces surge la diferencia de trato. Bien combativo cuando se habla con Bullrich, gatito asombrado con Berni. Incisivos con Macri, ojitos enamorados y boca cerrada con Massa o Beto

Tanto condicionamiento se contrapone con la libertad en las redes. Y la distancia entre lo que sucede en uno y otro ambiente agiganta las diferencias y con ello el cuestionamiento a medios y periodistas. Sin editores ni gerentes comerciales, la realidad es bastante diferente

Un tipo humilde y que nada que ver con el palo del periodismo como El Dipy, hoy te convoca más opinión que una vaca sagrada del periodismo. Entonces la diferencia entre informarse por medios o redes se hace más grande y el enojo se justifica al quedar en offside el pautero

Y llegamos así a una conclusión no tan sorprendente: la gente critica a los periodistas de medios que dependen del estado y entonces pierden público y la poca publicidad corre a las redes. Y entonces se necesitan más dosis de pauta oficial y más relato. Es un Moebius fascinante

El periodismo independiente no tiene ese problema, tiene otros igual de difíciles. Se hace complicado recolectar aportes porque la gente no tiene plata, cada vez más. Y además soportamos campañas de desprestigio pagadas con las mismas motos que llena a otros de felicidad

En cualquier caso servía explicar por qué la actitud rara de muchos periodistas. Algunos son mercenarios. Otros son tan humanos como el resto y hay terror económico. Son pocos lo que puede saltear el cerco que impuso la importancia creciente de la pauta oficial

Ahora cuando se pregunten porqué el periodismo tradicional está peleado con parte de la audiencia, ya saben. Hay muchos en terapia intensiva, anémicos y con una sonda conectada a la teta estatal. En tanto el periodismo independiente intenta sobrevivir y todavía puede contarlo

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